Política caliente
Ramón Zurita Sahagún jueves 23, May 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Qué está pasando en el mundo de la política, donde todo parece descomponerse en un abrir y cerrar de ojos. Es cierto que el Pacto por México es uno de los grandes aciertos de la naciente administración pública federal, pero también lo es que los signos de descomposición política asoman por todos lados.
Los problemas familiares de altos personajes de la política nacional asoman por doquier, la lucha fratricida en los partidos políticos y las muestras de corrupción supuran las heridas del pasado.
Es cierto que como en el caso Profeco, son los familiares de las autoridades los inmiscuidos en asuntos judiciales, también lo es que no son asuntos sencillos, como el de Andrea Benítez y la pretendida clausura de un restaurante.
La situación en que se ubican el Procurador General de la República y uno de sus más cercanos colaboradores, el director del Cisen, es sumamente difícil.
No se trata de un juego de niños, ya que la agresión del nieto de Jesús Murillo Karam a la hija de Eugenio Imaz, rebasa cualquier límite de tolerancia.
La agresión a las mujeres y la violencia física en contra de ellas, es un tema que asoma cotidianamente en el ámbito nacional, sin respetar clases sociales.
Pero si a eso se le añade que el golpeador entró en el domicilio de la agredida para violentarla, el delito se agrava.
Sin importar la cercanía de las familias, ni el grado de paternidad política que mantiene el procurador sobre el director del Cisen, es un asunto sumamente espinoso que tendrá que ser resuelto de la mejor manera posible, con sanción ejemplar para el agresor.
Paso al asunto de Tabasco, done nadie comprende hasta dónde llegarán las sorpresas en esa entidad saqueada y agredida por el ex gobernador Andrés Granier y sus esbirros. Las sorpresas se suceden una tras otra. Ya supimos del cinismo y desvergüenza del ex gobernador que pretextando un exceso de alcohol, trató de justificar parte de sus excesos.
Sin embargo, ahora resulta que su ex secretario de Finanzas, aquel al que no se podía fincar responsabilidad alguna por carecer de documentos probatorios, mantenía en su poder una fortuna de cien millones de pesos, en efectivo.
El resguardo lo tenía en una propiedad cercana a la capital del estado, mientras que el gobierno estatal sufre problemas de liquidez para atender los compromisos primordiales de la población o para pagar parte de los adeudos dejados por la anterior administración, esa misma de los excesos y a la que pertenecieron Granier Melo y su ex secretario de Finanzas, José Sáiz Pineda. Solamente como recordatorio, no es la primera ocasión en que a este personaje se le encuentra una fuerte cantidad de dinero en efectivo.
Al inicio de la administración de Andrés Granier, Sáiz Pineda fue detenido en Ciudad del Carmen por llevar una cantidad superior a los diez millones de pesos en efectivo, cuando la población tabasqueña se debatía en el desastre de la primera inundación.
En aquella ocasión se dijo que el dinero era trasladado hacia Mérida, ciudad en la que actualmente reside el ex secretario de Finanzas.
Se espera que con este decomiso se encuentren las pruebas suficientes para que la justicia actúe en contra del ex gobernador Granier Melo y parte de sus colaboradores. Otro de los asuntos calientes es el correspondiente a los sucesos internos dentro del Partido Acción Nacional, donde el partido muestra grandes fisuras y se desmorona ante uno de los procesos electorales más importantes de los años recientes.
La remoción de Ernesto Cordero del liderazgo de la fracción senatorial enconó más los ánimos entre los dos grupos en pugna y más cuando 32 de los 38 senadores no se encuentran conformes con la manera en que procedió Gustavo Madero Muñoz.
Es cierto que es su facultad remover a los coordinadores de las bancadas panistas en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, como también la de nombrar a los nuevos coordinadores, cuando él lo decida.
Sin embargo, su actuar no gustó para nada y menos cuando algunos consideran que actuó como mago de carpa, ya que Gustavo E. Madero Muñoz sacó el conejo de la chistera y anunció el nombre de José Luis Preciado, como el nuevo coordinador de la bancada panista en el Senado de la República.
¿Quién es, se preguntaron todos? Y es que Preciado fue seleccionado por encima de los personajes que se habían filtrado a los medios de comunicación y que cuentan con mejores cartas credenciales políticas dentro del partido. Salvador Vega Casillas, ex secretario de la Función Pública; Héctor Larios, ex coordinador de los diputados federales del PAN; Juan Carlos Romero Hicks, ex gobernador de Guanajuato, eran los más mencionados.
Claro que había otros de prosapia como Javier Lozano, ex secretario del Trabajo, pero cercano al grupo del depuesto Ernesto Cordero. La realidad es que no tenía mucho de dónde elegir el presidente nacional del PAN, por lo que se decidió por un político de bajo perfil, pero que se presenta como una buena opción para la transformación de un partido que requiere de caras nuevas.
El nuevo coordinador de los senadores del PAN, hará mancuerna con su homólogo de los diputados, Luis Alberto Villarreal, con el que le une pertenecer al compacto grupo que está formando el dirigente nacional panista, Gustavo E. Madero.
Para algunos, el arribo de Preciado es la oportunidad de ir renovando los cuadros blanquiazules, otorgando oportunidades a una serie de políticos de bajo perfil, cuyo crecimiento será cuestión de ellos mismos. Sin embargo, hay quienes ven en la designación de Preciado un desprecio por parte de la dirigencia panista y una pretensión de fortalecer a su endeble grupo.