Advertencia
Ramón Zurita Sahagún martes 17, Sep 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La advertencia fue hecha con antelación y para hoy, la capital del país se puede ver nuevamente colapsada.
El desalojo del Zócalo de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación fue solamente una quimera, donde se recurrió a la fuerza pública por motivos de las fiestas patrias, pero hasta ahí.
Los profesores se refugiaron en el monumento a la Revolución, dieron una tregua de unos días, pero amenazan con retornar a su rutina: movilizaciones, cierres de calles, plantones y lo demás que proceda, ante la falta de respuesta a sus demandas.
El uso enérgico de la fuerza fue solamente para desalojar la plaza necesaria para la concentración masiva de ciudadanos durante la ceremonia del Grito de Dolores y el desfile militar del día siguiente.
Sin embargo, la rutina regresa luego de las fiestas patrias y el sufrimiento cotidiano se renueva, ante la llegada de profesores pertenecientes a la CNTE desde diversos estados del país.
Para fortuna de todos, el desalojo del Zócalo no dejó consecuencias, aunque algunos trataron de ponerse medallas al pecho, como fue el caso del comisionado Manuel Mondragón, quien usó los medios de comunicación para resaltar sus labores tácticas como creador del operativo, donde los propios profesores coadyuvaron, ante las amenazas de que se usaría la fuerza pública para sacarlos de ese perímetro. Con el desalojo de los profesores se consiguió que las fiestas patrias fuesen dentro del marco de la normalidad, con saldo blanco y todo el boato que requieren estas celebraciones que año con año se celebran en México. Es cierto que el Zócalo no registró la afluencia masiva de todos los años, pero también la realidad muestra que las torrenciales lluvias y el caos generado por los profesores en días anteriores desalentaron a muchas familias.
Las fiestas patrias son un gran atractivo para miles de personas que acuden al Zócalo a presenciar una ceremonia que dura no más allá de media hora, con todo y los juegos pirotécnicos y las luces de colores, pero para ello, tienen que soportar cinco o seis horas, bajo pertinaz lluvia, apretujados y sin poder moverse del sitio elegido, ya que corren el riesgo de perder la ubicación.
Con todo y ello, se desplazan desde sitios remotos, con el riesgo de no conseguir medio de transporte para el regreso, pero para ellos, la ceremonia y la emotividad lo vale.
Fue el primer año en que Enrique Peña Nieto encabeza las festividades en su carácter de Presidente de la República y aunque el lucimiento fue mayúsculo, la contingencia provocada por los huracanes y tormentas tropicales que azotan al territorio nacional por sus dos costas, obligó a que los integrantes del gobierno federal se retiraran apenas terminados los juegos pirotécnicos. El Presidente convocó a reunión para diseñar la estrategia a seguir y paliar un poco la situación en que se encuentra la población de Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Tamaulipas y otros estados del país, con las consecuencias de las lluvias, desbordamientos de ríos, corte de carreteras, desgajamiento de cerros y demás situaciones ocasionadas por el mal tiempo.
De nueva cuenta, las autoridades se pusieron en estado de alerta, intentando reparar carreteras y autopistas, principalmente aquellas que conectan con los sitios turísticos y donde miles de viajeros se encuentran varados y, en algunos casos, aislados, imposibilitados de su regreso a sus sitios de origen o procedencia.
LAS OTRAS CELEBRACIONES
Dentro del marco de celebraciones de las fiestas patrias, los panistas regresaron al sitio que habían abandonado para sus convocatorias. El Ángel de la Independencia fue el sitio al que acudieron algunas decenas de militantes o simpatizantes, para festejar el inicio de la lucha de Independencia en México. Fue el propio dirigente nacional del partido, Gustavo E. Madero Muñoz, el que encabezó la ceremonia y lanzó sus arengas, entre las que mencionó que su partido se encuentra de regreso y que en poco tiempo será nuevamente gobierno.
Madero Muñoz se encuentra en plena campaña en pos de su reelección como dirigente nacional del partido, por lo que aprovechó el espacio, para recordarle a sus correligionarios los resultados del pasado proceso electoral del 7 de julio, donde conservaron el gobierno de Baja California (único en disputa), avanzaron con la conquista de algunas capitales estatales como Saltillo, Mexicali, Tlaxcala, Aguascalientes y conservaron Puebla.
Pero también los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación festejaron a su manera y marcharon el domingo 15 de la Estela de Luz al monumento a la Revolución, el sitio en que pernoctan a la espera de recuperar el espacio del que fueron desalojados el pasado viernes. Los miembros de la CNTE repudiaron lo que consideraron un acto de represión por parte del Estado, cuando las fuerzas federales procedieron a su desalojo del corazón de la ciudad de México. Pero quien se llevó las palmas durante la ceremonia de celebración de las fiestas patrias fue el gobernador de Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre, quien salió al balcón del palacio de gobierno de la capital de su estado, cubierto por chaleco antibalas. Grotesco fue ver dicha protección para el mandatario, enviando un mensaje terrible a la población, la que se siente inerme ante todo tipo de violencia. Si el gobernador se protege de esa manera, cómo le hará para ofrecer seguridad a sus gobernados o será que ésta no le importa.
Lozano de la Torre es uno de los gobernantes del país que menores calificaciones recibe de sus gobernados, de los que se encuentra distante.