¿Qué hay detrás de este secuestro?
Roberto Vizcaíno lunes 17, May 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Pensar que el secuestro de Diego Fernández de Cevallos podría formar parte de un proyecto de otra naturaleza, por ejemplo para mantener en el poder a las fuerzas actuales, no sería extraño.
Sin duda Diego Fernández de Cevallos es uno de los personajes públicos, políticos, con las relaciones más importantes en México.
De ahí que su “desaparición” -¡vaya término usado por el gobierno!, ¿cómo una retención contra su voluntad, con evidente violencia, puede ser calificada como “desaparición”?, vaya genios de la comunicación oficial-, adquiera una insospechada connotación en todos los niveles.
A partir de la falta de información pública respecto de los hechos y las causas alrededor de su secuestro, todas las hipótesis son válidas. Todas, porque cualquiera puede ser posible.
Sin pretender entrar en una especulación que no me corresponde, sólo veo 4 posibilidades:
1.- Un secuestro, retención contra su voluntad, debido a un conflicto absolutamente personal, privado, íntimo.
2.- Por un asunto profesional.
3.- Por una acción de delincuentes.
4.- Por cuestiones políticas.
Descarto la posibilidad de que haya sido a causa de una confusión, que podría ser la quinta posible causa.
Curados de espanto, los mexicanos asistimos a una época de acontecimientos inauditos, de violencia y de descontrol, que nos va acortando nuestra capacidad de asombro.
Los hechos diarios nos indican que en este México de mayo de 2010, bajo el gobierno del panista Felipe Calderón, puede ocurrir cualquier cosa.
Las primeras tres hipótesis corresponde investigarlas a las autoridades judiciales responsables de hacerlo: la procuraduría queretana y la PGR.
Es obvio que por la calidad y posición del “desaparecido”, estas investigaciones deberán ser seguidas y revisadas con lupa por la autoridad política.
Es obvio que de resultar este secuestro –cualquiera que sea su desenlace-, en cualquiera de los primeros tres supuestos, deberá tener una acción judicial severa, contundente.
Pero si el secuestro cae dentro del cuarto supuesto, entonces las consecuencias serán de otra magnitud.
En este posible supuesto, habría que analizar si su violenta retención -y lo que se derive de eso-, tiene su origen en alguno de los tres siguientes sectores:
1.- Sí proviene de una acción de sus opositores.
2.- O si está en alguna de las partes, corrientes, personajes del panismo, del conservadurismo al que pertenece Fernández de Cevallos.
3.- O si es parte de un plan, proyecto desde el poder, para agudizar la descomposición del Estado y propiciar así el establecimiento de situaciones de excepción que beneficien a sectores bien definidos.
Es sencillo definir a quiénes les beneficiaría que la cada vez más frágil estabilidad mexicana terminara por derrumbarse.
En caso de que este secuestro pudiera encuadrarse dentro de alguno de los dos primeros supuestos, el asunto trasciende a la autoridad judicial y requiere de acuerdos de las fuerzas políticas nacionales.
Pero si por el contrario cayera en el tercer supuesto, entonces estaremos todos los mexicanos frente a una amenaza real del establecimiento de una dictadura -o algo similar-, con la consecuente desaparición de los poderes institucionales, constitucionales, que suelen diluirse dentro del establecimiento de un Estado de excepción.
De ser así este intento requeriría de una acción social y política decidida, contundente, para evitarlo.
Habrá quienes vean en este rápido análisis una exageración. Los hechos en otras latitudes, países, naciones, nos indican que en situaciones como las que vive en este momento México, todo es posible. A eso me atengo.
Miren, una rapidísima reflexión más: ¿por qué delincuentes experimentados, con capacidad para dar un golpe de este tamaño se meterían a secuestrar a un personaje como el Jefe Diego –lo cual les provocaría una persecución durísima, insospechada como está ocurriendo ahora mismo-, cuando ellos saben que si van tras otro podrían sacar más dinero sin menos riesgos?
Otra más: Para los centros del poder nacionales y extranjeros, está claro que México camina hacia una nueva alternancia presidencial. Eso no sólo significa cambiar el nombre del habitante en la puerta del principal despacho de Los Pinos.
Sería iniciar un nuevo camino ideológico, económico, financiero, social, educativo en este país, un cambio de rumbo detrás del cual se moverían grandes, enormes intereses de todo tipo. No hay que olvidar que en México existen ya unos 120 millones de habitantes que formarían un enorme y potente mercado. No podemos dejar de lado que tenemos 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos.
De ahí que pensar que el secuestro de Diego Fernández de Cevallos podría formar parte de un proyecto de otra naturaleza, por ejemplo para mantener en el poder a las fuerzas actuales, no sería extraño.
¿Exagero?
En fin. Por lo pronto esperamos que todo se resuelva de la mejor forma posible, con las menores consecuencias y en beneficio de la integridad y respeto a Diego Fernández de Cevallos, pero también para todos nosotros.
MÉRIDA REGRESA AL PRI: Ayer los votos ratificaron las tendencias electorales y las encuestas, y la panista Beatriz Zavala, senadora, exsecretaria de Desarrollo Social del gobierno de Felipe Calderón, el prospecto más firme de Acción Nacional para competir en la siguiente elección a gobernador por Yucatán y con 52 años de edad encima fue derrotada por la priísta Angélica Araujo, quien con 7 años menos de edad que su contrincante blanquiazul, arquitecta de profesión, diputada federal, tiene mucho menos carrera política.
Esta primera derrota electoral en 2010 para el PAN de César Nava y Felipe Calderón se extendió a la mayoría de las 105 otras alcaldías yucatecas y en la disputa por las 35 diputaciones locales.
Es en sí un adelanto de lo que se dice ocurrirá en los siguientes 14 comicios de este año en los cuales ninguna encuesta da como ganador a ningún candidato panista a gobernador, ya sea directo o por alianza.
De acuerdo a la encuesta de salida del Gabinete de Comunicación Estratégica, empresa dirigida por Liébano Sáenz y Federico Berrueto, la priísta Angélica Araujo obtuvo el 51.2 por ciento de los votos para la alcaldía de Mérida frente a un 37.3 por ciento logrados por la panista Beatriz Zavala. Es decir, 14.1 por ciento de diferencia.
Este levantamiento deja en claro otra circunstancia: la práctica inexistencia electoral del PRD en Yucatán, cuyo candidato, Eduardo Sobrino, apenas obtuvo el 2.5 por ciento de los votos.
DUDAS: Hacia fines de la semana anterior se habló de que un importante grupo de entre los 19 gobernadores priístas, había firmado un acuerdo con el gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong para enviar importantes recursos provenientes de sus respectivos presupuestos, a fin de apoyar la campaña del candidato tricolor a la gubernatura del estado, Francisco Olvera y como una acción central en contra de la candidata de la coalición PAN-PRD y otros, la foxista Xochitl Gálvez.
Como estrategia mediática de la campaña de la folclórica señora Gálvez, esta denuncia pasa, pero como estrategia electoral es simplemente una broma.
¿Por qué ese supuesto grupo de gobernadores tricolores harían una cosa así cuando las encuestas indican que Olvera cuenta con el 46.8 por ciento de las preferencias sobre el 22 por ciento de Xóchitl?
¿Cómo podrían esos gobernadores desviar “enormes recursos” de sus respectivos presupuestos para enviarlos a la campaña electoral de un candidato en otro estado?, ¿Y el IFE?, ¿Y el Trife?, ¿Y la instancia de investigación de delitos electorales de la PGR ? ¿Están pintados?
Lo más seguro, si no es que ocurre algo extraordinario, es que la señora Gálvez quede como una anécdota de la historia electoral de Hidalgo, como al parecer ocurrirá con el panista Carlos Corruel quien va abajo 17.2 puntos del tricolor César Duarte en Chihuahua; o con el candidato PAN-PRD y otros José Rosas Aispuro quien no levanta y va 18.7 puntos debajo del priísta Jorge Herrera Caldera en Durango; o el persistente aliancista Gabino Cué quien lleva 4.5 puntos debajo del tricolor Eviel Pérez en Oaxaca; o el candidato del PAN-PRD y demás Moreno Valle quien va 9.1 por ciento debajo del priísta Javier López Zavala en Puebla; o del controvertido Gregorio “El Greg” Sánchez quien va 23.7 por ciento abajo del priísta Roberto Borge en Quintana Roo; o el candidato aliancista Mario López Valdés quien está 5.2 puntos debajo del tricolor Jesús Vizcarra en Sinaloa; o la panista Adriana Dávila quien es superada por 5.2 por ciento en las preferencias por Mariano González Zarur en Tlaxcala; o el ahora panista Yunes Linares quien va ¡23.7! por ciento debajo del joven tricolor Javier Duarte en Veracruz; o el perredista Antonio Mejía Haro quien va 8.2 puntos debajo del tricolor Miguel Alonso Reyes en Zacatecas.
Ni uno sólo va arriba de los candidatos tricolores. ¿Entonces para qué hacer acuerdos ilegales de desvió millonario de recursos que metería a los propios gobernadores, a su partido y a sus candidatos en una berenjena nacional de proporciones insospechadas que los pondría al filo de perder la presidencia de la república en 2012?
Puras fantasías, por no calificarlo de otra cosa…