Los panistas y su futuro
¬ Augusto Corro lunes 1, Jul 2013Punto por punto
Augusto Corro
El líder del Partido Acción Nacional (PAN) espera animoso el resultado de las próximas elecciones en 14 estados. Lo que ocurra en ellas será determinante para su futuro político.
Sólo en una entidad se votará para cambiar gobernador, en las demás se sufragará por nuevos diputados y alcaldes.
Los comicios del próximo 7 de julio se presentan cuando el PAN se encuentra sacudido por una lucha interna criticada por propios y extraños, debido a su condición material. Los panistas se olvidaron de ideologías y principios y de plano optaron por una pugna interna para alcanzar el poder y el dinero.
La presidencia del PAN es ahora la meta de los grupos panistas en el interior del partido. Por un lado, Calderón y sus huestes, encabezadas por Ernesto Cordero, y por el otro, Madero, con los resentidos, en busca de la reelección.
Cómo va el enfrentamiento, parece que las partes en conflicto están empatadas. Ninguno se ha rendido. Al contrario, cada vez son más beligerantes.
De ahí, que la fortaleza de Madero dependerá de los resultados de las mencionadas elecciones. Esto se deberá a una sencilla razón: Baja California, estado considerado como emblemático por los panistas, corre el riesgo de ser recuperado por los priístas. Por eso, en esa entidad se dará la batalla más importante.
Luego, quedan algunas presidencias municipales importantes, como las capitales de Puebla y Oaxaca, aunque los reflectores están directamente en Baja California, la esperanza maderista.
Sin embargo, todo hace suponer que una victoria de Madero ya no le será suficiente para superar su crisis personal en el blanquiazul. Son muchos los errores los que han cometido los panistas, que ahora tienen a su partido sumido en el caos.
El conflicto tiene suficiente material para llegar a fin de año y seguirse hasta el infinito, porque lo que buscan los rijosos son beneficios materiales, que nunca los dejarán satisfechos.
Supongamos que le va bien a Madero en los comicios próximos, la victoria ya no le ayudará a conseguir su segundo aire, como se dice coloquialmente, porque, entre otras cosas, ha sido uno de los artífices del descrédito de su partido.
La nueva historia del PAN tendrá que escribirse con políticos que regresen el partido a sus orígenes, a resucitar una organización política que se mostraba como de verdadera oposición. A la recuperación de su ideología.
De entrada, la presidencia del PAN debería recaer en una panista con amplia tradición y autoridad partidista. No se ve quien podría encargarse de ese reto. ¿Margarita Zavala, Diego Fernández de Cevallos, Felipe Calderón, Luis H. Álvarez, Javier Corral, Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero?
A ninguno de los señalados les caería mal encargarse de la dirigencia partidista, pero su participación sería para darle la puntilla al PAN. De los panistas mencionados. Tal vez Luis H. Álvarez pudiera ser el más indicado para actuar como el político más capaza para apagar el fuego, pero su avanzada edad no se lo permitiría.
“El Jefe” Diego es otro panista con autoridad en el partido que podría entrar el quite. No obstante de que su alejamiento del PAN fue notorio en los últimos años. Se hizo a un lado y abandonó a su suerte a Fox y a Calderón. Margarita Zavala, esposa de Calderón, sólo atizaría más el fuego de la discordia. Otra pieza de Calderón sin necesidad de simulación.
Los demás panistas con vocación de líderes sólo son marionetas manejadas por Madero o Calderón. Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero ya demostraron sus limitaciones. Ella empujó a su partido al tercer lugar en las elecciones presidenciales, él ni siquiera alcanzó a participar como aspirante.
¿Quién salvará al PAN?