¿Políticos honestos?
Ramón Zurita Sahagún viernes 17, May 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿Son acaso los políticos mexicanos más honestos, al transparentar su sentir, reconocer sus errores y exponer públicamente sus culpas?
Acontecimientos recientes parecieran darle la razón a quienes así piensan, pero la realidad es otra.
Es cierto que los políticos mexicanos salen a la luz pública, en un afán de expiar sus culpas, aunque no lo consiguen, ya que sus apariciones mediáticas los ubican más en el cadalso de la opinión pública.
Varios casos expuestos en las semanas recientes llevan a mostrar la decadencia de cierta parte de la clase política, principalmente de aquellos que creen encontrar la panacea en los abusos del poder.
El despido del Procurador Federal del Consumidor, Humberto Benítez Treviño, era bola cantada.
Nadie dudaba que el doctor en derecho debiera haberse ido por su cuenta, en un acto de dignidad política, desde el momento mismo en que se ventiló públicamente el caso de su hija, bautizada como “Lady Profeco”.
Sin embargo, Benítez Treviño se aferró al poder, expuso que no estaba enterado del asunto que se encontraba convaleciente de una operación.
Dos veces insistió el entonces procurador en que no renunciaría y lo consiguió, ya que no renunció motu propio, fue corrido, en un proceso largo y desgastante y después de que lo avalaron la casi desparecida Secretaría de la Función Pública y el mismo secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Benítez Treviño no se quería ir, pero sus dos intervenciones públicas fueron desastrosas, al intentar defender el cargo público para el que fue invitado por el presidente Peña Nieto.
Es cierto que Humberto Benítez traía consigo una larga carrera pública, respaldada por su vinculación a los grupos políticos del Estado de México y que fue secretario de Gobierno de esa entidad, bajo la administración del hoy presidente de la República, pero también lo es que el mismo se hundió con sus aspavientos y la conducta de su hija.
De los cuatro políticos que ventilaron públicamente sus casos en los días recientes, Benítez Treviño era el único con cargo en la presente administración.
César Nava Vázquez es otro, cuyo asunto salió a discusión por la denuncia interpuesta en su contra por Petróleos Mexicanos del que fue su director jurídico hace diez años.
Ex presidente nacional del PAN, Nava, quien además fungió como secretario particular del entonces presidente Felipe Calderón, enfrenta una fuerte acusación, fincada por Pemex en Nueva York.
Salió a los medios para negar todo tipo de participación en el asunto que le endosan y de pronto hubo recordatorios sobre la compra de un lujoso departamento en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de México, cuya adquisición nunca fue aclarada.
César Nava recorre medios electrónicos y todos aquellos que le den espacio, para fijar su posición con el asunto Pemex, aunque de rebote se tocan algunos temas dejados inconclusos.
Tampoco le ha ido bien en su tour mediático.
Miguel Ángel Yunes Linares regresó a lo que le gusta, la exposición mediática, de la que es todo un experto.
Primero participó en la denuncia y difusión de videos y audios sobre el eventual uso electorero de los programas sociales del gobierno federal, por parte del PRI y el gobierno veracruzano.
Logró su propósito, desmantelar la estructura federal de la secretaría de Desarrollo Social en esa entidad y descarrilar la maquinaria priísta que tenía en el entonces secretario de Finanzas, Salvador Manzur, a uno de sus mejores prospectos para la sucesión gubernamental.
Yunes Linares usó todos los recursos a la mano para lograr su objetivo y lo consiguió.
A cambio de ello, se exhibe su relación con Francisco (Pancho) Colorado, un empresario que, presuntamente, lo respaldó en su campaña al gobierno estatal y que hace unos días fue condenado a 20 años de prisión en Estados Unidos por delitos de lavado de dinero.
La relación era tan estrecha que uno de los hermanos de Colorado fue apoyado por Yunes Linares como candidato a diputado por el PAN.
Pero ahora se revela que, presuntamente, Yunes Linares es investigado en Estados Unidos por su relación con Colorado, con lo que se muestra que su exposición mediática le acarreó consecuencias.
El asunto más reciente es el del químico que le gusta empedarse, porque se siente bien.
Andrés Granier Melo es uno de los más cuestionados ex gobernadores de Tabasco que en uno de sus múltiples excesos fue grabado por gente cercana a él y expuestos sus deslices ante la opinión pública.
Saqueado el estado que gobernó, por él y sus colaboradores, el escándalo fue mayúsculo por las frivolidades de los temas y lo presuntuoso de su fortuna personal.
Pronto salió al quite, con una serie de mentiras y argumentos falsos, cobijado en su supuesta embriaguez, lo que supuestamente, lo convirtió en un sujeto jactancioso.
Tampoco nadie creyó en los argumentos expuestos y mucho menos en la presunta honestidad de quien ni siquiera tuvo el valor cívico de terminar su gobierno y salió del estado antes de concluir con el mandato para el que fue electo.
DEPREDADOR
Depredador del presupuesto público fue el calificativo que le endilgó el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, a su antecesor Andrés Rafael Granier Melo.
El gobernador de Tabasco salió a aclarar los dichos de Granier y negó cualquier tipo de acuerdos con él. Es absolutamente falso que la entrega-recepción del gobierno se haya dado con normalidad, como también aseguró Granier, dijo Arturo Núñez, quien negó conocer el domicilio del químico en el extranjero.
Mencionó que las dos veces que sostuvo reunión con Granier para la entrega recepción del gobierno sólo recibió evasivas y tácticas dilatorias en la entrega de la documentación, que después se comprobó fueron documentos vitales que fueron desaparecidos.