En la mira
Ramón Zurita Sahagún miércoles 29, May 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La política y más los políticos tabasqueños son complicados. Pareciera ser que siempre se encuentran en la cresta de la ola, a punto de reventar, con el riesgo de que varios de ellos se ahoguen.
Flotar es una de las características principales de esos políticos, que saben que con el tiempo les llegará una nueva oportunidad, lo que hace realidad al paso del tiempo. De esa forma, los políticos tabasqueños reviven, luego de ser considerados, por algunos, casi en el olvido.
Enrique González Pedrero, Roberto Madrazo Pintado, Andrés Manuel López Obrador y Arturo Núñez Jiménez son ejemplo de lo anterior y de esa capacidad de reinventarse e insertarse nuevamente en la actualidad política.
El maestro, como le dicen a González Pedrero, los que abrevaron políticamente de él, tuvo sus altas y bajas en la actividad, donde llegó a senador y secretario general del PRI al inicio de la década de los 70 y luego fue relegado a la Comisión de Libros de Texto Gratuito, de donde surgió inesperadamente como el candidato al gobierno de Tabasco.
No pudo terminar con su gestión, ya que se incorporó a la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari con un futuro halagüeño. Quería ser secretario de Educación Pública y le fue negada la posibilidad, por lo que fue relegado del círculo de poder y cuando fue designado director del FCE y enviado de embajador a España, se creyeron canceladas sus posibilidades políticas.
Reapareció pocos años después, nuevamente como senador, aunque por otro partido distinto al que lo postuló la primera vez al Congreso de la Unión.
Madrazo Pintado parecía un cadáver político, cuando los perredistas se aposentaron fuera del palacio de gobierno de Tabasco, impidiendo su entrada al mismo y desde México, el entonces presidente Ernesto Zedillo, negoció su cabeza.
El recién electo gobernador se negó a ponerse en la picota, organizó una rebelión y se atrincheró en Tabasco por seis años.
Madrazo sabía que su relación con los círculos del poder no eran las mejores y aún así buscó la nominación a la Presidencia de la República.
Fue avasallado por Francisco Labastida Ochoa y el poder presidencial, por lo que nuevamente se presumió su muerte política. Dos años después de entregar el gobierno de Tabasco, donde fue anulado el triunfo de su “delfín” Manuel Andrade Díaz, Madrazo Pintado emergió victorioso como dirigente nacional del PRI y cuatro años más tarde, candidato presidencial de su partido, obteniendo los peores resultados en la historia.
Andrés Manuel López Obrador ha vivido una carrera política de altibajos, con anuncios prematuros de su desaparición del escenario político.
Dos derrotas como candidato de la izquierda al gobierno de Tabasco y una serie de marchas y bloqueos, lo situaban como un simple líder revoltoso.
Pero en López Obrador fueron apreciadas otras cualidades que le permitieron convertirse, de la nada, en dirigente nacional del PRD y con ello se dio un pronto crecimiento político.
Bajo su conducción, el PRD ganó sus primeras batallas electorales, el gobierno del Distrito Federal, Zacatecas, Tlaxcala, Baja California Sur y Nayarit, entre otros triunfos.
Al término de su gestión como dirigente ganó la elección para jefe de gobierno del Distrito Federal y fue postulado a la Presidencia de la República.
La derrota del 2006 y la negativa a reconocer el triunfo del panista Felipe Calderón, provocaron dudas sobre su futuro político, aunque seis años después contendió de nueva cuenta por la presidencia y hoy se mantiene vigente, aunque no son pocos los que auguran el final de su carrera política.
Con Arturo Núñez Jiménez ocurrió una historia similar. Considerado como la joven promesa política tabasqueña, ocupó diversos cargos a nivel federal, incluido el de último director del IFE, subsecretario de Gobernación, director de Infonavit y diputado federal.
Se le consideró el candidato idóneo para relevar a Roberto Madrazo Pintado en el gobierno de Tabasco, aunque fue desdeñado por su partido.
Tardó seis años en reinventarse políticamente y con cambio de partido de por medio, reapareció un sexenio después de la dolorosa experiencia de no ser candidato a gobernador, como candidato al Senado de la República.
Ganó con amplio margen y aunque tardó 12 años en llegar, desde su primer intento, se convirtió en gobernador de Tabasco.
La historia de los políticos tabasqueños está llena de sinsabores, aunque han mostrado la capacidad de sobrevivencia y de reinventarse. Sin embargo, con todo y lo polémico que han sido algunos de ellos, ninguno de ellos ha enfrentado acusaciones de saqueo al erario público en los cargos de gobernante que han detentado.
González Pedrero, Madrazo Pintado, López Obrador y Núñez Jiménez han sido políticos que encontraron sus espacios de distintas formas. Sin embargo, ese no es el caso de Andrés Rafael Granier Melo, quien lejos de mostrarse como un político, su paso por el gobierno estatal es una constancia de su interés por saquear las arcas gubernamentales, por lo que ahora tendrá que asumir la consecuencia de sus actos.
CAPUFE
No son pocos los que consideran como fuego amigo, la ofensiva lanzada contra el director de Capufe, Benito Neme, por el desgaje de un cerro en la autopista Querétaro-México, que ocasionó la muerte de siete personas y otras más con heridas.
Un tuit de advertencia enviado al twitter de Caminos y Puentes es el arma punzocortante usada contra Benito Neme Sastré, tratándolo de equiparar con el asunto de redes sociales que envió a la banca política a Humberto Benítez Treviño.