La sanción no afectó a la culpable
Roberto Vizcaíno viernes 26, Jul 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Andrea Benítez quedó formalmente intocada, pero sí señalada como el sinónimo de la prepotencia y el abuso de poder
- Los gobernadores de Aguascalientes, Hidalgo y Coahuila fueron excluidos del convivio priísta en Los Pinos
- Al de Chihuahua no lo salvó su consagración al Sagrado Corazón; las inundaciones tienen en el desastre a esa entidad
Cosas de la vida, hay casos donde la justicia no llega al verdadero culpable, a pesar de que todos lo conocen y él admite su delito.
Eso es lo que acaba de ocurrir con la sanción final, dictada desde su competencia, por el equipo que encabeza el titular de la Secretaría de la Función Pública, Julián Olivas Ugalde, para cerrar formalmente el caso conocido dentro y fuera de México como el de Lady-Profeco y el restaurante Máximo Bistrot.
Ayer, la Función Pública informó que 7 servidores de la Procuraduría Federal del Consumidor vinculados al caso fueron finalmente sancionados.
Los responsables son: el entonces subprocurador de Verificación, el ex director general de Verificación y Vigilancia, el ex jefe de Departamento de Verificación de Normas Oficiales Mexicanas a quienes se les destituyó e inhabilitó durante un año.
Al director de Procedimientos y Sanciones solo se le dictó su cese mientras que a 3 inspectores de Programas Especiales, comisionados como Verificadores, fueron suspendidos durante 6 meses.
Con esto concluye -afirma la SFP-, el proceso legal del caso. Y advierte:
“El gobierno de la República refrenda su compromiso de trabajar con responsabilidad, honestidad y transparencia y reitera el debido cumplimiento de la Ley para evitar casos de abuso y corrupción en la administración pública federal”.
Antes, el miércoles 15 de mayo el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong anunció que, por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto, quedaba cesado fulminantemente el procurador Humberto Benítez.
Y es que su hija Andrea, había provocado el viernes 26 abril anterior, un incidente en el restaurante Máximo Bistrot, ubicado en la colonia Roma, que derivó en la clausura del negocio luego de un operativo ilegal, arbitrario de la Profeco.
El asunto se convirtió en un escándalo en redes sociales y quedó sancionado como una muestra del abuso de poder en que se podía incurrir dentro del nuevo gobierno.
El escándalo llegó inevitablemente horas después al propio presidente Peña Nieto quien ordenó a Olivas Ugalde abrir una investigación y llegar con castigos al fondo del caso.
A la única que no pudo finalmente tocar Olivas Ugalde fue a Andrea Benítez González, hija de Humberto Benítez, simplemente porque ella no era funcionaria de la Profeco…
Así la verdadera culpable de todo este sainete quedó exonerada legalmente, pero no impune, porque para la historia ella será siempre Lady-Profeco, sinónimo de la prepotencia y el abuso de poder.
ENCUENTRO DE PRIÍSTAS
A mediados de la semana el presidente Enrique Peña Nieto comió en Los Pinos, con 17 gobernadores priístas y el único del PVEM.
El comunicado formal dijo que fue un encuentro de trabajo. Los hechos indican que fue un encuentro partidario, pues no hubo mandatarios estatales ni del PAN ni del PRD.
Seguro algo tuvieron que ver los resultados de las elecciones del 7 de julio y el Pacto por México.
Es interesante ver que en ese cónclave no estuvieron 3 gobernadores tricolores: el de Aguascalientes, Carlos Lozano; de Coahuila, Rubén Moreira y el de Hidalgo, Francisco Olvera.
¿Tuvieron algo más importante que hacer que estar en Los Pinos con el Presidente de la República? , ¿Se les fue el autobús?, ¿O no fueron invitados?
Percibimos que ocurrió esto último, ahora habrá que saber por qué Peña no los quiso incluir en ese concilio.
Los que sí fueron convocados son: el de Campeche, Fernando Ortega Bernés; el de Chiapas, Manuel Velasco Coello (que es del PVEM, pero que actúa como si fuese priísta); el de Chihuahua, César Duarte Jáquez, a quien no le importó que su estado estuviera bajo el agua; el de Colima, Mario Anguiano Moreno; el de Durango, Jorge Herrera Caldera; el de Jalisco, Aristóteles Sandoval; el del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas; el de Michoacán, Jesús Reyna García; el de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda; el de Nuevo León, Rodrigo Medina; el de Querétaro, José Calzada; el de Quintana Roo, Roberto Borge; el de San Luis Potosí, Fernando Toranzo; el de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú; el de Tlaxcala, Mariano González Zarur; el de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa; el de Yucatán, Rolando Zapata Bello y el de Zacatecas, Miguel Alejandro Alonso Reyes.
DIOS NO QUIERE A DUARTE
Los malosos de por allá —y de por acá-, andan diciendo que durante las dos últimas semanas ha quedado demostrado que el gobernador de Chihuahua, César Duarte -quién presume de tener derecho de picaporte con el presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos-, simplemente no tiene la menor influencia con el Sagrado Corazón.
Y es que a pesar de que el pasado 21 de abril, en la Universidad Autónoma de Chihuahua, y ante más de 10 mil personas, encabezó una ceremonia inédita en la que hizo los siguientes pronunciamientos:
“Yo, César Duarte Jáquez, me consagro a mí mismo, a mi familia, a mi servicio público en la sociedad (y) pido al Sagrado Corazón de Jesús que escuche y acepte mi consagración, que me ayude a la intercesión del inmaculado corazón de María (y) le entrego a Dios y a su divina voluntad todo lo que somos, todo lo que tenemos en el estado de Chihuahua (y) le pido perdón a Dios por todo lo que ha sucedido en el estado de Chihuahua en el pasado, le pido que nos ayude a cambiar todo lo que no sea de él. Yo, César Duarte, declaro mi voluntad delante de Dios, delante de los señores obispos y de mi pueblo. Amén…”, Duarte y su estado no han sido bendecidos.
No se sabe por qué se consagró a Dios. Quizá porque tenía algunas proyecciones del meteorológico que podría haberle advertido que en el estado y dentro de su período se les venía el diluvio encima, e intentó conjurarlo.
Pero está visto que ni el Sagrado Corazón ni la Virgen María, a quienes se consagró en abril, lo escucharon ni protegieron.
Y como Duarte no fue cubierto por la protección divina, hoy la Secretaría de Gobernación a través de la Coordinación Nacional de Protección Civil declaró estado de emergencia para los municipios chihuahuenses de Aldama, Allende, Cusihuiriachi, Chihuahua, Dr. Belisario Domínguez, Delicias, Hidalgo del Parral, Jiménez, Julimes, Meoqui, Rosales y Satevó.
Todos ellos resultaron severamente afectados por las trombas, Chubascos, tormentas y aguaceros que cayeron ahí entre el16 y el 21 de este mes de julio.
Desde hacía 23 años no ocurría en este estado algo similar. Fue en septiembre de 1990 cuando ocurrió la más reciente tromba y otras tormentas que dejaron entonces 5 muertos, 32 colonias inundadas y miles de damnificados que fueron colocados en 32 albergues.
Lo obvio es que, al parecer, Dios tampoco quiere a Duarte.