Las medidas preventivas
¬ Augusto Corro viernes 20, Sep 2013Punto por punto
Augusto Corro
Por su ubicación geográfica, México se encuentra en el paso de los ciclones y en zona de terremotos.
Las lluvias y sus efectos devastadores no han podido ser controladas por nadie. Los daños son cuantiosos, principalmente en el número de pérdidas de vidas humanas. La tragedia que vive actualmente el país por los destrozos que dejó a su paso la tormenta tropical “Manuel” y el ciclón “Ingrid”, nos obliga a revisar el tema de protección civil.
Si sabemos que cada año nos enfrentaremos a los embates de los fenómenos naturales, será necesario aplicar nuevas leyes para proteger a la sociedad mexicana.
Hablamos de un proyecto de grandes dimensiones, pero no habrá otra manera de actuar si se pretende salvar vidas humanas.
Por ejemplo, se debe crear un organismo con la autoridad suficiente que obligue a la población a vivir en zonas seguras, lejos de los cauces de los ríos o en sitios bajos donde existe amenaza de las inundaciones.
Con todo el peso de la autoridad, exigir requisitos fundamentales para la construcción de casas en lugares que no sufran aludes o deslizamientos de tierra en temporada de lluvias. En general, imbuirse de la cultura de la protección civil para que no ocurran las tragedias que nos azotan cada año. Claro, las autoridades tendrán que implantar programas para trabajar coordinadamente con la sociedad sobre las medidas preventivas para disminuir los daños que provocan los huracanes.
Respecto de los fenómenos meteorológicos, la población y las autoridades deberán tomar a la protección civil como un instrumento cotidiano, de aplicación constante hasta que se convierta en un hábito.
De otra manera, cada año tendremos que lamentarnos de las muertes de mexicanos y de los daños causados por las lluvias. No es la primera vez que México sufre por el paso de los huracanes.
Sin embargo, todo hace suponer que las experiencias anteriores no nos sirvieron de mucho.
EL TERREMOTO
No es el caso de la protección civil en caso de terremotos. El 19 de septiembre de 1985 se registró un temblor que provocó daños irreparables, principalmente en el Distrito Federal. Esto obligó a las autoridades y a la misma sociedad a implementar reglas preventivas para evitar mayores daños en caso de otro siniestro.
En este renglón, la cultura de la prevención ha funcionado aunque no como debiera. Los simulacros preventivos deben efectuarse más seguido con la obligación de que todo mundo participe en ellos.
Sólo con la práctica cotidiana estaremos en condiciones de reducir los efectos de los desastres como ocurre cada vez que se registra un terremoto.
A raíz de lo registrado en 1985, las autoridades, principalmente las capitalinas, optaron por aplicar nuevos reglamentos para la construcción de vivienda y de edificios en general. Es decir, se procuró dar mayor seguridad en casas y edificios.
En términos generales nos encontramos medianamente preparados para enfrentar los sismos. Por lo menos, así tendría que ocurrir respecto a los fenómenos meteorológicos. Pero no sucede así. Con estos últimos, ha sido mucho el tiempo que los desarrollos urbanos a pocos o a nadie interesan.
Con un terreno donde éste se encuentre, si le viene en gana puede levantar su casa al fin y al cabo nadie se atreverá a pedirle su proyecto de construcción. Esa manera de construir es la que posteriormente trae problemas.
Porque se construye en laderas donde la tierra no reúne las características propias para construir. Lo mismo sucede en las hondonadas donde las aguas desbordadas de los ríos lo inundan todo.
Los censos que realizan las autoridades para conocer la dimensión de los daños registrados por “Ingrid” y “Manuel” también deben incluir los riesgos que se corren al vivir en esos sitios. Saber sobre la necesidad de cambiar de casa u ubicarla en un lugar más seguro.
Autoridades y sociedad debemos comprometernos, cada quien con su responsabilidad, en llevar a la práctica la cultura de la prevención de desastres. Siempre será oportuno hacerlo porque no debemos olvidar que estamos en una zona telúrica y paso seguro de huracanes.
Feliz fin de semana.