Ni que fuera enchilada
¬ Juan Manuel Magaña lunes 1, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Bonita reforma migratoria nos andan aprobando en Estados Unidos
El Senado de allá aprobó una vía, condicionada a la seguridad fronteriza, para la legalización de 11 millones de indocumentados. La condición es: un endurecimiento inédito de la frontera con México y la aplicación de tácticas de guerra, prácticamente.
En esencia, más muro -mil 120 kilómetros-, más vigilancia con drones -aviones no tripulados-, tecnología militar y más agentes de policía fronteriza.
Esa es la propuesta que respalda el presidente Barack Obama. Así es como quiere corresponder en parte al voto inmigrante que lo ayudó a conservar el poder en noviembre del año pasado. Y falta lo que diga la Cámara de Representantes, donde la oposición republicana realizará su propia propuesta, porque a ésta lo único que le importa es la seguridad en la frontera.
Por eso, el texto original fue enmendado a última hora, doblando el número de agentes y de valla divisoria con México, para tratar de atraer al máximo número de republicanos posibles por aquello de lo que todavía falta.
O sea que nos pueden recetar todavía un poco más de dureza.
Se supone que ésta es la reforma más importante del sistema de inmigración en un cuarto de siglo en Estados Unidos. La cancillería mexicana reconoció lo del Senado como un “avance”, por aquello de un “potencial” mejoramiento de condiciones de vida de nuestros paisanos que se la van a rifar allá. Y sobre el muro se limitó a decir que eso no soluciona el asunto de la migración y que impacta la convivencia y el comercio entre los pueblos.
Lo aprobado en el Senado apenas fue bien recibido por unos tímidos “Yes we can!” (frase lema de campaña de Obama) desde las gradas donde decenas de activistas aguardaban el sufragio. Eso lo dice todo por ahora.
Falta un largo camino para que la mentada reforma llegue a la Casa Blanca, a fin de que Obama, la firme para convertirla en ley. Pero tras la votación en el Senado también ha llegado bastante lejos en décadas, si se toma en cuenta que la última vez que EU aprobó una ley migratoria “integral” fue en 1986, bajo Ronald Reagan.
En suma, los analistas ven que el precio de la reforma será un dramático incremento en la “militarización” de la frontera y mayor control de la población migrante, sin freno a las deportaciones y la desintegración de las familias.
¿Los que votaron por Obama creyeron que la reforma era fácil? Ni que fuera enchilada.