Ni mueven ni conmueven
Francisco Rodríguez martes 9, Jul 2013Índice político
Francisco Rodríguez
No había que esperar a conocer los resultados de las elecciones celebradas este domingo para conocer que el clima político en nuestro país es cada vez más desagradable y que, por tal, los electores se abstienen cada vez más de acudir a las urnas. Nuestros partidos políticos, sus candidatos, ya no mueven ni conmueven.
Son múltiples y abrumadores los problemas que vivimos los ciudadanos contribuyentes al erario público, pero de ellos no se ocupan los políticos que buscan nuestro voto. Están demasiado entretenidos en intentar resolver los propios —quién se queda con los dineros públicos, quién hará los jugosos negocios—, como para distraerse en verdaderamente resolver los problemas de seguridad, los del desempleo, los del salario que no es remunerativo, los de las pensiones que muchos ya no van a alcanzar, entre otros más.
Los ciudadanos no acuden a las urnas porque saben de antemano que quienes deberían estar trabajando para sacarnos del marasmo, por ser nuestros representantes electos, se entregan como de costumbre a su entretenido juego de rol, consistente en escandalizarse con farisaico victimismo, culpando de todos nuestros males a sus rivales electorales.
Y más todavía: de que los opositores les hicieron trampa. La misma trillada canción. Ya lo sabíamos desde antes de que concluyera la jornada electoral.
No movilizan los partidos, y por eso en algunos distritos en juego la abstención llegó a niveles cercanos al 70 por ciento.
No conmueven, tampoco, con sus actitudes plañideras: me robó, me defraudó, me ganó a la mala y bla, bla, bla…
La mal llamada clase política, esa sí, es un peligro para México. Sus integrantes, cualquiera que sea el partido en el que militen, son una casta permanentemente sospechosa de cleptocracia que defiende con descaro los privilegios de que disfruta y, en clara consecuencia, se olvida, relega, no le importan los problemas de aquellos, nosotros, a quienes dicen representar. Los partidos políticos viven una crisis sistémica. Resolverla, empero, requeriría de otros personajes que no fueran los mismos políticos, ¿no cree usted?
MÁS DE “LA MALA ESPOSA”
Me escribe don Rubén Huerta Marín, a propósito de la columna intitulada Oposición, ¿Cuál Mala Esposa? y me manifiesta estar de acuerdo con su contenido, señalando además que a este escribidor “le faltó decir que el marido (PRI) es quien pone el dinero”, y que en relación a ello me remite un artículo de su autoría que a continuación, con su venia, reproduzco, conservando mayúsculas y negritas del autor:
“Desde que fue firmado por los tres partidos mayoritarios del país el famoso ‘Pacto por México’ se patentizaba la oposición de muchos de los miembros de los partidos PAN y PRD, pues consideraban que sus presidentes renunciaban a su calidad de opositores y como corderitos le estaban haciendo gordo el caldo político al PRI. La reacción de los militantes del PRD fue casi inmediata y en fechas últimas, la escisión del PAN ha sido noticia en todos los diarios del país.
“Madero con su imagen pusilánime y mediocre, reaccionó —como es su costumbre- en forma torpe. La referida reacción fue provocada por el hecho de que, cumpliendo con la principal de sus obligaciones, el coordinador de los senadores panistas, en unión del coordinador de los senadores perredistas, presentaron reformas, que Madero, consideró inadecuado, pues se debían esperar a que en el seno del Pacto por México se elaboraran esas reformas, por lo que echando mano de sus atribuciones como presidente del PAN, decidió cesar como coordinador de los senadores panistas a Ernesto Cordero y para completar su decisión, nombró coordinador a un ‘ilustre desconocido’.
“Un panista de hueso colorado, amigo de quien esto escribe, molesto con la actuación de su Presidente, me dijo: ‘A este pen… (agregó otros calificativos que pena me da anotarlos); seguramente lo “maicearon”, pues echa por la borda el prestigio de nuestro partido y se pone de ‘pechito’ para que se luzca el tricolor. Y continuó: ‘Lo que debió haber dicho era que los legisladores panistas sin necesidad de firmas, siempre han trabajado por México y no son iguales a David Penchina, quien dijo que las reformas se harían cuando el PRI gobernara’.
“Ciertamente que las propuestas de nuevas leyes o modificaciones a ellas, están dentro de las facultades del Presidente, pero dichas facultades se vician al intervenir como cuerpo colegiado los presidentes —con sus asesores- de los partidos señalados; pues si las iniciativas ya fueron discutidas y aprobadas por ese cuerpo colegiado, no va a existir legislador priísta, panista o perredista que se oponga, pues ya fueron aprobadas por su Presidente, por lo que dicho pacto le está usurpando la principal responsabilidad de nuestros legisladores y los coloca solamente como entidad decorativa. Así lo evidenció Madero con su torpe reacción. Se destaca su incapacidad, pues la iniciativa que molestó a Madero fue presentada por Ernesto Cordero, panista, y Miguel Barbosa, perredista. Jesús Zambrano ni pío dijo. La pregunta es: ¿Quién es el burro? “Muchos perredistas se quejan de lo mismo, pues piensan que su presidente se vendió y de un tajo echó por la borda el prestigio que tienen como partido de oposición. En este caso, ya lo pagarán con la desbandada que provocará la aparición de Morena con el “Peje” a la cabeza. La sospecha no es gratuita, pues en las firmas de los acuerdos del Pacto por México ambos presidentes, debiendo estar apenados, lo hacen con sonrisa de oreja a oreja. ¿Estarán pensando cuanta lana se van a llevar? Solamente ellos lo saben y su ‘mecenas’. La mayoría de los mexicanos sospechamos que algo existe, pues siendo los dos presidentes de partido referidos, políticos con un largo historial, nadie cree que los puedan chamaquear tan fácilmente, que lo hagan con tanto beneplácito y que acudan como corderos a las juntas que los cita el presidente del PRI.
“¿Habrán sido “maiceados” ambos presidentes? Los mexicanos que somos mal pensados —la burra no era arisca- creemos que sí”.
Índice Flamígero: Sobre el mismo tema de los opositores, cual cónyuge chantajista del tricolor es uno de los epigramas que envía don Alfredo Álvarez Barrón, intitulado Menage á trois, bajo la firma de El Poeta del Nopal, aunque hace la salvedad de no creer “que el PAN y el PRD sean malas esposas. En realidad, el PRI se sacó la lotería y encontró a la esposa perfecta: sólidos principios morales, virtuosa, sufrida y aguantadora, aunque tal vez, justo es decirlo, un poco chantajista, pues mientras estira una mano para ver que pepena, con la otra se seca las lágrimas por los golpes que le propina el marido, que como ya sabemos es un verdadero macho; el matrimonio pues, va para largo, y los hijos bastardos de esa unión van a terminar por devorar, implacablemente, lo que queda de este país. Que Dios nos agarre confesados: Un tipo y sus dos esposas / en un sorprendente trío, / dan curso a su desvarío / por sobre todas las cosas; / pero las damas, furiosas, / se vuelven un mar de quejas / y levantando las cejas / gritan las dos a la vez: / por un plato de lentejas… / ¡…perdimos la doncellez!”.