El general y el laberinto
¬ Juan Manuel Magaña lunes 15, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ya quisieran muchos de nuestros politólogos tener la capacidad de análisis con que un general ha revisado la laberíntica situación en que se encuentra el país.
Me refiero al general Tomas Ángeles Dauahare, recién salido de prisión, quien asegura que México vive bajo la amenaza del caos, momentos de incertidumbre y violencia, negativos para la sociedad y las instituciones.
El militar recibió un reconocimiento por parte de la Institución Nacional para la Celebración del Día del Abogado y organizaciones de profesionales del Derecho, en una ceremonia en la que estuvo el dirigente del PRI, César Camacho Quiroz.
Entiéndase esto como un acto de desagravio y reactivación política de alguien que fuera enviado a la cárcel por el capricho de un tipo como Felipe Calderón y su procuradora Marisela Morales.
El asunto es que Ángeles hizo un diagnóstico sorprendente de la realidad nacional en un discurso en el que además defendió su actuación castrense y en el que dijo haber realizado sus funciones como lo ordena el Reglamento General de Deberes Militares, poniendo todo su esfuerzo, voluntad e inteligencia al servicio del país. El ex subsecretario de la Defensa Nacional señaló que la informalidad, lastre de la economía nacional, se ha generalizado.
Sostuvo que se percibe la desacreditación de la actividad política, en la suplantación de actividades exclusivas de los organismos de gobierno, de seguridad, de justicia, al margen del pacto social establecido por el Constituyente de 1917.
Agregó: “Hoy son moneda de curso corriente la simulación, el engaño y la mentira que siembran desunión y ruptura”. Sorprende, ¿no? Un discurso que aplica con profundidad, y en pocas palabras, conocimientos de economía, política y sociología.
Lo mismo habla del ambulantaje como gran deformación de la economía que sucesivos gobiernos han propiciado, que del declinante papel del Estado en la tranquilidad y bienestar de la sociedad. Y no menos importante su crítica al poder y los medios cuando habla de “la simulación, el engaño y la mentira”, que hasta con saña le han aplicado a la sociedad los presidentes de los últimos 30 años -y muy especialmente los panistas-, junto con Televisa.
El general Ángeles, acusado de presuntas ligas con el narcotráfico con base en testimonios falsos de testigos protegidos, usó una frase del libro Todos fuimos culpables, de Juan Simeón Vidarte, donde se menciona que en España errores gigantescos dieron lugar a la formación de un clima de guerra civil… imprevisiones, impericia, acciones desbordadas en campos rivales.
Por eso se refirió a que “en estos días son frecuentes las muestras de agitación social y de violencia callejera, se escuchan discursos de odio, mensajes de rencor y resentimiento social, todo esto genera temor e incertidumbre y desánimo, contrarios a la grandeza que México y los mexicanos quieren y merecen.
El general describe con sencillez, con unos cuantos elementos, pero con gran precisión -y por ello sería interesante que hablara más-, una triste realidad resultante de 30 años de malas decisiones tomadas en el país. Pero sobre diagnostica el estado fatal, extremo, a que hemos llegado después del sexenio de Calderón. Lo que todavía faltan son muchas respuestas a cómo salir de una pesadilla que vivimos ya despiertos, pero que es apenas disimulada por “la simulación, el engaño y la mentira”.