Diluvio de problemas
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 18, Sep 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
El gobierno enfrenta problemas muy fuertes. La suma de todas las broncas. Llueve sobre mojado.
Los meteoros “Ingrid” y “Manuel” agarraron parejo y golpearon “democráticamente” a ricos y pobres, lo mismo que al pudiente Acapulco Diamante, que al Acapulco del Renacimiento y de los suburbios pobres, que a las zonas rurales de Guerrero, Veracruz, Tamaulipas… y dos tercios de la República.
El gobierno acumula datos, pero enfrenta dificultades inmensas como la de un Acapulco aislado, con 60 mil desesperados turistas varados y con muchedumbres también desesperadas que ya han incurrido en actos de rapiña.
El agua sencillamente no paraba y a muchas comunidades urgidas era prácticamente imposible llegar.
“No nos llega la ayuda” fue el primer reclamo que escuchó ayer el presidente Enrique Peña Nieto en su segunda incursión a Guerrero, esta vez en Chilpancingo, luego de que anteayer estuvo y vio el desastre en Acapulco.
Una experiencia que, seguramente, es también inédita para el mandatario, pues ni en su peor día de gobernador llegó a vivir ni a imaginar algo así.
Y no es fácil, cuando que el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ha reconocido que “las afectaciones reales las vamos a ver en tres días”, pues el impacto del desastre natural en México fue “inédito” e “histórico”.
Aquí comentamos que el domingo 16, cuando todo comenzaba y los meteoros se precipitaban sobre nuestras costas, aun no había ningún funcionario relevante sobre el terreno.
Era el día del Grito, había compromiso en Palacio y comenzaban literalmente a llover los reportes sobre las afectaciones en el país. Preocupaba Veracruz, Tamaulipas, la costa Michoacana y Manzanillo. Nadie esperó lo de Guerrero y menos lo de Acapulco.
La emergencia fue correctamente percibida y se definió ahí mismo en Palacio Nacional como una crisis seria a enfrentar. Peña Nieto respondió con buenos reflejos, canceló su participación en la cena patriótica y palaciega y se reunió con su gabinete a evaluar con mayor precisión daños y acciones.
Y así voló él en duras condiciones a Acapulco y lanzó a los secretarios a atender la afectación en los múltiples estados.
Pero el tiempo y el mal tiempo conjuran contra el gobierno. Los ríos han sido revueltos y ahí abundan los pescadores malintencionados. La corrupción es todo un desafío para hacer llegar la ayuda humanitaria. Es tan extensa que puede hacer fracasar las maniobras. Si a eso se agrega la desesperación y la rapiña, cuidado. Si surge la enfermedad, peor.
En Guerrero está el antecedente de las policías de autodefensa. Así el país tiene, frente a la emergencia climática, antecedentes problemáticos: la disidencia magisterial, las protestas por impuestos y petróleo. Un diluvio de problemas.
Todo eso desafía la gobernabilidad y de ese tamaño es el desafío de los próximos días.