La CNTE administra y conduce un conflicto fracasado
Roberto Vizcaíno lunes 16, Sep 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los líderes de la Coordinadora evitaron que sus huestes fueran a la confrontación con los federales
- Saben que ya la reforma educativa y sus leyes secundarias están promulgadas y que ahí nada se puede hacer
- Su historia muestra que se quedarán para obligar a los gobiernos del DF y federal a darles dinero
El viernes no hubo confrontación ni desalojo porque fueron ellos, los maestros de la CNTE, quienes abandonaron el Zócalo. No son tontos.
Por ello la verdad es que, cuando la Federal entró, sólo encontró escombros, basura, unas cuantas fogatas, algunos anarquistas y uno que otro loco que creía que estaba haciendo la Revolución.
En ese escenario los miles de agentes federales enviados para expulsar a los maestros no tardaron siquiera 15 minutos en hacer un recorrido desde Bellas Artes a la Plaza de la Constitución y de ahí a avenida 20 de Noviembre.
Lo único que se encontraron en el camino fue a un reducido grupo de anarquistas, uno que otro extraviado que creía que con piedras, adoquines, palos, cohetones, tubos y muchas mentadas iban a derribar al gobierno de Enrique Peña Nieto. Ese contingente lo compusieron además un centenar de curiosos, reporteros, camarógrafos y fotógrafos que iban tras la nota de la confrontación.
Así, al filo de las 7 de la noche, mientras las brigadas del gobierno capitalino retiraban los despojos de casi un mes de plantón magisterial y mientras personal del Estado Mayor comenzaba a acondicionar el Zócalo para la celebración de la noche del Grito y el desfile militar del lunes, los de la Coordinadora ya se acomodaban en la explanada del monumento a la Revolución y celebraban sus primeras asambleas en su nuevo enclave dentro de la ciudad de México.
Y desde ahí lanzaban sus nuevas amenazas, entre ellas realizar una “mega” marcha el lunes 16, para luego “recuperar” el Zócalo.
Reiteraban así su estrategia de crear incertidumbre, temor y hartazgo en los capitalinos y tensionar de nuevo al máximo sus relaciones con los gobiernos del DF y el federal.
El objetivo es obvio: obligar a Miguel Ángel Mancera y a Enrique Peña Nieto a abrir nuevas mesas de diálogo y negociación.
PERO, ¿PARA QUÉ?
Esa es la gran pregunta, porque hasta hoy, luego de que el miércoles 8 de mayo iniciaron su movimiento en contra de la reforma educativa y luego de que ocuparon la Plaza de la Constitución a partir del domingo 18 de agosto, los dirigentes y contingentes de la Coordinadora no han obtenido nada.
La reforma educativa está aprobada y sus leyes normativas secundarias -la Ley General de Educación, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa y la Ley del Servicio Profesional Docente-, han sido promulgadas, es decir, entraron desde mediados de la semana pasada en vigor.
La evaluación periódica que tanto cuestionaron e intentaron echar abajo, es hoy una realidad y quien no pase tres evaluaciones será retirado de las aulas, aunque podrá quedarse en alguna otra oficina del gobierno.
Hoy el gobierno federal, es decir, el presidente Enrique Peña Nieto recuperó y tiene el control de la política educativa que perdieron otros mandatarios, y sus programas advierten que este año iniciará la transformación para que, de entrada, unas 15 mil escuelas pasen a ser de tiempo completo.
Eso significará que en esas escuelas se trabajará de las 8 o 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde y que los alumnos comerán en sus instalaciones.
Peña Nieto ha prometido que de las 100 mil escuelas primarias públicas que existen en todo el país, cuando él deje el poder en diciembre de 2018 unas 40 mil operarán bajo este esquema.
Y que los maestros todos serán evaluados periódicamente y que si reprueban por tres ocasiones, entonces serán retirados de las aulas -es decir alejados de los niños, para que no les sigan haciendo daño con una mala educación-, aunque no los van a correr, como debiera ocurrir, sino que serán reubicados en alguna otra oficina gubernamental.
Tampoco podrán obtener ya una plaza por la vía de la compra-venta, o como una concesión sindical, o por recomendaciones “superiores”, o por compadrazgos o por afiliaciones político-partidarias o alguna vía ajena a la de un examen de oposición, es decir, de hoy en adelante las plazas magisteriales se repartirán cumpliendo un estricto examen de conocimientos y capacidades que será realizado y sancionado por el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa que será autónomo y ajeno a las estructuras sindicales y las de la secretaría de Educación.
Asimismo, de hoy en adelante, quien falte tres días en forma injustificada a su trabajo -por ejemplo para hacer un plantón en el Zócalo del DF o viajar a la capital del país para desquiciarla-, podrá ser despedido, como ocurre naturalmente en otros empleos.
De hoy en adelante los ascensos en la jerarquía magisterial y promociones profesionales -por ejemplo para pasar de maestro a inspector o subdirector, o a director de escuelas, o a jefe de delegación, sección o… etcétera-, serán decididos por el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa luego de un exhaustivo análisis del perfil, desarrollo y capacidades del aspirante.
Es decir, se acabaron los ascensos dictados desde el sindicato o sus secciones, como las de la Coordinadora.
Otra más es que las plazas ya no serán heredables, como ocurría hasta ahora.
Y por si fuese poco, el gobierno federal está a punto de recuperar el control de la nómina magisterial. Quien pagará a los maestros en todo el país, será la Secretaría de Educación Pública que comanda Emilio Chuayffet… y como usted bien sabe, “el que paga, manda… y puede decidir en qué casos dejar de pagar”.
Hay otras muchas nuevas cosas que van a ocurrir a partir de la entrada en vigor de esta reforma y sus leyes secundarias, normativas, y casi nada de eso fue negociado por la CNTE o presionado por su plantón, marchas y provocación de caos y violencia en el DF.
Así que en esta rápida revisión de logros de un movimiento que ya va para los 5 meses, podríamos decir que ha sido más un estrepitoso fracaso que una victoria.
Simplemente los dirigentes y bases magisteriales de la Coordinadora no lograron ni desechar, ni detener, ni modificar nada de esta reforma educativa.
Pero además los miembros de la CNTE han llegado a ser una alucinación no sólo para los capitalinos, quienes los repudian y abominan, sino para los habitantes de otras ciudades.
Un amigo que vive en Monterrey escribió el otro día para decir…
“Mira, Monterrey está a mil kilómetros del Zócalo de la ciudad de México y estos hijos de… ya me tienen hasta la madre”.
Millones más en todo México piensan algo similar.
ESTRATEGIA
Pero una cosa son las simpatías populares y otros los objetivos políticos.
Y si algo nos ha quedado claro en todo este movimiento magisterial es que nada tiene que ver con las tareas educativas y sus postulados docentes.
La Coordinadora, o la CNTE, como quiera Usted decirle, es un grupo político con objetivos políticos… y económicos.
Desde que surgió por allá en 1979 en Chiapas, tenía como objetivo ser una corriente disidente, de presión contra Vanguardia Revolucionaria de Carlos Jonguitud Barrios. Mucho se habló entonces que la Coordinadora fue ideada y patrocinada por la profesora Elba Esther Gordillo, quien ya desde entonces aspiraba a ser secretaria general del SNTE.
A lo largo de estos 34 años este movimiento magisterial, o agrupación política, ha pasado por muchos cambios y en Oaxaca y Guerrero, se dice, ha sido infiltrada por el EPR.
En Oaxaca, según consta en documentos y revelaciones, el gobernador Heladio Ramírez le entregó todo el aparato educativo en un juego perverso y por vendetas políticas contra Diódoro Carrasco.
Desde entonces la sección 22 perteneciente a la CNTE maneja los presupuestos, la administración, la política educativa y el sindicato. Es juez y parte. Y es desde ahí de donde cada año inician el mes de mayo sus plantones y marchas tanto en Oaxaca como en el DF.
Eso -hay toda una historia comprobable -, les ha significado a los dirigentes enormes riquezas. La corrupción permea ahí hasta el tuétano. Y el EPR manda en la otra punta.
Eso es lo que se vive hoy en el DF. Lo que ahora buscan es lo que siempre quisieron: dinero. Por eso la CNTE sigue en la capital y quiere ahora reinstalarse en el Zócalo. Allá, en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas cada año desde hace 34, obtienen miles de millones de pesos en arreglos en lo oscurito.
¿Por qué en el DF ahora no?, han de pensar sus dirigentes. Por eso siguen aquí administrando el conflicto a pesar de que ya la reforma y sus leyes normativas están promulgadas. Por eso. Y si no, al tiempo…