Indignante corrupción e impunidad
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 7, Ago 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Quienes tienen 30-40 años de edad en este país no han conocido otro mundo, que no sea el de la corrupción y la impunidad.
Dos casos ventilados en la última semana resumen muy bien, emblemáticamente, lo que nos ha pasado en casi todo ese tiempo. Resumen, peor aún, lo que nos puede seguir pasando. Uno, es el del “hermano incómodo”, que cualquiera sabe quién es. El otro es el de Alejandra Sota, la que fuera vocera de Felipe Calderón.
Aunque nuestro ciclo de la corrupción es más largo, estos dos casos muestran bien los extremos.
En el primer caso, hace unos días el juez federal Carlos López Cruz nos dio la sorpresa de que absolvió a Raúl Salinas de Gortari del delito de enriquecimiento ilícito. Lo sorprendente aquí es que el tipo se voló la barda con su argumentación. Algo que sonó cínico y absurdo, como corresponde a nuestra cultura de la impunidad. El juez salió con que Raúl sí se enriqueció mucho más de lo explicable, pero puntualizó que nada prueba que se aprovechó para ello de sus puestos.
Así lo dijo: “El patrimonio de Raúl Salinas se incrementó sustancialmente durante el periodo comprendido de enero de 1985 a abril de 1992, en una proporción que no es acorde con los ingresos que recibió por los cargos públicos que desempeñó”. Y enseguida aclaró que no hay evidencia de enriquecimiento ilícito. Hasta se dio el lujo de suponer la posibilidad de que tal enriquecimiento pudo haber sido consecuencia “de una acertada inversión de sus haberes o de diversas razones que pudieran justificar o no, contable y financieramente ese incremento”.
Y luego de devanarse tanto los sesos con excusas impropias, el increíble juez concluyó que “no es procedente que ese enriquecimiento se etiquete de ilícito, pues la ilicitud a que se refiere este tipo penal deviene estrictamente de que el incremento patrimonial sea resultado de un abuso en el ejercicio del servicio público, al aprovecharse ya sea del estatus o de las atribuciones que le son conferidas”.
Por ello, en caso de que se ratifique la sentencia absolutoria, Raúl Salinas podrá recuperar de inmediato al menos 36 de los 41 inmuebles que le fueron asegurados desde 1996, cuando le descubrieron que él tenía más propiedades, como dicen por ahí, que el nopal. Las tenía lo mismo en el Distrito Federal, que en Guerrero, Morelos, Baja California Sur, Oaxaca, Jalisco, Estado de México, Puebla y Querétaro. Entre ellas están las famosas hacienda Las Mendocinas y la finca El Encanto. ¿Se acuerdan?
Después de Raúl, hizo falta una calculadora para ir contando a tanto político que lo emuló en la acumulación de contratos, comisiones, cuentas bancarias y propiedades. Casos sonados de saqueo del erario. Usted ponga los nombres del año que quiera.
Y es el caso recientemente revelado por el equipo periodístico de Carmen Aristegui sobre Alejandra Sota. Se dice que amigos de la ex vocera de Felipe Calderón constituyeron una “sociedad civil” denominada Defoe, a la cual le otorgaron diferentes contratos por “asesorías”, que ascienden a más de 38 millones de pesos.
La investigación reveló el vínculo entre Sota y Defoe, encabezada por Yamil Gustavo Nares, un amigo de ésta y ex funcionario de la Presidencia, quien conformó la “sociedad” en 2009 y tan sólo dos meses después comenzó a conseguir contratos de Los Pinos.
Y otra vez el cinismo, lo increíble. Se afirma que de los 7 contratos que la Presidencia de la República otorgó a Defoe, el más alto se otorgó por más de 9 millones de pesos el 9 de noviembre 2012, es decir, a unos días de que concluyera el sexenio de Calderón; esa cantidad se pagó por una “consultoría especializada en materia de comunicación para el análisis de las estrategias y acciones utilizadas por la delincuencia organizada con y para generar impacto mediático en la opinión pública”. ¿What?
Para eso han querido el poder. Para despacharse con la cuchara grande. Atascarse de contratos al estilo Juan Camilo Mouriño. Renovar el año de Hidalgo. Esa es nuestra infame cultura política que no tiene fin y cuyo principio ya es lejano.