¿De verdad ganó el PRI?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 17, Jul 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Como siempre, los partidos políticos hacen cuentas alegres al término de un proceso electoral.
Todos lanzan las campanas al vuelo, se consideran ganadores, hacen sus evaluaciones, realizan cuentas alegres y jamás reconocen el avance de las otras fuerzas política, ni el propio retroceso.
Donde gana reconocen que fue gracias a la democracia, donde pierden se debió a artimañas de sus oponentes. Nunca hablan con la verdad, ni asumen su equivocación en los casos de la derrota, ni hacen autoevaluaciones sobre las razones que contribuyeron a su pérdida de las plazas.
El pasado 7 de julio, el PRI se proclamó triunfador en Baja California, en un madruguete de su dirigente nacional, César Camacho, aunque en la realidad se comprobó que el ganador fue el candidato del PAN, Francisco (Kiko) Vega, quien asumirá el gobierno el 1 de noviembre.
Pero el partido tricolor se consideró como el gran triunfador en los resultados electorales obtenidos en los 14 estados con comicios, aunque la realidad nos muestra que sufrió un grave retroceso, en lo que corresponde a los ayuntamientos.
El PRI ganó 462 alcaldías del total de 931 que estuvieron en juego, mientras que la alianza PAN-PRD triunfó en 166, el PAN en 111, el PRD en 42, Movimiento Ciudadano en 40 (sin alianzas), PT en 39, Nueva Alianza en 13 y el Partido Verde en 9, además de 39 ayuntamientos conquistados por partidos con registro local.
Con esos números se advierte que el PRI casi dobló el total de los triunfos obtenidos por sus adversarios. Los priístas reconquistaron varias alcaldías perdidas en el pasado, como la capital de Oaxaca; Benito Juárez (Cancún), en Quintana Roo; Fresnillo y Guadalupe en Zacatecas y conservaron otras de vital importancia como Tijuana, Veracruz, Coatzacoalcos, Ciudad Juárez, Chihuahua, Ciudad Victoria, Torreón y Durango, entre otras. Con los resultados obtenidos, el PRI mantiene en su poder las capitales de Quintana Roo (Othón P. Blanco), Chihuahua capital; Veracruz (Xalapa); Zacatecas capital; Durango capital; Sinaloa (Culiacán); Tamaulipas (Ciudad Victoria) y reconquista la capital de Oaxaca.
A cambio de ello pierde las capitales de Tlaxcala, Aguascalientes, Baja California, Coahuila y Puebla. En algunas triunfó el PAN y en otras la alianza PAN-PRD. De esas capitales, solamente Puebla era gobernada por un militante blanquiazul y todas las demás por priístas. Si se pasa a revisión, se observará que el PRI recuperó Oaxaca, pero dejó ir Mexicali, Aguascalientes, Saltillo y Tlaxcala, en cuanto a capitales se refiere.
Pero los candidatos de Acción Nacional también recuperaron plazas importantes que alguna vez gobernaron, como son los casos de Boca del Río (emblemática para el partido blanquiazul) y Córdoba, en el estado de Veracruz.
Es cierto que los priístas reconquistaron, luego de dos trienios, Benito Juárez (Cancún) principal sitio turístico del país, pero en cambio fueron desplazados de ayuntamientos importantes como son los puntos fronterizos de Nuevo Laredo y Matamoros, en Tamaulipas.
Aguascalientes representó un tropiezo terrible para los priístas, ya que perdieron los principales ayuntamientos, ya que de un total de 11, los tricolores gobernarán solamente tres. En Baja California no les fue tan mal, ya que mantuvieron tres alcaldías, entre ellas la principal (Tijuana), pero perdieron el gobierno estatal y el ayuntamiento capitalino de Mexicali y el de menor importante de Playas de Rosario. En total, de cinco presidencias municipales, el PRI mantiene tres.
Coahuila parece ser un estado que ratificó su priísmo, con la victoria en el principal ayuntamiento (Torreón) y 27 victorias de un total de 38 en disputa, pero el panismo conquistó la capital (Saltillo), además de los importantes Monclova y Ciudad Acuña.
Chihuahua si se puede determinar como territorio priista, ya que de 67 ayuntamientos, el tricolor venció en 50, incluidos los principales como Juárez y la capital.
Durango es otra entidad que ratificó ser un bastión del PRI, con triunfos en 32 de las 39 alcaldías, incluida la capital.
Oaxaca muestra que de 153 ayuntamientos con elección directa, el PRI ganó en 57, incluida la capital, lo que es un buen número, si se toma en cuenta que el gobierno estatal se encuentra en manos de un adversario del partido tricolor.
Puebla representó una masacre para el priísmo, ya que de 217 alcaldías, los priístas ganaron en solamente 81, siendo Tehuacán su principal triunfo. Perdieron la capital, Huauchinango, San Andrés y San Pedro Cholula, entre otros.
Quintana Roo resurgió como bastión priísta, con triunfos en los 10 ayuntamientos para sus candidatos, recuperando el principal sitio turístico del país (Cancún).
Sinaloa dejó en claro su priísmo, aunque se deduce que ayudado desde el gobierno estatal que encabeza el ex tricolor Mario López. Los priístas sufrieron nuevo traspiés en Mazatlán, donde el gobierno es panista y seguirá siéndolo. De 18 alcaldías los tricolores triunfaron en 15.
Tamaulipas deja un escenario dudoso para el priismo, ya que ganaron en 35 de los 43 ayuntamientos, pero dejaron ir los puntos fronterizos de Matamoros y Nuevo Laredo. Tlaxcala resultó brutal para el priísmo que perdió la capital del estado y de 60 presidencias municipales, solamente ganó en 16.
Veracruz fue un oasis para los priístas, aunque perdieron Boca del Río y Córdoba. De 212 ganaron en 97 los priístas, incluidas las principales ciudades. Zacatecas fue el resurgimiento tricolor con triunfos en 36 de las 58 alcaldías.
Con estos números, ¿de verdad ganó el PRI?
AGUILAR BODEGAS
Ante la permanencia de grandes diferencias entre los priístas tabasqueños y las fisuras tan abiertas que tiene el partido tricolor en esa entidad, se optó por designar al chiapaneco José Antonio Aguilar Bodegas como presidente en funciones. Aguilar Bodegas fue candidato perdedor del PRI al gobierno de Chiapas en 2006 y busca reinsertarse en actividades partidistas de primer nivel.