24 años del PRD
Ramón Zurita Sahagún martes 7, May 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cumplir 24 años de existencia para un partido político no es cualquier cosa y menos para uno que acarició ya en ese lapso la Presidencia de la República. Conjuntar al mayor número de organizaciones de izquierda fue un acierto para el PRD en 1989, aunque eso mismo le generó conflictos internos que hoy en día se sostienen. Es cierto que apenas ocho años después de su fundación, el partido logró la mayor joya política electoral de su historia, la que 16 años más tarde continúa gobernado, el Distrito Federal.
Electoralmente, el PRD es un partido sumamente rentable, donde giran a su alrededor las otras opciones partidistas de izquierda.
Conquistó, solo o acompañado de los otros partidos de izquierda, gobiernos como el de Tlaxcala, Chiapas (dos ocasiones), Morelos, Tabasco, Zacatecas (dos veces) y en alianza con el PAN, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa y Puebla, entre otros. La estabilidad del PRD como partido político se encuentra sumamente consolidada en la mayor parte del territorio nacional, aunque hay entidades en las que su presencia es sumamente nutrida y otras más en que flaquea, dependiendo el tipo de elección que se celebre.
Sin embargo, un año antes de arribar al cuarto de siglo, el PRD sufre embates de varios sitios, los que sitúan en una posición de fragilidad al partido y su estructura.
No son nuevos los enfrentamientos y fracturas dentro de este partido, donde el canibalismo es uno de sus signos representativos.
Cada proceso de selección de sus dirigentes concluye con nuevas fricciones y descontento de los perdedores.
Otro de los graves problemas que enfrenta en el presente es la posible deserción de militantes, ante el nacimiento de un nuevo organismo, que será encabezado por, tal vez, el principal de sus guías morales, Andrés Manuel López Obrador.
En sus 24 años de vida, el PRD se ha significado por el caciquismo, transformado en la figura de guías morales, donde primero fungió como tal Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y luego Andrés Manuel López Obrador.
Por eso, con su participación en cuatro elecciones solamente ha tenido dos candidatos presidenciales, Cárdenas en las dos primeras y López en las siguientes.
En el camino se quedaron figuras políticas que como Porfirio Muñoz Ledo y Marcelo Ebrard Casaubon intentaron competir, sin éxito, con los entonces guías morales. Con todo y ello, los perredistas sí muestran disciplina con sus candidatos presidenciales y asumen que los liderazgos les pertenecen a ellos.
Donde se radican las principales confrontaciones es, además de la disputa del control del partido, en las candidaturas, ya que al término de las elecciones o selecciones de candidatos, la inconformidad es mucha.
Al celebrar su aniversario 24 de la fundación del partido, los dirigentes y militantes del partido saben que el próximo 7 de julio tendrá lugar un proceso electoral que podrá definir el futuro del partido, aunque todavía no participe como organización política Morena, del que se considera será su principal adversario en lo futuro.
Catorce elecciones en igual número de entidades probarán la resistencia del partido, dominado en la actualidad por el grupo conocido como “Los Chuchos” que encabezan el ex dirigente nacional Jesús Ortega Martínez y el actual Jesús Zambrano Grijalva.
Esta corriente es la dominante dentro del partido y se ubica muy por encima de la otra poderosa, que es la de René Bejarano y Dolores Padierna. Sin embargo, la disputa de candidaturas en los 14 estados en que se celebran elecciones el próximo 7 de julio, deja ya saldos que pueden provocar un costo demasiado alto para el organismo político de izquierda.
Uno solo de ese costo puede producirse en Baja California, entidad en la que el PRD va en alianza con el PAN, partido gobernante en aquel estado desde hace 24 años. Es la única entidad en la que se elegirá gobernador en este año y algunos perredistas no quedaron conformes con esa alianza, por lo que tomaron sus propias decisiones.
Y es que precisamente, justo el día en que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) cumplió 24 años de su existencia, el comité municipal del sol azteca en Tijuana dio su respaldo al candidato del PRI al gobierno de Baja California, Fernando Castro Trenti. Con esto, la alianza entre el PAN y el PRD se fractura.
Por el momento, es el único comité municipal que tomó esa decisión, pero se trata de la principal población del estado, donde se concentra la mayor población (cerca del 40 por ciento).
En la parte norte de Baja California, la dirigencia estatal decidió ir con la candidatura de Francisco (Kiko) Vega, postulado por el PAN, lo que provocó molestia entre una parte de la militancia. Pero también en otros estados hay disgusto por las decisiones asumidas por la dirigencia de su partido.
PRI, DESAIRADO
Uno de los estados en los que el priísmo se encuentra sumamente a la baja y se busca recomponer y amalgamar la militancia es Tabasco, reducto donde el tricolor perdió después de usufructuar el poder por más de 80 años.
Los abusos cometidos durante la administración de Andrés Granier Melo, hartaron a los tabasqueños, los que repudian el emblema y a los dirigentes del partido tricolor.
Apenas el sábado pasado inició el amago de recomposición del PRI en el estado, con la designación de un nuevo delegado en la persona del senador Raúl Pozos, considerado un político sin los atributos necesarios para alcanzar esas metas. A la toma de posesión de Pozos fue el dirigente nacional del PRI, César Camacho, pero faltó lo más renombrado del priísmo estatal, los que prefirieron ausentarse del evento y retornar hasta que las aguas retomen su nivel.