Huracán México
¬ Juan Manuel Magaña viernes 20, Sep 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Dicen que después de la tempestad viene la calma…
Ya veremos, pues el verdadero huracán que azota a México es el que está cargado de problemas y que a veces se mueve lento y otras veces se descarga con gran fuerza.
El golpe climático que han propinado a México los meteoros Manuel e Ingrid son apenas parte del huracán mayor al que me refiero.
Pero esto de la naturaleza, que es inevitable, una vez revestido de tragedia es capaz de desnudar lo que realmente somos ahora por lo mal que hemos hecho a través de los años.
Ni más ni menos que ayer se recordó el terremoto de 1985, la mayor tragedia natural que ha vivido el país por lo menos en la época moderna. Lo primero que el hecho desnudó fue la gran corrupción sobre la que estaba mal construida la interesante y desordenada ciudad de México.
Edificaciones mal hechas, hechas por el gobierno o no, incluso donde jamás debieron hacerse.
Al cabo de casi 30 años, la fatal experiencia se vuelve a repetir y nos hace ver atrapados en esas tres décadas en las que se han acumulado nuestros densos problemas actuales: desastre económico, desastre social con pobres, narcos y migrantes, y desorden político continuo. Y todo ello nos hace ver que somos un país muy vulnerable.
Con el reciente diluvio, ha comenzado a fluir con fuerza un ancho río de tinta en la prensa. Se nos recuerda que fue en 1987 cuando el entonces gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, quien impulsó una nueva zona turística en Acapulco: la llamada Punta Diamante. Pero tres años después, en 1990, aceptó, con ganas de rectificar, que ésta surgía sin planeación.
Está visto que no lo logró. Los reportes nos dicen que la mala planeación y la corrupción en Punta Diamante son las causas del desastre ocurrido tras la tormenta Manuel. Acapulco Diamante no era una zona adecuada para construir viviendas, condominios y hoteles. Dicen los que saben que la deforestación que se hizo para construir dejó a la zona sin protección. Las construcciones del lugar están en zonas no aptas para ser urbanizadas, sobre ecosistemas que protegen precisamente de fenómenos como el que acaba de ocurrir.
Y por el estilo, las zonas más afectadas de Acapulco y Guerrero llenas de construcciones irregulares que son resultado de la corrupción.
El primero en admitirlo ha sido el gobernador Ángel Aguirre, quien dice que allá ha habido invasiones y situaciones irregulares como la edificación de unidades habitacionales y viviendas en zonas no aptas para construir. Tiene conocimiento de causa, ¿eh? Y es secundado por Miguel Ángel Osorio Chong, quien dijo que las tragedias se han dado en los lugares donde se ha cometido la irresponsabilidad de dar permisos donde no se puede edificar.
La suerte de Diamante y de otros tantos lugares la resume así Osorio: “Dicen que el agua reconoce su cauce, entonces quien se atrevió a violarlo sufre las consecuencias”.
Bien, decíamos que los meteoros son apenas parte del huracán de problemas que pende sobre México.
Lo dicho por Osorio Chong podría tal vez aplicarse a la política. El propio gobierno advirtió el mal tiempo como para desistirse de generalizar el IVA. Al DF no le ha dejado de llover con los maestros. Y una nueva corriente parece cobrar fuerza desde ayer, cuando Cuauhtémoc y AMLO se han unido para llamar a defender el petróleo. Ojalá que después de la tempestad venga, por fin, la calma.