Informe presidencial
Ramón Zurita Sahagún viernes 30, Ago 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Para terminar con jaloneos, gritos y sombrerazos que eran la divisa de los informes presidenciales en los años recientes, se decidió prescindir de la presencia del Ejecutivo federal en el inicio de sesiones del Congreso de la Unión.
La medida fue bien recibida y desde algunos años el secretario de Gobernación acude ante el Legislativo y entrega el documento correspondiente al primer año de gobierno del presidente en turno. Antes de eso, varios presidentes sufrieron contratiempos en sus idas al recinto cameral de los Diputados y alguno de ellos fue impedido de ingresar al mismo.
Desde la llegada de Luis Echeverría Álvarez a la Presidencia de la República, él y los subsecuentes ejecutivos federales se vieron en problemas, en cuando menos una ocasión, durante la alocución de sus discursos de informes presidenciales.
José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa sufrieron en serio en sus presentaciones ante el Congreso de la Unión, unos para rendir su informe de gobierno, otro más para asumir su cargo.
El Congreso les fue difícil, sin importar que hasta la primera legislatura del gobierno de Zedillo Ponce de León, los priístas hicieran una mayoría absoluta.
Fue durante un informe de gobierno de Salinas de Gortari que el Ejecutivo acuñó la famosa frase de ni los veo, ni los oigo, en referencia a los abucheos y gritos desaforados que le lanzaba la izquierda.
Sucedió también durante otro informe de gobierno que el presidente en turno, Jose López Portillo, decidió estatizar la banca, para sorpresa de muchos.
En otra más, el entonces diputado Carlos Medina Plascencia se le fue con todo al presidente Ernesto Zedillo, durante su respuesta del informe.
De esa manera se terminó con el rito anual que significaba el informe presidencial y que tantos dolores de cabeza causaba. Antes de eso, los priístas, entonces como ahora en el poder, decidieron terminar con las ceremonias que se realizaban en Palacio Nacional, donde políticos, burócratas, empresarios, dirigentes sindicales y muchos más, se formaban en filas interminables, para saludar de mano al presidente en turno y felicitarlo por el alto gesto de acudir ante el Congreso de la Unión, para rendir el estado en que se encontraba el país.
Los diputados vieron que la Constitución no especificaba la presencia del mandatario en turno ante el Congreso y que esto se podía simplificar con el envío del documento correspondiente.
Eso resultó mejor para el Ejecutivo federal que contaba con un día para enviar su mensaje a la nación y convocar a todas las fuerzas vivas a una ceremonia fastuosa, ya sea en Palacio Nacional en el Auditorio Nacional o donde quisiese. Todo marchaba bien, hasta la irrupción de los maestros en la ciudad de México, lo que vino a trastocar todas las agendas, la del Ejecutivo, la del Legislativo y hasta la del Judicial.
El cambio de agenda fue necesario y la primera opción de convocar a una reunión en Palacio Nacional, fue desechada, para dar paso al Auditorio Nacional como sede probable, pero ante las fallas en seguridad que se observaron en ese sitio, se optó por el Campo Marte, donde la presencia del Estado Mayor Presidencial garantizaba todo.
Finalmente, esta opción también fue rechazada. El Presidente decidió cancelar su viaje a Turquía y cambiar de fecha para el mensaje presidencial sobre el informe, el que habrá de dar el lunes 2 de septiembre en Los Pinos.
Sin embargo, la primera decisión de enviar su mensaje a la nación el 1 de septiembre, provocó que el juego de futbol entre los equipos América y Pumas fuese cancelado para esa misma fecha y ubicado al día siguiente para su celebración. Ahora, de todas formas se juntarán el mismo día el informe presidencial y el juego de futbol, el dos de septiembre, aunque el horario es distinto, ya que el mensaje presidencial será a las 10 horas en Los Pinos y el juego deportivo a las 20:30 horas en Ciudad Universitaria.
¿Y EL SNTE?
Todos sabemos de la oposición a la reforma educativa por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y la lucha que sostienen, mediante métodos que, para muchos, no son los adecuados.
Pero esa lucha sostenida con movilizaciones, bloqueos, plantones y paros de clases, les rinde, hasta ahora, algunos frutos.
Su lucha se mantiene en pie y aunque desde el gobierno federal y el Poder Legislativo han recibido palabras para su desaliento, los profesores no ceden espacio. Prosiguen con sus bloqueos estratégicos en sitios vulnerables, como lo fueron ayer en la Bolsa Mexicana de Valores, en las oficinas de la Secretaría de Educación Pública del Distrito Federal, Televisa y otros lugares más.
Y a todo esto, dónde está el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el más grande de Latinoamérica como se asegura, que no se muestra por ningún lado.
Los del SNTE parecen conformes con la reforma educativa y su dirigente nacional se cuida mucho de no asomar la cabeza más que lo necesario. Su llegada al cargo magisterial fue circunstancial y el poder le llegó con el arresto de la profesora Elba Esther Gordillo.
Tal vez el dirigente magisterial de la parte gruesa del sindicato de profesores no desea poner en riesgo su diluido liderazgo o, tal vez, fue condicionado para llegar al mismo.
COAHUILA
El gobierno de Coahuila muestra un gran avance en la transparencia de sus recursos, según, Fitch Ratings, la que asegura mejoró la calificación del estado, así como la calificación de los créditos reestructurados. En lo que se refiere a la entidad, Fitch mejoró la calificación en dos niveles de BB+ a BBB- con perspectiva estable, y la de sus créditos de BBB- a BBB+.