Lo que vale un “capo”
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 17, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Por fin cayó uno de los narcotraficantes más temidos y buscados tanto en México como en Estados Unidos: Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, líder de los Zetas.
Encabezaba pues la organización más sanguinaria del periodo de violencia inaudita que ha vivido México -gracias a Felipe Calderón-, a la que se atribuyen tráfico de estupefacientes, lavado de dinero, ejecuciones, masacres, decapitaciones, extorsión, secuestros y asesinatos de migrantes, así como el robo de combustibles.
Para mayor detalle, se supone que fue él quien ordenó el secuestro y posterior homicidio de 265 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, ¿se acuerdan?
Y por ello anteayer fue descrito por el vocero del gabinete de Seguridad, Eduardo Sánchez, como una persona cruel que atacaba con saña a sus víctimas.
El Z-40 se convirtió en el número uno en la cadena de Los Zetas en octubre del año pasado, tras la presunta muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, aquél que en Coahuila fue abatido por elementos de la Marina durante un enfrentamiento y cuyo cuerpo fue robado de una funeraria y hasta la fecha no ha sido encontrado.
Una de las rarezas a las que el periodo de Calderón nos tuvo acostumbrado, ¿se acuerdan?
El caso es que se dice que el ascenso de El Z-40 fue favorecido porque ya quedan pocos de los 40 militares de élite que fundaron Los Zetas, grupo que se convirtió en el brazo armado del cártel del Golfo.
Bueno, pues se trata del primer “capo” de peso que cae en la red del gobierno de Enrique Peña Nieto, quien ayer comentó el asunto al decir que “cuando hay coordinación, uso de inteligencia y de tecnología para combatir a la criminalidad se pueden tener resultados eficaces como el logrado ayer”.
Agregó que todo fue posible gracias a la coordinación de los organismos de seguridad pública y sus similares en los estados del país.
Por su parte las autoridades subrayaron el hecho de que la detención efectuada por la Armada de México fue en un operativo sin balas ni heridos, cerca de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Es decir, el gobierno ha marcado de inmediato ciertas diferencias con la manera en que Calderón y su policía Genaro García Luna efectuaban las operaciones de captura y presentación de capos.
Peña subraya la inteligencia, cosa que a su antecesor no se le dio. Antes se les mostraba a los presuntos delincuentes en medio de un despliegue mediático —hasta en montajes de tele-, considerado violatorio de sus derechos humanos.
Ahora sólo hubo un anuncio en la Secretaría de Gobernación y reparto de fotografías y de un mapa del punto donde fue localizado el personaje y sus secuaces.
O sea, el gobierno no exageró en la relevancia del capturado como si hubiese conquistado una medalla de oro olímpica.
Y esto lleva al meollo de esta entrega porque de inmediato surgió la polémica sobre la captura.
Dice el coordinador de diputados panistas que lo de El Z-40 es apenas la primera captura importante de este gobierno, apenas un primer logro comparado con Calderón que tuvo muchos.
Ah qué señor Villarreal. Por eso a este país le fue como le fue. Por hacer creer que una guerra al narco tendría éxito si se basaba en la captura de narcos.
Por eso Calderón generó una imparable violencia y destrozó al país y generó unos cien mil muertos. Por eso fracasó y dejó todo peor que como se lo dejó Fox, por atender eso que sólo quería Washington.
Y el señor Villarreal parece proponer un torneo de capturas. ¿Pues que no vive aquí?