Querer ser bella le costó la vida
¬ Augusto Corro miércoles 11, Sep 2013Punto por punto
Augusto Corro
En varias ciudades de México se multiplicaron los sitios clandestinos para intervenir quirúrgicamente a las personas que buscan arreglos físicos para su cara o cuerpo.
En algunos casos los resultados de los tratamientos de belleza resultan aceptables, en otros no tanto e inclusive se llega a perder la vida.
Son muchas las víctimas de esos tipos que se dicen cirujanos plásticos, pero que en realidad son unos vivales que abusan de la ignorancia o buena fe de sus víctimas.
Por ejemplo, no hace mucho tiempo, en Iztacalco se descubrió que uno de esos farsantes aplicaba aceite de coche a sus pacientes, en vez de los químicos propios usados en ese tipo de tratamientos. A tal grado llegó la irresponsabilidad del supuesto galeno.
Simplemente una sobredosis de anestesia es suficiente para causar la muerte. Esto ocurre cuando el equipo del cirujano plástico actúa en la clandestinidad, lejos de los hospitales que cuentan con el equipo suficiente para cualquier emergencia.
Una de las historias más conocidas sobre los errores de quienes aplican la liposucción es aquella de Alejandra Guzmán que tan afectada se vio en su salud por una infección en los glúteos, derivada de un tratamiento cosmetológico.
Según especialistas, los tratamientos de bioplastía (rellenos de sustancias químicas) en ocasiones son peligrosos porque son aplicados por gente inexperta que no tiene ni el sustento científico ni la experiencia necesaria en la materia.
Sirva lo anterior como introducción a la tragedia de Emma Lidia Rosales, de 42 años, quien murió en la plancha de operaciones cuando le practicaban una liposucción.
Los hechos ocurrieron en la clínica de cirugía plástica Zurich del médico Sergio Ramírez Ledezma, quien dicho sea de paso es buscado por la policía, pues luego de su grave error prefirió huir del lugar, con el pretexto de salir a buscar un certificado de defunción.
La mañana del sábado Emma Lidia Rosales llegó a la mencionada clínica para practicarse un liposucción en el abdomen, pues pretendía ir a la playa a lucir su cuerpo en bikini.
En la sala de espera, los tres hijos recibieron la noticia de que su madre sería trasladada al Hospital Sátelite, porque había perdido el conocimiento. Así, cuando los paramédicos llegaron al lugar, Emma ya había fallecido.
Penoso caso el de Emma como el muchas personas que caen en manos de médicos poco profesionales que sin medir riesgos, orillan a la muerte a sus pacientes.
Las promociones para aplicarse tratamientos de belleza (abdominoplastía y mamoplastía de aumento) del doctor Sergio Guillermo Ramírez Ledezma, siguen en internet.
Casi 20 mil pesos le costaría ponerse en las manos de un inexperto, con el consabido riesgo de perecer en el intento.
LA HERENCIA DE CALDERÓN
El ex presidente Calderón dejó a México con un sinnúmero de problemas difíciles de resolver. Su llamada guerra contra la delincuencia organizada produjo más de 60 mil muertos, una cifra indeterminada de desaparecidos y cerca de 16 mil cadáveres sin identificar, en las diferentes morgues del país.
Amnistía Internacional (AI) señaló lo anterior ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pero debemos hacer notar que el país sufrió un terrible daño en su tejido social, pues son miles de familias que perdieron a un ser querido. La lista de huérfanos también es interminable.
Claro, también se debe incluir a millares de desplazados que tuvieron que dejar sus lugares de origen ante las amenazas de la delincuencia organizada.
En este renglón también están presentes los casos de los periodistas víctimas de los cárteles de la droga o de las propias autoridades.
Se trató de una herencia que dejó muy mal parado a México frente al mundo y cuyos problemas tendrán que enfrentarse y resolverse poco a poco. Lo importante de todo esto es que se empiece a recomponer el tejido social.