Energética… suspenso
¬ Juan Manuel Magaña martes 6, Ago 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Se ha dicho que mañana miércoles el presidente Enrique Peña Nieto enviará al Congreso su iniciativa de reforma energética. Pero su secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, metió ayer algo de suspenso para decir que Peña apenas está por decidir la fecha para presentarla.
En cambio, el líder del PRI, César Camacho Quiroz, le dio mejor una vuelta más de tuerca al tema. Y así rechazó el surgimiento del “México bronco”, con motivo de la discusión y análisis de la mentada reforma, al esgrimir que el México del siglo XXI es un país de instituciones, donde prevalece el acuerdo y la civilidad política.
¿Cómo cree saber tanto? ¿Cómo caben esos cálculos en la simple ecuación de que para la operación que viene el PRI y asociados tienen el 70 por ciento de los votos en el Congreso, pero no el 70 por ciento de respaldo social si se tratara de una reforma extrema?
Es lo que está por verse en los próximos días y semanas. Pero por lo pronto, el priísmo estuvo muy activo en la víspera del parto. Hablaron, además de los ya mencionados, el diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa. Y el debate se ha petrolizado. El primero dijo que cambiará el paradigma de que el modelo energético sea ahora para crecer y no para recaudar.
Pero Gamboa fue más allá. Dice que gran parte de la propuesta federal se basará en la iniciativa de Ley Reglamentaria al artículo 27, enviada por el ex presidente Lázaro Cárdenas en 1939 al Congreso, que permitía la entrada de la iniciativa privada al sector petrolero mediante contratos con particulares en las ramas de exploración y explotación.
Los priístas iban solos. Incluso, Pedro Joaquín añadió al misterio de la reforma energética los rasgos de un retrato hablado: que será una transformación de fondo, cualquier cosa que eso signifique. Eso sí, pidió que el debate sea objetivo y sin dogmas.
Y a lo mejor el dogma resulta ser el general Cárdenas. Porque a esa sola mención “El Peje” salió a la superficie. Andrés Manuel López Obrador rechazó que la propuesta de reforma energética del gobierno replique a la del general Lázaro Cárdenas, pues éste consideraba traidor a la patria a quien entregara los recursos naturales al extranjero, a diferencia de la posición oficial.
Para “El Peje”, lo “de fondo” a que se refiere el secretario de Energía, significa que “quieren volver a entregar el petróleo a extranjeros y quieren modificar el artículo 27 constitucional. Quieren entregar la renta petrolera a extranjeros; nos quedaríamos sin presupuesto, no habría dinero para educación pública, para salud, para el desarrollo. Esto agravaría aún más la crisis económica y social”.
Más tarde, el dirigente priísta César Camacho volvió a la carga. A lo mejor oyó o leyó a “El Peje”, porque advirtió que su partido podría defender en las calles la reforma en vías de presentarse. Y hasta aseguró que “quienes buscan confundir a la opinión pública con argumentos contrarios a los méritos que acompañan al plan energético, no lo van a lograr”.
El caso es que, a un día quizá de que se conozca la propuesta gubernamental, Pedro Joaquín habló de un panorama desolador: caída en la producción de petróleo, aumento en la importación de gas y gasolina, así como la pérdida de 4.4 millones de barriles por tomas clandestinas.
En esencia, habló del resultado del descuido gubernamental por sexenios al patrimonio nacional. Y ahí está la clave, en esencia, de lo que debería ser una reforma “de fondo”: comenzar a cuidar lo nuestro. Todavía hay tiempo.