Pobreza, el dato casual
¬ Juan Manuel Magaña martes 30, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Mediática y políticamente, con las cifras de la pobreza pasa como con la basura que se esconde debajo de la alfombra. Así se le guarda, todo mundo sabe que está ahí y que se sigue acumulando, pero cuando viene el nuevo dato, que cada vez es peor, entonces se pone cara de asombro y se pregunta ¿y esto de dónde salió?
Los políticos la han acumulado así durante 30 años, pero ellos no saben que son culpables. Y los grandes medios se han hecho de la vista gorda al respecto, interesados como están en llevarse siempre bien con el poder, sea priísta, panista o perredista.
Y ayer que se dio el dato de que en México hay 53.3 millones de mexicanos en pobreza, o sea el 45.5 por ciento de la población, los “líderes de opinión” y los dirigentes políticos expresaron como con horror: “eso es inaceptable”. Pero mañana, la mayoría no va a recordar los datos.
Unos creen que hacen su trabajo cuando en campaña se retratan con los pobres. Para los otros creen que basta con algún Teletón.
Los pormenores los dio la institución mexicana encargada de medir la pobreza: el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el Coneval. Se dijo que el porcentaje anterior resultó algo menor al que había en 2010 que ascendía a 46.1, cosa en la cual no hay ninguna hazaña.
Según el secretario ejecutivo del organismo, Gonzalo Hernández Licona, en pobreza extrema se encuentran 11.5 millones de personas, el 9.8 por ciento de los mexicanos, menos que hace dos años cuando fue de 11.3 por ciento.
Los datos corresponden a la medición de pobreza en 2012 y se dijo que hay 23.2 millones de personas que no son pobres ni vulnerables, y que el resto de los mexicanos enfrentan alguna carencia social o tienen problemas de ingreso. De ese tamaño es la desigualdad.
Como se trata de una medición multidimensional de la pobreza, se considera el rezago educativo, que bajó entre 2010 y 2012 del 20.7 por ciento de la población al 19.2; el acceso a los servicios de salud, que tuvo la mayor reducción al pasar de 29.2 por ciento al 21.5; la carencia por acceso a la seguridad social, la cual se elevó del 60.7 al 61.2; la calidad y los espacios en la vivienda, que tuvo una caída del 15.2 al 13.6; la carencia de acceso a los servicios básicos de la vivienda, que bajó de 22.9 a 21.2, y la carencia por acceso a la alimentación, que disminuyó del 24.8 al 23.3.
Los cinco estados más pobres siguen siendo los mismos: Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Puebla, aunque se dijo que en los cuatro primeros la pobreza extrema tuvo una reducción. ¿Será?
Hernández Licona explicó que si bien ha disminuido carencias sociales, en cuanto al ingreso no ha habido avances. Y advirtió: “Si los ingresos no crecen nos será difícil reducir la pobreza”.
El problema, digo yo, es que eso del mal ingreso es el peor resultado neto de los últimos 30 años de política económica. En eso se resume todo eso que nos vendieron con ideas como solidaridad, bienestar para la familia, foxilandia y calderonlandia.