Negociazos de Calderón
¬ Juan Manuel Magaña lunes 19, Ago 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Este es precisamente la clase de daño que en materia petrolera se le ha hecho desde el poder a México:
El gobierno de Felipe Calderón creó en 2010 una tesorería paralela de Pemex en la que se depositan las ganancias de las 39 empresas filiales de la paraestatal que operan en el extranjero.
Según una muestra elaborada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), durante 2011 esas filiales obtuvieron ingresos por cerca de 434 mil millones de pesos que no reportaron al erario. ¿Y no hay quien pague por ello?
El asunto lo destacó ayer a ocho columnas el diario “La Jornada” con el encabezado: “Calderón creó en Pemex caja falsa; no rinde cuentas”
Le escamotearon al erario 434 mil millones de pesos en el 2010, de acuerdo con la ASF, ¿ y no pasó, ni pasa nada?
El informe señala que en la revisión de la Cuenta Pública 2011, la ASF señaló que los activos de las filiales de Pemex en diversos países suman 92 mil 144 millones de pesos; dinero invertido, digo yo, que no le reporta un beneficio a un país con tantos problemas como el nuestro.
Con razón no andan tan errados quienes afirman con sarcasmo que los mexicanos siempre han creído que Pemex es de ellos.
La explicación es que las ganancias que obtienen las filiales extranjeras de Pemex no pueden ser auditadas por el Congreso porque no están sujetas a la Constitución, ni a la Ley de Pemex, ni a la legislación que regula a las empresas de participación estatal mayoritaria. Ni a nada.
Fue otra genialidad o truculencia —usted decida cómo llamarlo- de Felipe Calderón, pues su decisión de crear “una tesorería falsa”, paralela a la de Pemex, permite que los recursos generados por las filiales no rindan cuentas de sus ingresos, de sus activos ni de sus excedentes, más que quizá a sus cuates a los que alcanzó con tanta largueza.
¿Y quiénes serán éstos? Digo, porque esas filiales no caminan solas. ¿Se tienen los datos? ¿Se tratará de negocios multimillonarios nada claros, como los que tanto gustaban a Juan Camilo Murillo y toleraba, por decir lo menos, Calderón?
¿Es simplemente un hoyo negro?
Seguramente sí, el que ha permitido en los hechos otro pedacito de privatización de Pemex. La parte que, digamos, le tocó a Felipe Calderón, pero de la cual parece ser no le tocó nada al país. Qué abuso, ¿no le parece?