Energética, sorpresa afuera, no adentro
¬ Juan Manuel Magaña martes 13, Ago 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Casi no hubo sorpresas durante y después del anuncio de la iniciativa presidencial de reforma energética.
Por el lado de la propuesta simplemente se confirmó abiertamente su verdadera intención: la de impulsar los contratos de utilidad compartida.
Y las reacciones no se hicieron esperar en el tono previsto: Andrés Manuel López Obrador rebatió la idea de que Pemex se encuentre en estado catastrófico, para así declarar que sea falso que se requiera inversión privada para salir adelante.
Su mancuerna Martí Batres, dirigente nominal de Morena, confirmó por ello que el 8 de septiembre López Obrador encabezará una concentración en el Zócalo capitalino para iniciar la defensa del sector energético.
Por su parte Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano estimó que sería un despropósito para México que Peña Nieto apelara a la figura de Lázaro Cárdenas para presentar una reforma energética que afecte el interés y la soberanía del país, al promover la privatización de Pemex.
Y presentó un argumento interesante: “Creo que habría que pensar que el contexto de 1938 y el de 75 años después, que es el actual, pues no es el mismo; no hay que caminar para atrás, habría que caminar para adelante”.
Y dijo también con ganas de ilustrar que su propio padre se opuso a los contratos de riesgo como los que ahora propone Peña Nieto aunque se les está llamando de otro modo.
No sorprendió que Jesús Zambrano, líder del PRD, tuviera que advertir que la iniciativa anunciada tiene esencia privatizadora. Su olfato le hizo declarar que eso “huele y tiene el sello de privatización. Aunque digan que no y aunque salgan con el señuelo del discurso del general Cárdenas. Tiene todo el sello de privatizar y de compartir la renta petrolera”.
Previsible también Marcelo Ebrard, aunque no en su instrucción al perredista Zambrano para que exija un plebiscito respecto a la “contra-reforma energética”.
Y los priístas más que previsibles: César Camacho, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, se dijeron listos a debatir y se apresuraron a decir que nada se ha roto, que la propuesta energética del gobierno no rompe con el Pacto por México, que sigue vigente.
Por el lado del PAN, claro, el coordinador senatorial Jorge Luis Preciado dio la bienvenida a la propuesta presidencial, aunque presumió que la que los panistas hicieron es “más alta” que la del Ejecutivo.
Lo que sí sorprendió fue que en el frente externo, el periódico estadounidense The Wall Street Journal opinó que la iniciativa presidencial “se queda muy corta”, y que el grupo informativo Bloomberg señaló que a pesar de ser la reforma más importante de México desde el Tratado de Libre Comercio de 1994, la propuesta de Peña resultó menos agresiva de lo esperado, sobre todo en contraste con la presentada por el PAN.
La Bolsa Mexicana de Valores saludó el anuncio con un cierre a la baja de 1.23 por ciento. Y eso puede indicar que lo anunciado es como, dicen por ahí, “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”. Y falta ver qué gana o qué pierde en el camino.