PAN va por todo
Ramón Zurita Sahagún lunes 3, Jun 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El Partido Acción Nacional sabe que llegó la hora de la verdad y que si quiere seguir siendo un organismo político con posibilidades de reales de regresar a la Presidencia de la República, la mejor oportunidad es la del 7 de julio.
Con comicios estatales en 14 estados del país y una elección extraordinaria en otro más, la dirigencia nacional panista apuesta a conseguir la victoria en los principales cargos en disputa.
Se encuentran conscientes de que la tarea es complicada y que las condiciones del partido complican un triunfo arrollador en la mayoría de las plazas en disputa.
Por eso, buscan ganar en aquellas zonas que atraen los reflectores y que les permitiría reconciliarse con la militancia y con sus simpatizantes. Después del pésimo papel desarrollado en la elección federal del pasado mes de julio, donde fueron relegados hasta la tercera posición a nivel nacional.
Los panistas saben que no viven su mejor momento, ya que las diferencias entre los dos grupos que se disputan el control del partido se encuentran en su momento de mayor efervescencia.
El desplazamiento de Ernesto Cordero como coordinador de la fracción senatorial de Acción Nacional polarizó la casi inexistente relación entre el ahora ex coordinador y el dirigente nacional del partido. Sabedor de ello, es que Gustavo E. Madero Muñoz decidió llamar a la unidad de militantes y dirigentes, ante el resquebrajamiento interno del partido político.
Con todo y ello, los panistas encuentran números alentadores en varias de las posiciones en disputa, especialmente las de mayor atractivo. Es cierto que Acción Nacional no logró establecer alianzas con los partidos de izquierda en gran parte de los territorios donde se hacía necesaria la coalición para enfrentar con posibilidades de éxito a los candidatos del PRI. Un ejemplo de lo anterior es Veracruz, donde Acción Nacional y el de la Revolución Democrática van con candidatos propios cada uno de ellos y para fragmentar más el voto, el Movimiento Ciudadano apuesta a sus propios aspirantes.
Mediante esa alianza, perredistas y panistas confiaban en controlar el Congreso estatal y alcanzar triunfos relumbrantes en los principales ayuntamientos.
Sin embargo, el organismo electoral tiró por la borda el pretendido acuerdo y panistas y perredistas tuvieron que presentar candidatos propios cada uno de ellos. A pesar de eso, los dos principales ayuntamientos del estado parecen definirse en favor de los candidatos blanquiazules.
Veracruz y Boca del Río han sido, desde la década de los noventa, municipios gobernados en su mayoría por militantes del PAN y aunque hoy son gobernados por el PRI, pareciera ser que la ciudadanía muestra preferencia para los políticos postulador por Acción Nacional.
Boca del Río es el principal bocado, ya que lo sucedido en ese municipio fue la razón fundamental del adéndum al Pacto por México. Iniciadas apenas las campañas electorales en Veracruz, los abanderados del blanquiazul arrancan como favoritos en tres municipios de singular importancia, los dos ya mencionados y Córdoba, solar nativo del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Sin duda, la elección más importante de las 15 (14 ordinarias y una extraordinaria), es Baja California, donde el proceso abarca los tres tipos de comicios estatales, gubernatura, Congreso y ayuntamientos. Las condiciones parecían propicias para el regreso del estado a gobiernos priístas, después de 24 años de no conseguirlo, aunque algo pasó que ahora se posiciona el PAN para retener la administración estatal. En esta entidad sí pudieron consolidar su alianza los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional, a los que se añadió Nueva Alianza.
Los sondeos más recientes establecen una preferencia para el candidato panista Francisco (Kiko) Vega, cinco puntos por encima de su adversario el priísta, Fernando Castro Trenti. Puebla es la tercera entidad con mayores reflectores, toda vez que por primera y única ocasión, los alcaldes durarán cuatro años ocho meses en su ejercicio de gobierno.
También llama la atención el posicionamiento logrado por el gobernador Rafael Moreno Valle, quien se enfila como uno de los principales prospectos presidenciales para el todavía lejano 2018.
La lucha se centra en la capital del estado, en que se concentra más del 30 por ciento de la población estatal y donde la elección se espera sumamente cerrada, aunque, por ahora, los momios parecen beneficiar al candidato de la coalición alcanzada por PAN, PRD y Panal. Antonio (Tony) Gali, ex secretario estatal de Infraestructura, contiende con los colores del PAN, en contra de Enrique Agüera, ex rector de la BUAP.
Otro de los estados en los que sí pudieron concretar la alianza entre PAN y PRD es Oaxaca, donde las preferencias parecen reiterarse para los candidatos postulados por estos partidos. En Sinaloa, panistas y perredista lograron la alianza, aunque no se les ubica en la posibilidad de grandes victorias.
Hace tres años, el ir juntos les permitió ganar el gobierno estatal, ahora no se vislumbra una situación parecida en los principales ayuntamientos. Tres estados en los que se consideraban grandes posibilidades para una alianza entre derecha e izquierda, son Chihuahua, Tamaulipas y Quintana Roo, pero no conseguirlas los limita para triunfos de importancia.
INTOLERANCIA PRIÍSTA POBLANA
Es patético el desempeño de los dirigentes estatales del PRI y Verde en Puebla, Pablo Fernández del Campo y Juan Carlos Natale, respectivamente. Se encuentran totalmente alejados de la estructura de sus partidos y de los candidatos postulados, además de amarrar los recursos destinados a las campañas.
El colmo fue cuando la semana pasada, los dos dirigentes de membrete, abandonaron una reunión con los dirigentes estatales de los otros partidos, Rafael Micalco, PAN; Eric Cotoneto, PRD y Gerardo Islas, Panal y con el gobernador Moreno Valle, acusando, sin pruebas, la preparación de una elección de estado. Su posicionamiento fue considerado ridículo.
El panismo no logrará vencer al PRI, aún con susu añianzas, pues ya demostró que solo jugó con el poder en 12 años que ostentaron el poder. Los panistas no tienen vocación de grupo solos se la juegan y no comparten el poder para afianzar un seguimiento continuo y fuerte