Septiembre
¬ Juan Manuel Magaña martes 2, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
En estos días la televisión estadunidense ha puesto el reflector en el debate petrolero en México. Equivale a decir, como lo hace Manuel Camacho Solís, que son los mercados los que están, ya no se diga interesados, sino nerviosos por lo que en septiembre vaya de decidirse en México.
En correspondencia con ese hecho, Andrés Manuel López Obrador convocó a una movilización para el día 8 de ese mes. Esa será su respuesta a las iniciativas de reforma energética y fiscal que serán analizadas en el Congreso de la Unión en el periodo ordinario que iniciará el 1 de septiembre.
Las cosas ya están muy claras de aquí a septiembre. Y pasan por cuatro coordenadas:
Una: Existe una mayoría en las cámaras de Senadores y Diputados, en las que una alianza del PRI y sus aliados con el PAN les daría los votos necesarios para sacar adelante una reforma constitucional en las dos cámaras federales. Es decir, la privatización de la industria petrolera.
Dos: También hay una abrumadora mayoría de 65 por ciento de mexicanos –tanto ciudadanos consultados al azar como líderes del sector empresarial, académico y gubernamental– que se opone a la apertura al capital en materia petrolera. La encuesta fue realizada por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) titulada México, las Américas y el Mundo 2012-2013, y fue presentada en la cancillería en presencia de su titular, José Antonio Meade.
Tres: A tumbos, si se quiere, pero la parte desconfiable de la izquierda ya hizo pública una definición. En un encuentro que reunió a Cárdenas, Mancera, Ebrard y Zambrano, con los coordinadores de ambas cámaras, senadores, diputados y otros líderes, se dijo en forma unánime no a la reforma del 27 y se ofreció una reforma alternativa. Es decir, se ató a sí misma las manos para ir en eso dentro del Pacto por México.
Cuatro: la convocatoria de “El Peje”, líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), para movilizarse contra una reforma energética, que desde su punto de vista pretende privatizar.
AMLO ha dicho que no hace falta ninguna reforma energética y mucho menos reformar la Constitución para modernizar a la paraestatal Pemex, puesto que para ello sería suficiente acabar con la corrupción.
De acuerdo con Manuel Camacho, “después de las elecciones, México entrará a una coyuntura de alto riesgo. Lo que ocurra con el artículo 27 de la Constitución confrontará a una mayoría social con las expectativas que se han creado en los mercados internacionales en un momento de nerviosismo global”.
Es fácil esquematizar cómo están las cosas hasta este momento. Pero nadie la tiene fácil y por eso no es posible adivinar cómo se resuelva el asunto en septiembre. Una alianza legislativa PRI y PAN tendría los votos, pero iría contra lo que piensa una gran mayoría y más si se le hace sentir esa carga. El reto de la izquierda es representar a esa mayoría, estando en minoría, como lo hizo en el 2008.