El “destapador”
Francisco Rodríguez jueves 21, Ene 2010Índice político
Francisco Rodríguez
LEANDRO ROVIROSA WADE ingresó al anecdotario de la “grilla” mexicana, al “destapar” a seis -luego serían siete, con la autoinclusión del entonces titular de Obras Públicas-, aspirantes a suceder a Luis Echeverría Álvarez en la Presidencia de la República. Del paso de don Leandro por la desaparecida Secretaría de Recursos Hidráulicos poco o más bien nada hay que valga la pena registrar. Su gestión ahí quedó reducida ante su papel priísta de “destapador”.
Hoy, el yucateco Emilio Gamboa Patrón sigue los pasos de Rovirosa. El controversial ex coordinador de la bancada priísta en San Lázaro ha “destapado” apenas a Beatriz Paredes Rangel, a Manlio Fabio Beltrones y a Enrique Peña Nieto como precandidatos del tricolor a la primera magistratura que se disputará el 2012. Lo ha hecho, quizá ensoberbecido, luego de su “éxito” en Chihuahua, entidad en la que consiguió que César Duarte -a quien se conoce como el “carga-portafolios” de Gamboa- se hiciera de la candidatura a la gubernatura de la entidad, a través del hipócrita método “de unidad”, pues éste a la postre divide a los priístas.
No es la primera ocasión en la que Gamboa “destapa” candidatos presidenciales. La más memorable, por fallida, fue aquella que protagonizó en los primeros días de octubre de 1987, cuando en su calidad de secretario particular de la Presidencia de la República, tenía acceso a “la íntima intimidad” -que dijera el veracruzano ya fallecido Mario Vargas Saldaña- de Miguel de la Madrid Hurtado.
Corren versiones de que uno de los hijos de quien en ese momento era jefe del Ejecutivo, acosaba a Gamboa para que le dijera el nombre de aquél a quien su padre -figurativamente: los sectores del partido- habían ya seleccionado como candidato a sucederle. Todo esto, apenas unas cuantas horas antes de que en la sede del PRI, el entonces dirigente Jorge de la Vega Domínguez pronunciara el nombre de Carlos Salinas de Gortari.
Cuentan, así las cosas, que tras muchos ruegos y no menos presiones, Gamboa cedió parcialmente y consintió a los ruegos y presiones, dando a conocer sólo dos siglas: SG.
Tal pista “destapadora”, armó un desgarriate.
¿Qué significaban las siglas SG?
¿Acaso Secretaría de Gobernación y “el bueno” era entonces Manuel Bartlett?
¿O eran las iniciales de Sergio García (Ramírez) quien, desde la Procuraduría General de la República aspiraba a la nominación del tricolor?
Por no pocas razones, el joven hijo del ahora ex presidente descartó al encargado de la política interior, quien presumía de su mano dura. Y concluyó que el “dedeado” era, entonces, García Ramírez.
El rumor generado en la oficina de Gamboa Patrón y difundido por el vástago de De la Madrid corrió como reguero de pólvora. Provocó que en las vísperas del “destape” oficial de Salinas de Gortari, se cambiaran titulares de primeras planas, que reconocidos columnistas que tenían acceso a fuentes de información privilegiada cambiaran apresuradamente sus colaboraciones dominicales, que muchos “grillos” llegaran al alba de aquel domingo 4 de octubre hasta la residencia particular del procurador general de la República a felicitarlo por su postulación, que… Salinas de Gortari entrara en conflicto con el propio Gamboa Patrón -lo que estallaría algunos años después, ya añejos los rencores-, al ser enterado de que el lenguaraz y, para muchos, escasamente confiable personaje había generado la confusión que empañó la mañana de un día que para él tendría que haber sido enteramente glorioso.
Hace 23 años, el “destapador” Gamboa generó confusión.
Nuevamente, en ese papel, ¿también la está provocando? ¿A favor o en contra de quién?
Índice Flamígero: Felipe Calderón y Miguel Ángel Yunes se convirtieron en el hazmerreir público. Banales, infantiloides, protagonizaron una de las más vergonzosas escenas dizque políticas. Cual cómicos en declive, optaron por el denigrante “pastelazo”. Quizá fue por eso que, lleno de merengue, el director del ISSSTE pronunció después, ya con sus cuates y colaboradores, un discurso melodramático, solicitando el perdón de sus oyentes por el mal genio, los regaños y su escasa urbanidad para con ellos, que dizque porque estos tres años al frente del instituto lo han “traído muy nervioso”. No faltó quien dijera -en voz baja, para evitar un “levantón”-, que sería bueno que, como las quinceañeras, tomara “Pasiflorine”. Lo mismo que don Jesús de Veracruz, recomendaba a quienes comían ansias.
Vuelve a las andadas Emilio Gamboa. “Destapa” a Beatriz, a Manlio y a Peña. ¿Ya se le olvidó lo que generó en 1987?