La Reina de Corazones festeja a lo grande 20 años de carrera
Espectáculos lunes 24, May 2010En primera fila estuvieron sus papás Silvia Pinal y Enrique Guzmán, así como el médico que le salvó la vida
Gloria Carpio
Alejandra Guzmán dio una muestra de cómo conjurar los problemas con trabajo y volviendo a la esencia de toda su vida: el público que la hizo famosa y que demostró que sigue siendo una artista por demás popular, con fans demasiados fieles, rendidos a sus pies.
Fue tan grande el poder de convocatoria que lució la roquera en su recital por sus 20 años de carrera artística, que logró primero reunir a 12 mil almas en el Palacio de los Deportes; a su familia completa incluyendo a Enrique Guzmán y Silvia Pinal; a sus hermanos Luis Enrique y Enrique Jr. y a un personaje de marcada significación para su vida: el médico que la salvó de su último problema en los glúteos: Raúl López Infante, a quien dedicó el recital.
Había poderosas razones para que Alejandra Guzmán estuviera eufórica y proyectara un concierto subyugante y espectacular, con ocho cambios de vestuario, entre los que destacaron los tres de las portadas de sus discos y dentro de éstos el del penacho con un diminuto bikini.
La mujer, quien abrió su concierto con “Soy solo un secreto”, la primera de 24 canciones, tuvo de todo, desde sus clásicas expresiones de “los quiero un chingo y los necesito”, hasta el momento más emotivo y nostálgico, cuando dedicó el concierto a su médico, Raúl López Infante, de quien dijo, gracias a este hombre de ciencia “tengo las mejores nalgas, las más conocidas, de las que quedé mejor que nunca”.
Sin embargo, para una parte del público, los más sentimentales y apasionados, el momento más melancólico del concierto, fue cuando interpretó “La Plaga” en dos versiones, en la que actualmente ofrece en los palenques y la clásica de su padre, a quien se le proporcionó un micrófono para que le hiciera los coros y el Domo de Cobre se desbarrancara con una estruendosa ovación tan nostálgica.
La audiencia también concurrió con un espíritu festivo, pues sabían que iban a celebrar 20 años de sensualidad, donde la cantante confirmaría que es única (como se titula uno de sus discos) y que podía ser secundada en todo lo que hiciera, por lo que decidió realizar el ritual mexica del amor que llama a la armonía, a la buena vibra y penetra los corazones.
La gente fue dispuesta a disfrutar todos los movimientos de su artista y ésta no les falló, sobre todo el vestuario desquitó el boleto, pues la mujer lo mismo salió vestida de gala, como de diabla y de policía, o con sus diminutos bikinis que prácticamente dejan pasmada a la audiencia, sobre todo a las mujeres que siempre elogian su bien formado cuerpo.
A sus 42 años de edad, mostró sobrada entereza cuando fue nombrando a sus invitados a la velada y dijo que por estar rodeada de amigos y la totalidad sus familiares, no les fallaría, porque ellos son los que le han permitido vivir, sin importar las desveladas y las mal comidas.
Y para demostrar que sus problemas quedaron atrás, pidió a sus fans que la acompañaran son sus voces, primero con “Hacer el amor con otro” y luego con “Eternamente bella”, con las cuales las 12 mil almas formaron un coro colosal que será difícil se vuelva a repetir en el mismo escenario, pues el Domo de Cobre tiene una impresionante acústica que lo hizo rugir cual indómita pantera.