Los Templarios han penetrado al gobierno
Roberto Vizcaíno miércoles 31, Jul 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los expertos en el tema dudan mucho que la estrategia sea la adecuada
- Los delincuentes tienen control, no sólo del territorio, sino una amplia base de apoyo social
- El asesinato del vicealmirante y su escolta deja en claro que tienen infiltrados
Vencer, erradicar a la delincuencia organizada que opera y domina quizá la mitad del territorio de Michoacán desde Apatzingán hasta la costa y desde Guerrero a Colima, y mantiene secuestrada a la otra mitad, quizá trascienda a este sexenio pues ya sea La Familia Michoacana o Los Caballeros Templarios cuentan con una amplia base social que la convierte casi en una guerrilla, advierten reconocidos estudiosos como Edgardo Buscaglia.
El presidente del Instituto de Acción Ciudadana para la Justicia y la Democracia A.C., investigador del Hoover Instituttion y miembro de la plantilla de la Universidad de Georgetown, Buscaglia es doctor en Derecho, Economía, Jurisprudencia y Política Social por las Universidades de Illinois y de Berkeley. Es además Senior Law and Economics Scholar de la Universidad de Columbia (Nueva York) y desde 2001, asesor de la Naciones Unidas, organización para a que ha trabajado en calidad de jefe de Misiones y de director y experto en materia de reforma judicial en países como Afganistán, Jordania, Pakistán, Nigeria y Colombia.
Pero sobre todo, Buscaglia es de unos años a la fecha uno de los mayores expertos sobre la delincuencia organizada en México y por lo tanto punto de referencia respecto de lo que ocurre en este país.
Y desde esta posición coincide plenamente con la aceptación hecha hace unos días respecto de que existen zonas del país donde el control lo ejerce la delincuencia y no el Estado.
Esto mismo fue ratificado ayer por el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quien en una entrevista con Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula, dijo:
“Una de las grandes virtudes del gobierno es que no dice mentiras… lo dijo con toda claridad: hay zonas, afortunadamente pocas, que están bajo control de la delincuencia… pocas… en Tamaulipas han venido recuperándose poco a poco… se van a recuperar todas, no puede haber una que no esté bajo control del Estado… tendremos que recuperar lo que es nuestro, de los ciudadanos”, dijo no sin cierta dificultad por lo que representa aceptar esto.
Buscaglia va más allá, y explica que los grupos de la delincuencia organizada han penetrado en la misma estructura social y se han convertido en autoridad que juzga, dicta órdenes y normas sociales y económicas además de recaudar impuestos determinados por ellos.
Considera que al menos 7 de cada 10 empresas establecidas tienen vínculos o dependen de ellos.
Y los que operan en Michoacán se han extendido y se encuentran con sus decisiones en otros muchos estados del país.
No pocos ciudadanos les deben favores –ya sea porque intervinieron para conseguir un permiso para un pequeño negocio o les prestaron dinero, o porque les consiguieron un empleo, o porque sufrieron una agresión y ellos actuaron para hacer “justicia”–, y por ello a pesar de que los habitantes de un poblado saben quiénes son y dónde se encuentran, no lo dicen a las autoridades.
Pero además los ciudadanos saben que las autoridades — alcaldes, regidores, policías, diputados locales o federales y otros muchos–, actúan en connivencia con los delincuentes.
En este contexto los delincuentes que tienen bajo su control desde hace decenios a Michoacán –y otros muchos estados–, podrán sufrir algunas bajas o cambiar de jefes, pero no desparecer.
Por ello, hoy militares, marinos, agentes federales y otros cuerpos de seguridad e inteligencia como los del Cisen, actúan cerrando un círculo sobre la vasta zona de tierra caliente en Michoacán bajo la idea de que podrán mantener dentro de este círculo a Los Templarios o los de La Familia y así poder descabezarlos.
Pero la ejecución del vicealmirante Carlos Salazar Ramonet y un guardiamarino que actuaba como su guardia personal, muestra que está muy lejos de que el gobierno tenga el control de la zona.
Para mostrarlo vale la pena seguir la entrevista hecha ayer por López Dóriga, donde el procurador Murillo Karam explica que el jefe de la Octava Zona Naval con sede en Puerto Vallarta, al verse frente a un bloqueo carretero, tuvo el desatino de ordenarle a su chofer salirse de la autopista para ir por un camino vecinal, orientados sólo por un GPS.
Pronto fue alcanzada su camioneta por otra, que se le cerró y sus tripulantes –ahora se sabe que eran miembros de Los Caballeros Templarios–, le ordenaron identificarse.
De la camioneta del vicealmirante fue lanzada una alerta que fue recibida por militares que hacían vigilancia cerca del lugar.
En eso estaban cuando llegó otra camioneta con más maleantes y sin medir palabra dispararon.
El jefe de la Octava Zona Naval y su guardia repelieron el ataque y mantuvieron durante unos minutos entretenidos a sus agresores. Tiempo que sirvió para que grupos el Ejército pudieran llegar al lugar.
Esto provocó que los delincuentes de una de las dos camionetas escaparan, pero que la otra quedara prácticamente en el lugar y sus ocupantes, tres en total, pudieran ser capturados.
Por ellos y por la esposa y chofer del vicealmirante, quienes resultaron heridos pero con vida, se sabe hoy lo que ocurrió en el lugar.
Pero los delincuentes han aportado información valiosa para entender la penetración y control de la delincuencia organizada en Michoacán .
El procurador Murillo explicó que los detenidos relataron que “alguien avisa a los de la camioneta blanca (los que alcanzan y se le cierra y piden que se identifique al vicealmirante, su esposa y acompañantes), que es la primera que lo detiene…
“Según los detenidos (les avisan) que hay una camioneta “rara”, era una no blindada, blanca, el vicealmirante iba de civil con su esposa, y les ordenan detenerla… y al ratito llega la otra, llega disparando, se hace la balacera”.
La conclusión es simple: pese a los rondines del Ejército, la Marina y la PFP, Los Caballeros Templarios controlan caminos y detienen vehículos “sospechosos” para ellos…
Y el hecho de que los de la segunda camioneta lleguen disparando indica que la alarma, la alerta enviada desde el vehículo del vicealmirante no sólo la recibieron los militantes, sino también Los Templarios quienes llegan ya no a negociar, sino a ajusticiar, a matar.
¿Cayeron tres Templarios? ¿Y?
Los hechos indican que estos grupos no temen que les detengan a algunos de los suyos. Ellos tienen el control y actúan en consecuencia sin importar que haya miles de solados, marinos y agentes federales porque tienen sus frecuencias de radio… y quizá alguno que otro informante de dentro.
Así las cosas, va a ser muy difícil que se pueda acabar con ellos. Pobre de Michoacán y de los michoacanos.