La pugna
¬ Augusto Corro jueves 20, Jun 2013Punto por punto
Augusto Corro
Los panistas eligieron el Senado para definir su disputa por las ruinas de su partido. Convertido en ring, los legisladores blanquiazules exhiben sus ambiciones de poder y económicas.
El partido Acción Nacional vive así la peor crisis política de su historia, a unas cuantas semanas de elecciones en los estados. Llegarán a los comicios de julio con profundas divisiones, difíciles de superar por el momento.
Los felipistas, aquellos senadores leales a Calderón, libran su lucha en el Senado, lugar donde se encuentra concentrada su fuerza. Esta se encuentra encabezada por Ernesto Cordero y los legisladores enemigos de Gustavo Madero, el presidente panista.
Desde luego, el pleito de los panistas es por el poder político, pero también por los más de 200 millones de pesos de presupuesto anual para la bancada. Dinero que es regalado a los legisladores para sus gastos sin comprobar.
Y, precisamente, sobre este renglón se ha centrado la pugna entre los dos grupos rivales: felipistas y maderistas. Javier Corral, senador panista, demandó una auditoría en la gestión administrativa de Cordero. Lo único que ha logrado es la exhibición del derroche de recursos económicos en las manos blanquiazules.
EL ÚLTIMO BALUARTE
Es en el Senado, donde los grupos panistas libran su batalla porque es el único lugar donde se encuentra lo que se pudo salvar del naufragio.
La fuerza política del PAN casi desapareció en el panorama nacional. Y como se ven las cosas, las próximas elecciones serán otro de los clavos al ataúd blanquiazul.
Por eso mismo, el combate se libra en la Cámara Alta sin contemplación y sin consideración alguna. No puede ocurrir lo mismo en la Cámara de Diputados, donde la fuerza panista apenas si se nota. Madero sabe muy bien que si no controla la fracción panista de senadores, su camino al frente del PAN será muy difícil.
Por su parte, Cordero y su colega Roberto Gil Zuarth tendrán que ser los vencedores de esa contienda si quieren erigirse en líderes de su partido.
Por el momento, lo único que hacen es defenderse del ataque maderista.
LA MILLONADA
El pleito entre los blanquiazules no ha sido obstáculo para que los senadores panistas continúen hinchándose los bolsillos de dinero. Por ejemplo, lo semana pasada se distribuyó entre los integrantes blanquiazules casi 16 millones y medio de pesos. Es decir, a cada legislador le tocó algo así como 430 mil pesos, como fondo para sus actividades proselitistas en apoyo a los candidatos del PAN.
¿Quién ordenó el generoso reparto económico?
El nuevo coordinador panista Jorge Luis Preciado culpa al corderista Jorge Luis Lavalle.
Ambos se avientan la pelota. Este último manifestó que él no autorizó tal erogación y que debe ser Preciado quien explique cómo es que aparecieron esas sumas de dinero ( 430 mil para cada uno) en las cuentas bancarias de los legisladores.
Después Preciado desmintió a Lavalle y dijo que este había actuado en forma unilateral, pues a nadie había consultado para realizar el reparto.
En conferencia de prensa Lavalle defendió a Cordero. Señaló que la gestión del ex candidato presidencial fue impecable, sin irregularidad alguna, como lo demuestran una auditoría interna y otra externa, que ya se practicaron.
En el Senado, el pleito entre maderistas y corderistas salieron a relucir un sinnúmero de irregulares, entre otras, préstamos simulados, “aviadurías” y gastos para las necesidades de los senadores, ajenos completamente a la actividad legislativa. Se conoció también de un préstamo de 300 mil pesos a una persona que no se encuentra en la bancada, un tal Juan Ignacio Zavala, cuñado de Calderón, quien se dijo asesor político de Cordero. Cordero declaró en España que no tuvo ningún asesor. O sea que alguien miente.