Elecciones
Ramón Zurita Sahagún viernes 28, Jun 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hacía mucho tiempo que unos procesos electorales locales no generaban la atención nacional, como en esta ocasión, donde el 7 de julio estarán en juego una gubernatura, además de los ayuntamientos y congresos locales en 14 estados del país.
Sin embargo, la atención pública no se debe a lo competido de los comicios, ni siquiera a saber cuál de los partidos contendientes surgirá triunfador, sino a lo que dejen de herencia esas elecciones.
Es cierto que el gobierno de Baja California representa para los dos principales partidos en contienda todo un reto y afianzarse en el gusto de los electores, pero también lo es que circulan muchas versiones sobre el final que pudiese tener el resultado de los comicios.
Se insiste en que el Pacto por México se encuentra prendido con alfileres y que su subsistencia se deberá a que sean el PAN y sus aliados perredistas los que obtengan la victoria en la parte norte de la península bajacaliforniana.
Es mucha la insistencia sobre una supuesta negociación entre partidos políticos, que apuntaría al triunfo del candidato de la alianza concertada entre Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, con el pegote de Nueva Alianza.
También se dice que para sellar el tan cacareado pacto se cederían los ayuntamientos de Boca del Río, Veracruz y Puebla, para el partido blanquiazul, aunque la realidad es que no se requiere de negociaciones de ningún tipo en esos municipios.
La contienda electoral del 7 de julio cobró gran relevancia, desde el momento mismo en que los panistas acusaron al PRI de preparar una elección de Estado en algunas entidades del país y entregaron pruebas de que la maquinaria estaba ya aceitada en Veracruz, donde participaron autoridades federales y estatales en una confabulación para el uso de programas sociales a favor de los candidatos del tricolor.
El esquema fue desdibujado, pero satisfechos de ese primer logro, los altos mandos panistas insistieron en que en otras entidades se preparaban situaciones similares, aunque no fueron capaces de entregar pruebas de ello.
Fue entonces cuando se cruzaron amenazas de uno y otro lado, se recurrió al chantaje y a la presión, para encontrar caminos que desemboquen en los anhelados triunfos electorales, que los propios partidos y sus candidatos no son capaces de conseguir en las urnas.
Pero como si esas presiones no fuesen suficientes, los partidos y sus candidatos se dieron a la tarea de desatar la guerra sucia y mostrar las debilidades de sus adversarios por la concentración de la riqueza.
En este lodazal desatado en contra de los candidatos contrarios, conocimos la gran riqueza de Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato panista a la alcaldía de Boca de Río, municipio que se convirtió en botín familiar.
Yunes Márquez es propietario de departamentos y casas en diferentes países, así como dueño de una cuantiosa fortuna, alcanzada a través de negocios realizados al amparo del poder público.
Antonio (Tony) Gali Fayad, candidato de la alianza PAN-PRD al ayuntamiento de Puebla, declaró tener una fortuna de 70 millones de pesos, convirtiéndose en uno de los políticos más ricos del país, según las sumas declaradas.
Pero pronto fue mostrada la casa que habita el mismo Gali Fayad y cuyo costo se refiere es similar a los 70 millones de pesos que representan su fortuna.
Enrique Agüera Ibáñez, candidato de la alianza PRI-Verde, reconoció una fortuna en dinero y bienes cercana a los 20 millones de pesos y fue víctima de la guerra sucia, tratándole de adjudicar propiedades de sus hermanos en el extranjero.
A Fernando Castro Trenti, candidato del PRI-PT-Verde, al gobierno de Baja California, primero se le trató de mezclar con grupos delictivos, aunque falló la estrategia de sus opositores, pero luego se ventiló una propiedad en la ciudad de México que rebasa los 2 millones de dólares.
Francisco (“Kiko”) Vega, candidato a gobernador de Baja California del PAN-PRD-Panal, fue señalado por irregularidades en su desempeño como alcalde de Tijuana, inmiscuyéndolo como beneficiario de un terreno que vendió desde el ayuntamiento a una amigo suyo, para comprárselo más adelante.
Estos son algunos de los asuntos que han salido a la luz pública, sobre la concentración de la riqueza de algunos de los candidatos de los distintos partidos, aunque existen otros más que son vinculados con negocios turbios y hasta delincuencia organizada.
Pero con toda esta información, cierta o falsa, que circula diariamente, lo único que se está haciendo es desalentando al ciudadano, que ya de por si medita demasiado su asistencia a las urnas, en una elección que no rebasa el ámbito estatal.
Faltan unos cuantos días para saber si los electores concurren a las urnas, emiten su sufragio y se muestran conformes con los triunfos de sus candidatos o si de verdad hay negociaciones, como se asegura en los mentideros políticos.
EL TURNO DE OLIVA
Solamente fue que el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, asomara la cabeza e iniciara movimientos a la búsqueda de la dirigencia nacional de Acción Nacional, para que surgieran acusaciones de todo tipo.
Incrustado en el CEN del PAN, como encargado de elecciones, Oliva es una de las cartas fuertes de “El Yunque” para disputar la presidencia nacional del partido blanquiazul.
Sin embargo, los diputados del PRI en el Congreso del estado presentaron una denuncia ante la PGR en contra del ex gobernador, acusándolo de desvío de recursos, enriquecimiento ilícito y peculado, acción que fue considerada por el gobernador Miguel Márquez, como un recurso con tintes políticos, dirigido a los electores de otras entidades en las que habrá comicios.