Infiltrados
¬ Augusto Corro martes 14, May 2013Punto por punto
Augusto Corro
Elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y de Seguridad Nacional (Cisen) detectarán y desarticularán bandas de secuestradores y traficantes de personas.
Para dicha tarea, los agentes de dichos organismos serán infiltrados en los grupos de migrantes provenientes de países centroamericanos, cuya pretensión es llegar a los Estados Unidos.
Como se sabe, los extranjeros que llegan a México son víctimas de un sinnúmero de agresiones por parte de la delincuencia organizada, y en algunos casos de las propias autoridades.
En ese sentido, las víctimas son secuestradas, extorsionadas, torturadas y asesinadas.
Últimamente, los indocumentados han sufrido más presiones por los grupos delincuenciales que también les exigen el pago de derecho de viaje.
Por ejemplo, quienes pretenden trasladarse en el tren, conocido como “La Bestia”, tienen que cumplir con una cuota económica, o de lo contrario exponerse a ser arrojados de la máquina en movimiento.
Las autoridades mexicanas se han visto imposibilitadas de frenar esas acciones ilegales, debido al número elevado de migrantes que pasan por el territorio nacional. En algunas situaciones, la intervención de los sacerdotes de la Iglesia católica ha sido un paliativo para disminuir el acoso contra los extranjeros. En el caso que nos ocupa, los agentes infiltrados también buscarán detectar a los “polleros” que desde su origen reciben dinero para trasladar a los indocumentados y después abandonarlos durante el viaje.
Ojalá y les funcione ese proyecto a las autoridades, que es considerado como muy superficial, si no se va a la raíz del problema. En el fondo, el número de indocumentados crece cada vez más, debido a la situación compleja y precaria que se vive en los países centroamericanos.
La falta de empleo y el temor a la violencia obliga a los habitantes de la región a abandonar sus países. México debe plantear la necesidad de que todos los países centroamericanos se reúnan, con el propósito de buscar soluciones reales, que disminuyan el tráfico de indocumentados a través de México. Si no se va al fondo del problema, difícilmente se terminará el flujo de migrantes, materia prima para las acciones delincuenciales de los narcos y sus secuaces.
A PAGAR LOS FAVORES
No sorprende, molesta. Nos referimos a la condecoración de la Orden al Mérito Civil que hizo el Gobierno del Reino de España a Felipe Calderón.
Según el reglamento español, “la condecoración puede otorgarse a personas de nacionalidad extranjera, siempre que hayan prestado servicios distinguidos a España o una notable colaboración en todos aquellos asuntos que redunden en beneficio de ella”. En México, cualquier reconocimiento extranjero tiene que pasar por el Congreso que decide si se aprueba o se rechaza. Sin embargo, la cuestión del tema, es ¿por qué España dio el reconocimiento a Calderón? Cabe preguntar en qué consistió esa notable colaboración a la que pomposamente se refiere el gobierno del derechista Mariano Rajoy.
¿Quiénes fueron los beneficiados directos? ¿Las empresas españolas? ¿La familia real y sus deteriorados familiares?
En abril pasado, transcendió que Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos, el cazador de elefantes, “trató de aprovechar la relación entre el monarca de España con Calderón, para tratar de establecer negocios en México”.
A esto último obedece la condecoración citada, porque no se puede entender de otra manera, que se otorgue una medalla o lo que sea, que podría interpretarse como una acción de mala fe, o un desconocimiento total del repudio de los mexicanos a Calderón.
Por si no lo sabe, el derechista Mariano Rajoy, el ex presidente mexicano dejó una herencia de miles de muertos y desaparecidos y el tejido social hecho pedazos, debido a una fallida guerra contra la delincuencia organizada. El rey y las autoridades españolas no brillan por su talento político.