Los diez mejores
Ramón Zurita Sahagún miércoles 22, May 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Para la casa encuestadora Covarrubias y Asociados SC, el mejor gobierno estatal es el que encabeza en Querétaro, José Eduardo Calzada Rovirosa. El priísta fue evaluado como el mejor gobernador del país, mediante el estudio que trimestralmente realiza Covarrubias y de acuerdo con la opinión de 6 mil 238 personas que fueron cuestionadas sobre el desempeño de los 31 gobernadores del país y del jefe de gobierno del Distrito Federal.
Los rubros en que fueron evaluados son, entre otros, combate al crimen organizado, al desempleo, a la inseguridad pública, a la pobreza y a la corrupción, así como el apoyo a la educación, vivienda, salud y al campo, además de la obra pública, el fomento al desarrollo económico y a la transparencia. Calzada Rovirosa superó a sus colegas y se ubicó como el mejor calificado, por encima de sus compañeros de partido, Roberto Sandoval Castañeda, Nayarit, y Rolando Zapata Bello, Yucatán, situados en segundo y tercer lugar en la misma encuesta.
Tres priístas son los mejores evaluados, aunque otros dos lograron colarse en la lista de los diez mejores, ya que Mario Anguiano Moreno, Colima, y César Horacio Duarte, Chihuahua, se ubicaron en los lugares séptimo y octavo.
Pero en la compacta lista se encuentran tres panistas, un verde y uno sin militancia partidista, aunque fue candidato del PRD. Es decir, con la excepción del Movimiento Ciudadano, todos los partidos con gobernadores lograron colarse dentro de la lista de los diez mejores. Los tres panistas son Marcos Alberto Covarrubias, Baja California Sur; Rafael Moreno Valle, Puebla, y Miguel Márquez Márquez, Guanajuato, sembrados en los lugares cuatro, sexto y noveno, respectivamente.
Manuel Velasco Coello, Chiapas, es quinto y Miguel Ángel Mancera, Distrito Federal, cierra la lista de los mejores aprobados y calificados. Lo curioso de estos números es que cuatro de los mejor evaluados son nuevos en los cargos y, según las opiniones de los encuestados, los resultados obtenidos en ese pequeño período son satisfactorios.
En total fueron electos siete nuevos gobernantes en la misma elección presidencial y de ese total, tres no obtienen buenas notas.
Rolando Zapata, Miguel Márquez, Miguel Ángel Mancera, Manuel Velasco, mandatarios de Yucatán, Guanajuato, Distrito Federal y Chiapas, han respondido satisfactoriamente a los requerimientos de sus gobernados.
No sucede lo mismo con los gobernadores de Morelos, Graco Ramírez Garrido; Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, y Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval. La percepción de los evaluadores es que la calificación más alta, la otorgada a Calzada Rovirosa, se limita a un ocho, dígito que no alcanza nadie más.
El nayarita Sandoval Castañeda obtiene un 7.91 y el yucateco Zapata Bello 7.81. Muy cerca de él, se ubica en cuarto lugar el neopanista Covarrubias Villaseñor, con 7.80, mientras que el quinto, el verde Velasco Coello se distancia hasta obtener un 7.62 por ciento de calificación aprobatoria.
Siguen sucesivamente el poblano Moreno Valle con 7.61, el priísta colimense Anguiano Moreno con 7.55, el también priísta chihuahuense, Duarte, con 7.48, el panista de Guanajuato, Márquez, con 7.44 y cierra la lista de honor el apartidista Mancera, del Distrito Federal, con 7.43 de calificación aprobatoria.
En este reducido grupo de diez, solamente se ubica uno de los gobernadores asediados por la delincuencia organizada. Para sorpresa de muchos, César Duarte, gobernador de Chihuahua, fue el seleccionado como uno de los mejores exponentes en el combate al crimen organizado, a la corrupción y a la inseguridad pública. Chihuahua es una entidad que conjuntamente con Michoacán, Guerrero, Sinaloa, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, sufren el acoso de los grupos delincuenciales y registra un alto índice de violencia.
Por supuesto, ni Jesús Reyna (gobernador interino), Ángel Aguirre, Mario López, Rubén Moreira, Rodrigo Medina y Egidio Torre, fueron considerados en este selecto grupo, al que sí pudo colarse su colega de Chihuahua.
MICHOACÁN, CALIENTE
Michoacán fue el primer estado del país en que fuerzas militares fueron enviadas para combatir a la delincuencia. Eso ocurrió hace poco más de seis años, con el resultado que todos conocemos, un total fracaso por parte del Ejército y la Marina, que jamás pudieron frenar la creciente violencia en esa entidad.
Es cierto que las cosas han cambiado en ese lapso, ya que el gobierno estatal estaba en manos de un mandatario emanado del PRD, Leonel Godoy, y hoy lo está, interinamente de un priísta (Jesús Reyna) que sustituyó temporalmente a otro priísta (Fausto Vallejo). En lo federal, también las cosas cambiaron, ya que en el primer intento de frenar la violencia en Michoacán, el Presidente de la República era un panista nativo de esa entidad, Felipe Calderón, y hoy es un priísta, Enrique Peña, quien toma una decisión similar, de enviar tropas a ese caliente estado. Si en aquel entonces, las fuerzas federales fueron incapaces de apaciguar la violencia y desterrar a la delincuencia organizada, en ésta se considera que la situación será más tensa. En los más de 75 meses transcurridos entre el primero y el segundo envío de tropas a Michoacán, los grupos delincuenciales se fraccionaron y se dividieron el estado en grupos, aunque la disputa por el territorio se mantiene.
Para intentar combatir la ola de violencia, grupos de ciudadanos se unieron para formar las llamadas policías comunitarias, aunque se sospecha que dentro de las mismas lograron infiltrarse elementos pertenecientes a los mismos grupos delincuenciales. Es cierto que la situación ameritaba una decisión radical, ya que dentro de ese estado se establecieron zonas vedadas y que la propia población recibió con júbilo a las fuerzas federales, aunque habrá que esperar para constatar que la paz regresó al estado y que los grupos delincuenciales y la violencia fueron desterrados.