Con arte, magia, risas y color asombra el Circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey
* Especiales, Espectáculos viernes 24, May 2013- Inicia exitosamente su temporada en la Arena Ciudad de México, la cual concluirá el próximo 9 de junio
Arturo Arellano
Como es de muchos sabido, el Circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey es el más grande espectáculo en el mundo dentro de la escena circense. Y en esta ocasión se encuentra presentando su más reciente producción Dragons, la cual hizo parada en el Distrito Federal para llevar a cabo una temporada de tres semanas en la Arena Ciudad de México, sitio en el que se estrenó con un éxito rotundo el pasado miércoles por la noche y donde permanecerá hasta el próximo 9 de junio.
Es un show que sin duda vale la pena atestiguar, lleno de luces, música, magia, risas y sobre todo impresionantes actos exclusivos de la compañía, en esta ocasión bajo la temática de los Dragones, donde por medio de una competencia entre los cuatro puntos cardinales se juntan los elementos necesarios para liberar al dragón de la cueva.
Todo comenzó después de las 18:00 horas cuando se abrieron las puertas al público para la fiesta previa al show, donde chicos y grandes tuvieron oportunidad de convivir con el talento del circo, tomarse fotos, obtener autógrafos, narices rojas, probarse ropa, jugar y aprender algunos trucos, cabe mencionar que esta fiesta se llevará a cabo todos los días que dura la temporada, una hora antes de la primera función, y tendrán acceso todas las personas con boleto pagado, sin importar la localidad del mismo.
El espectáculo da inicio cuando los jinetes del viento Riders to the wind, aparecen en el centro de la pista, donde realizan acrobacias montados en hermosos caballos adornados con motivos azules, acto con el que las mujeres dejaron claro que no existe sexo débil, puesto que al mismo ritmo de los varones ejecutan trucos extremos sobre los equinos, impresionando por supuesto a todo mundo.
Quienes también nos deslumbran son “Sky weels of the west”, motociclistas enfundados en luminosos trajes rojos con amarillo, que simulan el fuego ardiendo al máximo, estos recorren un alambre colocado a varios metros de distancia del suelo a bordo de sus monstruos de dos ruedas, lo cual desata la euforia de los pequeños, y finalmente cierran el acto con un impresionante giro de 360 grados sobre la cuerda.
Acto seguido llega Alexander, un temerario domador de tigres y leones, que con sangre fría se introdujo en una jaula junto a sus fieras, organizándolos con autoridad para realizar algunos saltos unos sobre otros, manteniendo su jerarquía dominante ante algunos rugidos y leves zarpazos que le propinó “Princess”, una fiera leona que a cualquiera hubiese puesto a correr, sin embargo, Alexander retoma el control con algunas indicaciones al felino. Por último, Alexander logra subir con todo y uno de sus leones a una esfera espejeada, agradeciendo a su ejemplar con un gesto de amor en forma de un beso, al cual el león responde con un lengüetazo a su domador.
Ya con la gente metida en el espectáculo hermosas chicas hicieron lo suyo, internándose en los ojos del dragón, donde realizan acrobacias en el aire, hasta liberarse y quedar suspendidas de solo sus extremidades.
Llegan a bordo de dos elefantes, “Las maravillas del oeste”, un par de chicas que son capaces de suspenderse con un arnés a grandes alturas tan sólo de sus largas cabelleras. Los imponentes “Guerreros Shaolin” llegan también al escenario demostrando sus habilidades con las artes marciales, maestros entrenados en kung fu desde los cuatro años; bajo el lema “La mente sobre la materia” y vaya que lo demostraron, pues hicieron pedazos barras de acero tan sólo con sus cuerpos a su antojo, invitando incluso a miembros del público para comprobar la autenticidad de las barras de madera y acero.
Por supuesto, un circo no lo es si no hay payasos, por lo que todo un ejército de payasos son partícipes de este show, ellos parodiaron el acto anterior de los “Guerreros Shaolin” de una peculiar forma, consiguiendo carcajadas y aplausos de parte de todo el auditorio.
Así desfilan aún más artistas con espectaculares actos, entre trapecistas, equilibristas, los perritos amaestrados, ponis, caballos y por supuesto las estrellas del show que son cinco elefantes, quienes efectúan algunos trucos como patear a gol con un balón de futbol, atrapar objetos en el aire y hasta tocar la armónica.
El gran acto final estuvo a cargo de la Familia Torres, en el que fueron capaces de meter ocho motociclistas a la vez en la esfera de acero, donde giraron una y mil veces ganándose el aplauso sin parar del respetable, con este liberaron por fin al majestuoso dragón de la cueva, cerrando de una manera explosiva e intensa una noche de asombro y alegría que sin duda será inolvidable para todas las familias presentes en tan fantástico show.