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¬ Juan Manuel Magaña viernes 9, Ago 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Somos o no capaces como cualquiera. La siguiente noticia responde tal inquietud.
La Casa Blanca anunció que el presidente estadunidense Barack Obama nominó al químico mexicano Mario Molina, para ser uno de los galardonados con la Medalla Presidencial de la Libertad 2013.
Molina es, como muchos saben, aquél que en 1995 ganó el Premio Nobel de Química, junto con Paul J. Crutzen y F. Sherwood Rowland, por su papel para la dilucidación de la amenaza a la capa de ozono de la Tierra por parte de los gases clorofluorocarbonos.
Brevemente, se puede decir de él que es un ingeniero químico mexicano y uno de los más importantes precursores para el descubrimiento del agujero de ozono antártico. Sus investigaciones y publicaciones sobre el tema condujeron al Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas 4, el primer tratado internacional que ha enfrentado con efectividad un problema ambiental de escala global y de origen antropogénico.
Es, a todas luces, un hombre que se fugó hacia la grandeza.
Es el mismo que ahora figura entre las 16 personalidades del mundo de la política, las ciencias, las artes, la cultura y el deporte que serán reconocidos con este máximo galardón que otorga el gobierno de los Estados Unidos a un civil.
Se dice que la Medalla Presidencial de la Libertad 2013 se otorga a “hombres y mujeres que han dedicado su vida a enriquecer la nuestra” y por ello otras personalidades que recibirán el premio este año serán el ex presidente William Clinton, la presentadora de televisión y empresaria, Oprah Winfrey, y el trompetista cubano Arturo Sandoval.
Mario Molina despierta nuestro orgullo. Su nombre vendría a ser sinónimo del “sí se puede”, que muchas veces se pronuncia sin ton ni son, cuando los políticos se lo apropian sin sentido.
Los políticos, desde que Miguel de la Madrid y Carlos Salinas iniciaron las privatizaciones, hasta que Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón se empeñaron en vender Pemex, nos han repetido hasta el cansancio que los mexicanos no podemos; que somos incapaces de sacar adelante una empresa como la que sus antecesores, desde el cardenismo, sí pudieron construir.
Pero Mario Molina reaviva ese orgullo. Los políticos ofenden nuestra inteligencia. Esta cuestión está en la profundidad de la mentalidad mexicana, que seguramente se expresará por estos días. Se trata, dicen los que saben, del orgullo, la confianza y la identificación de los mexicanos con logros colectivos.
Obama dijo luego de las nominaciones: “Los honrados este año han sido bendecidos con extraordinarios talentos, pero lo que los coloca aparte es su don para compartir ese talento con el mundo”. Claro que se puede.
Que noticia.