Calderón ya decidió: él será el único responsable
Roberto Vizcaíno lunes 24, May 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Al imponer la integración a modo del Consejo Nacional panista —que elegirá a todos los candidatos que surjan de este partido de aquí al 2013, incluido por supuesto el presidencial del 2012—, Felipe Calderón decidió ser el único responsable de llevar a la victoria o a la derrota a su partido en el 2012
Algunos medios apenas lo mencionaron. No vi tampoco que algún analista lo haya retomado, pero hoy -a propósito de su discurso del sábado ante la cúpula de su partido-, vale la pena recordar que en alguna parte de su gira por España y Estados Unidos Felipe Calderón dijo absolutamente convencido que la única batalla que no había ganado en México era la de la “percepción”.
¿Qué significa esto?
Bueno, es simple: que pese a que líderes de todos los sectores, analistas, intelectuales, el pueblo en general y sobre todo los indicadores más serios e importantes nacionales y extranjeros advierten que su gobierno ha sido uno de los peores en la historia del país, él cree todo lo contrario.
Y mire si no. El sábado, en medio de una arenga que simplemente no logró prender a los panistas asistentes, Calderón les dijo que hoy les corresponde a los blanquiazules “ir ahora casa por casa, de puerta en puerta” (quizá en ejemplo de lo que Andrés Manuel López Obrador viene haciendo al menos desde hace 3 años), “y decirle a cada ciudadano que el PAN es el partido que México necesita…”
¿Nada más? ¡Claro que no! Ya que estén de frente a cada mexicano, los panistas deberán decirles además que el gobierno de Calderón ha tenido grandes avances, sobre todo “en infraestructura (¿?), economía (¿¿??), educación (¿¿¿???), y generación de empleos (¿¿¿¿¿¿??????)”.
Puntualizó:
“Es mucho el legado que el PAN le está dejando a México. Yo les pido que no sólo estén orgullosos de este que es nuestro legado, sino que lo difundan, lo comuniquen y que sepa todo México que Acción Nacional no es sólo un partido humanista, honesto (sino que) gobierna y bien a México”, aseguró.
Las crónicas del evento no indican ningún aplauso eufórico a estos señalamientos. Más bien todo lo contrario. Les recomiendo, si pueden ustedes tener acceso a ella, la crónica que sin desperdicio escribió ayer el reportero Víctor Hugo Michel, en el diario Milenio.
Pero Calderón no se quedó ahí. Confirmó con sus recomendaciones lo que otros muchos ven hoy afecta al PAN: que viven en la desunión y la confrontación internas; que están sumidos en la derrota electoral, y en medio de rencillas y disputas por los cargos políticos a su alcance, y que además de todo están dormidos.
Si no ocurriera todo lo anterior, ¿cómo podríamos entender que su líder máximo les pidiera “despertar, reorganizarse y unirse para “seguir sirviendo a México desde el gobierno”?
“Si el partido se lo propone –les precisó-, puede transformar esa realidad política (la de las derrotas electorales), lo que hay que hacer es reorganizar nuestras filas, hay que dejar de dividirnos, dejar atrás las rencillas, las disputas por los cargos y por los puestos políticos…unirse como una sola fuerza; demos la espalda a quienes pretendan dividirnos, unámonos y vayamos por lo que es lo nuestro, el apoyo ciudadano”.
Concluyó al indicar que “es el momento de recomponer nuestra fuerza, que está sentada en la razón y en la ciudadanía”, y los convocó a “abrazar de nuevo el ideal de la victoria, del triunfo”.
De ahí que apenas al salir de la sede central del PAN, donde se realizó la Asamblea Nacional en la cual se eligieron 300 nuevos consejeros, el senador Santiago Creel, principal adversario político interno de Calderón y a quien no pocos ven como el próximo candidato presidencial de Acción Nacional, dijera que lo que requiere en este momento su partido es:
– Ejercitar una conciencia crítica que profundice en las causas que han derivado en malos resultados electorales y en indefiniciones ideológicas y programáticas.
– Pero sobre todo en las causas que han propiciado un alto divisionismo y enfrentamientos al interior del PAN tanto a nivel municipal, como en las entidades y a nivel nacional.
– Y profundizar igualmente en el proceso de apertura del PAN para acercarlo más a la sociedad.
Creel fue el tercer consejero que más votos recibió el sábado. Eso, dijo, lo responsabiliza a llevar al seno del Consejo Nacional del PAN las demandas, aspiraciones y reclamos de las bases.
Interrogado respecto al llamado de Calderón de dejar atrás los pleitos al interior de su partido, aprovechó para tundirle de nuevo:
“Yo le tomo la palabra… Tal y como él lo dijo, hay que dejar atrás pleitos, historias del pasado, viejos resabios y todo lo que sea fuente de división, de confrontación entre panistas.
“Es bueno que venga de parte del Presidente de la República ya que su grupo ha ejercido la mayoría dentro del partido y es importante que esa mayoría cambiada hoy por la integración del nuevo Consejo, acepte apertura, un diálogo, el poder incluir a quienes han estado del otro lado de la mesa en cuestiones de índole interna y que nos unamos todos juntos para enfrentar lo externo”.
Al buen entendedor: Creel acusa, denuncia, señala que es el grupo de Calderón que domina al PAN, el que provoca lo que el Presidente llama a acabar… la desunión, la confrontación y las riñas internas, ¿o no?.
En fin, así las cosas hay quien indica que de los 300 consejeros electos, 150 ya lo eran y sólo fueron ratificados y los otros 150 llegaron por votación. En su mayoría todos muy cercanos a Calderón, al grado de que todas las notas informativas al respecto advierten que el Presidente domina a sus anchas no sólo al CEN presidido por César Nava, sino ahora al mismo Consejo Nacional panista.
Entre quienes quedaron o fueron ratificados se encuentran: Margarita Zavala, esposa de Calderón; Mariana Gómez del Campo, su sobrina; Patricia Flores, su jefa de oficina en Los Pinos; Maximiliano Cortázar, su jefe de prensa; Gerardo Ruiz Mateos, su secretario de Economía; Salvador Vega Casillas, su secretario de la Función Pública; Rafael Elvira, su secretario de Medio Ambiente y Ecología; Abelardo Escobar, su secretario de la Reforma Agraria; José Luis Luege, titular de la Comisión Nacional del Agua; Rogelio Carvajal, uno de sus amigos más cercanos; Josefina Vázquez Mota, su ex secretaria de Educación y líder de la bancada blanquiazul en San Lázaro; Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y Transportes; Manuel Minjares, subsecretario de Gobernación y Jordy Herrera, subsecretario de Energía.
Todos por demás cercanos a Calderón. Podría decirse que el PAN es hoy gobernado “en familia”.
El caso es que este Consejo Nacional será el que elija a todos los candidatos panistas que surjan de aquí al 2013, incluido por supuesto al que buscará suceder a Felipe Calderón en el 2012.
El tan denunciado “dedazo presidencial” de otros tiempos está, pues, más que anunciado.
Todo esto significa que al imponer la integración a modo de este Consejo Nacional panista -que comenzará por elegir (o ratificar) dentro de unos meses al presidente del CEN hoy en manos de César Nava y después a todos los demás candidatos que surjan de este partido, incluido el que buscará ser su sucesor-, el presidente Felipe Calderón decidió ser el único responsable de llevar a la victoria o a la derrota a su partido en el 2012.
Este fue el mensaje central de todo lo ocurrido en la Asamblea panista del sábado pasado que duró más de 7 horas y en la cual estuvieron presentes los gobernadores Juan Manuel Oliva, de Guanajuato; Emilio González Márquez, de Jalisco; Guillermo Padrés, de Sonora; Marco Antonio Adame, de Morelos y Héctor Ortiz Ortiz, de Tlaxcala. De los 6 gobernadores panistas sólo faltó Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes, y quien ha roto con el panismo.
Ahí también estuvieron los candidatos blanquiazules comenzando con el ex priísta sinaloense Mario López Valdés, mejor conocido como Malova; otro ex priísta, Miguel Ángel Yunes, aspirante por Veracruz; otro ex priísta más, Gabino Cue, por Oaxaca; la foxista Xóchitl Gálvez, por Hidalgo; la casi ex panista Alicia Ricalde, candidata de Acción Nacional en Quintana Roo y quien se ha quejado públicamente de que su partido ni la apoya ni le da el dinero que le corresponde y que por ello está a punto de botar la nominación y regresar a la alcaldía de Isla Mujeres, de la cual pidió licencia; y José Sacramento, quien es candidato a la gubernatura por Tamaulipas.
Un encuentro como se ve interesante por sus implicaciones, algunas de las cuales apuntamos apenas en esta columna.