Privatizar o no privatizar
¬ José Antonio López Sosa miércoles 21, Ago 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
El petróleo hasta el día de hoy es el ingreso más importante que tiene nuestro país; por ello, Petróleos Mexicanos —una de las 10 empresas petroleras más grandes del mundo— se convirtió a partir del “boom” petrolero en el principal aportador de divisas a la Secretaría de Hacienda.
Ya es muy conocida la historia que trajo a Pemex a donde está hoy: abusos sindicales, corrupción, falta de inversión y quizá esa misma historia que escribieron los priístas es la que abrió la oportunidad para que el presidente Peña Nieto presentara la reforma que está en el debate nacional.
Sin lugar a dudas, la postura de la derecha es clara, privatizar el sector entero: petróleo y electricidad. Lamentablemente, si nos remitimos a las privatizaciones llevadas al cabo durante las administraciones priístas y panistas, encontramos que están plagadas de corrupción y bajo ninguna circunstancia, representaron un avance a los ciudadanos. Basta recordar el Fobaproa, el rescate carretero, el bancario, el de aerolíneas, en fin, una serie de golpes al erario con nombres y apellidos.
Se asegura que no se privatiza el sector, cuando al mismo tiempo proponen reformar la Constitución, para que ello sea permisible.
La posición de la izquierda se fijó a través de Cuauhtémoc Cárdenas y la propuesta es cambiar diversos reglamentos de Pemex sin modificar la Constitución.
La realidad es que Petróleos Mexicanos en teoría es de todos, en la práctica es de la cúpula sindical encabezada por Carlos Romero Deschamps y de las administraciones que la saquean sexenio tras sexenio.
Si se privatiza, entonces esa renta pasará a manos privadas dejando en la misma indefensión a los ciudadanos ante un recurso natural que podría generar riqueza de forma más equitativa.
Cuesta mucho trabajo entender como una empresa tan rentable, no pueda hacerse competitiva desde las manos del Estado mexicano. La reforma en materia energética no apunta en ningún momento —ni una de las tres—a un verdadero beneficio ciudadano, a quienes de acuerdo al 27 constitucional, nos pertenece la renta petrolera.
El debate es político y no técnico, la búsqueda tiene intereses metaconstitucionales y más allá del interés común. Pemex es de todos y de nadie al mismo tiempo, Pemex beneficia a unos cuantos, encabezados por Carlos Romero Deschamps y su familia.
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