¿Ciudad segura?
Ramón Zurita Sahagún lunes 26, Ago 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante varios años, la ciudad de México gozó de fama de ser una ciudad segura, en contraste con otras del país que sufrían el acoso de los grupos delincuenciales.
En la etapa de gobiernos perredistas, las autoridades han disfrutado de pregonar esa versión, misma que deja satisfechos a quienes desde fuera nos visitan.
La presencia de visitantes se mantiene, con todo y que se registraron crímenes de impacto, donde algunos ciudadanos extranjeros fueron víctimas y en otras ocasiones mexicanos fueron los afectados.
Otros delitos también han perjudicado a los visitantes al Distrito Federal, pero los residentes son parte de la ola de violencia en la capital del país.
Si a eso se le agrega que sus derechos han sido conculcados, veremos que el Distrito Federal dejó de ser una ciudad segura, aunque las autoridades lo sigan negando.
El respeto a las minorías, sobre el derecho de terceros, es otra de las situaciones adversas que padecemos los habitantes de la capital del país.
Las autoridades capitalinas y las federales, han mostrado una especie de temor ante los grupos de manifestantes que acuden a la ciudad de México como foro de expresión.
Buscan los reflectores necesarios para sus movimientos y actúan en forma agresiva, ante la pasividad del gobierno.
Los maestros, marchan, bloquean, agreden, insultan y hacen plantones donde les da la gana, mientras las autoridades voltean a otro lado, para no mirar lo que sucede en su derredor.
El pasado viernes fue una fecha caótica para la capital del país, debido a los desmanes del profesorado que milita en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Bloqueos por doquier, con la firme intención de dañar la economía y afectar a los habitantes del Distrito Federal, fueron establecidos en distintas partes de la ciudad.
El aeropuerto fue uno de sus objetivos y aunque no lo pudieron alcanzar, si lo hicieron con las vías de acceso, las que bloquearon, provocando que muchos usuarios de la terminal aérea perdieran sus vuelos y otros más cargaran por varios kilómetros su equipaje, sin considerar el caso vehicular causado en la principal vía de acceso proveniente del sureste del país.
Antes de eso, los maestros mantuvieron sus plantones fuera del Congreso de la Unión y en el Zócalo de la capital, motivando con ello que el Maratón de la Ciudad de México, uno de los grandes eventos deportivos a nivel internacional tuviese que cambiar su ruta.
Nada de eso les importa a los maestros que buscan solución a sus demandas y aunque las leyes secundarias de la reforma educativa fueron retiradas de la agenda legislativa del período extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión.
Tampoco les interesa a los docentes que millones de escolares se queden sin atención durante largas semanas o que sufran retroceso en su educación, ya que para ellos están primero sus demandas que sus obligaciones.
Los profesores, tanto de la CNTE como del SNTE, saben que mantienen en jaque a los gobernantes y que sus exigencias, a final de cuentas les serán cumplidas.
Pero no son solamente los grupos de protesta los que han dañado esa imagen que el gobierno capitalino intentó vender de ciudad segura, ya que el intrincado caso Heavens ha dejado en ridículo a las autoridades capitalinas.
Son casi cien días los transcurridos desde el secuestro de 12 jóvenes de un bar que desnudó la corrupción existente, ya que el mismo no tenía los permisos correspondientes.
Dando palos de ciego, las autoridades trajeron a vuelta y vuelta a los familiares de los desaparecidos, siguieron pistas falsas, dieron falsas esperanzas de vida y finalmente quedaron en evidencia las supuestas previsiones de seguridad adoptadas por el gobierno capitalino. Las cámaras de seguridad fallaron y finalmente los desaparecidos fueron encontrados muertos.
Pero no son los únicos casos acontecidos en tiempos recientes en la capital del país, desde que Miguel Ángel Mancera asumió el gobierno.
Y es que bajo el pretexto de la tolerancia, prudencia, paciencia, de privilegiar el diálogo y de evitar la confrontación, se cometen abusos por doquier, en beneficio de unos cuantos, sin importar que los perjudicados seamos más.
MARATÓN
Finalmente, con ruta alterna, el Maratón de la Ciudad de México sí pudo celebrarse, aunque con algunas contingencias.
Durante el evento, se produjo la muerte de uno de los participantes, mientras que otros cuatro fueron hospitalizados por problemas ocurridos durante su participación.
El disparo de salida de la competencia fue realizado por el jefe de gobierno, quien no estuvo en la premiación de los ganadores de la justa deportiva.
La premiación corrió a cargo del rector de la UNAM, José Narro Robles; el secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, y el titular del Instituto del Deporte del Distrito Federal, Horacio de la Vega.
Una situación curiosa fue que los ganadores en las dos ramas, femenil y varonil, fueron ambos peruanos.
En la femenil, el triunfo correspondió a Gladys Tejeda con tiempo de dos horas 37 minutos y 34 segundos; mientras que en la varonil, el ganador fue Raúl Pacheco Mendoza, quien corrió la prueba en 2 horas 16 minutos y 56 segundos.