El Papa Francisco recibe a Benedicto XVI en el Vaticano
* Especiales, Mundo viernes 3, May 2013- Por vez primera, dos sumos pontífices vivirán en la sede y ambos ostentarán el título de Su Santidad
Benedicto XVI y Francisco se saludan, con lo cual ambos inician una convivencia sin precedente, pues nunca el antecesor estaba vivo.
Ciudad del Vaticano.- El Papa argentino Francisco recibió al Papa emérito Benedicto XVI en el Vaticano, un regreso que marca el inicio de una convivencia sin precedentes entre dos pontífices.
Se trata de la primera vez en la historia que dos papas conviven dentro de las murallas de El Vaticano, los dos vestidos de blanco y con el título de Su Santidad.
“El Papa Francisco lo recibió con gran fraternidad y cordialidad. Tras lo cual se dirigieron a la capilla del monasterio para una breve oración”, precisó en un comunicado la Santa Sede.
El Papa emérito se alojará en el convento Mater Ecclesiae, renovado para la ocasión a pocos metros de la Casa Santa Marta, donde reside Francisco.
Benedicto XVI regresó procedente de Castelgandolfo, donde habitó durante dos meses tras haber dejado el cargo de Pontífice el 28 de febrero. El Papa emérito llegó en helicóptero a las 16:45 horas, tiempo local.
La ocasión anterior que se le vio en público, el 23 de marzo, Benedicto XVI parecía notablemente más frágil y delgado que cuando dejó el Vaticano en su último día como Papa tres semanas antes.
El padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, reconoció que el ex Pontífice alemán de 86 años ha perdido vigor físico tras su retiro, pero insistió en que no sufre dolencia alguna y que sólo se trata de su edad avanzada.
“Es un hombre que no es joven: está viejo y su fuerza mengua lentamente’’, expresó Lombardi durante la semana.
“Sin embargo, no tiene enfermedad alguna en especial. Es un hombre viejo que está saludable’’. Benedicto XVI optó por abandonar de inmediato el Vaticano tras su renuncia el 28 de febrero a fin de sustraerse físicamente del proceso en el que su sucesor fue elegido, además de que quería concentrarse en el estudio.
Su ausencia también permitió a los trabajadores concluir las renovaciones en el monasterio. Hasta el año pasado, el inmueble alojó a grupos de monjas de clausura invitadas a vivir algunos años dentro de El Vaticano para que oraran por el Pontífice y la Iglesia en general.
