El camino de una reforma
¬ Juan Manuel Magaña martes 23, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Poco a poco se acerca el momento estelar del año: la hora de decidir qué hacer con nuestra riqueza petrolera.
El líder panista Gustavo Madero ya salió con su propuesta de reforma y jura que no es privatizadora. El presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, afirmó que el Congreso ya está listo para discutir el tema y se pronunció por legislar sin dogmas en la materia. Marcelo Ebrard y el Chucho Zambrano proponen consulta popular y hasta referéndum en materia. Y Andrés Manuel López Obrador convocó ayer a una concentración el 8 de septiembre.
Falta mucho todavía, pero ya estamos viendo cómo se pavimenta el camino no sé si del cielo o del infierno. De hecho, acabamos de conocer un sondeo realizado por la Cámara de Diputados para conocer la opinión de la ciudadanía.
La mayoría de las personas que contestó dijo que, a pesar de la corrupción en la empresa y el sindicato, es preferible no admitir la inversión privada en la empresa paraestatal, especialmente en aguas profundas.
La investigación, primera de este tipo, fue realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de dicha cámara entre el 6 y 7 de julio, y el dato más rotundo fue que 55 por ciento de los consultados coincide en que “la inversión extranjera en materia petrolera es un ataque a la soberanía nacional”.
Otros datos buenos del sondeo son que más de la mitad respondió que siente ‘‘poco o nada’’ de orgullo por Pemex y el resto dijo estar entre ‘‘algo y muy orgullosos’’. Sobre el manejo de los recursos en la petrolera, casi 70 por ciento afirmó que los ejerce de manera ‘‘poco transparente’’. Supongo que sexenio tras sexenio fue cristalizando todo este pésimo sentir.
Y en cuanto a la corrupción en la empresa, la conclusión del estudio fue: 88 por ciento de los encuestados dijo que existe mucha o algo de esa cosa, y sólo 8 por ciento cree que existe poca o nada en la empresa.
Un sondeo así va informando qué quiere, siente y piensa la gente en este caso. Pero lo raro fue que el diputado Arroyo Vieyra descalificó esa encuesta telefónica de la propia Cámara de Diputados. ¨Vamos a revisar cuál fue la metodología, porque andan muy ‘sácalepunta’ estos del centro de estudios, cuando no le hemos informado a la ciudadanía exactamente de qué se trata”.
Desconcertante, ¿no?
Como sea, este asunto generará mucho debate en las próximas semanas. El priista lo sabe y quizá por eso para no quedarse en la descalificación tuvo que dar una opinión. No dijo poco: “Yo creo que en México podríamos en este momento hacer una empresa moderna y con el perfil nacionalista con que el general Lázaro Cárdenas nos la dejó”.
Así está mejor. Lo deseable es que sean las ideas y no las descalificaciones las que decidan una de las cosas más importantes para los mexicanos.