Delegados federales
Ramón Zurita Sahagún jueves 25, Abr 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hoy, como nunca, los nombramientos de delegados del gobierno federal en los estados se encuentran sumamente cuestionados.
La participación de algunos de ellos como presuntos operadores del partido en el poder (PRI) detonada por la dirigencia nacional panista y la réplica presentada por diputados priístas sobre el actuar de delegados del PAN en el pasado, dejan en claro el uso y abuso de los programas del gobierno en asuntos electorales.
Desde siempre, los delegados federales se han encontrado bajo sospecha del trabajo que realizan en los estados, donde la mayoría de ellos optan por dos alternativas: convertirse en empleados del gobernador en turno o intentar convertirse en vicegobernadores, dentro de su feudo. Los delegados federales son enviados a los estados para que operen los programas y obras que el gobierno federal destina a esas entidades, aunque no siempre cumplen con su cometido. Son plazas sumamente disputadas, ya que el manejo de recursos en cada área es extraordinario, además de devengar salarios y prestaciones sumamente atractivos. Existen un par de formas de seleccionar a los delegados federales, los que llegan a esas posiciones a petición de los propios gobernantes o los que el gobierno federal envía sin consultar a los mandatarios estatales.
La más frecuente es la que se negocia entre el gobierno federal y el gobernador en turno, lo que lleva a unos y otros a ceder terreno en algunos sectores, a cambio de otros en áreas consideradas prioritarias para unos y otros. El terreno de la negociación casi siempre acarrea buenos resultados y deja conforme a los dos bandos.
Se habla que en algunos casos, los gobernadores encaprichados con la designación de alguno de los delegados federales en el área que pretenden, son capaces de ceder hasta una decena de nombramientos en otros sectores. Durante mucho tiempo se decidió que los delegados federales no fuesen del propio estado al que eran enviados, para evitar confrontaciones entre los grupos de poder o que se desatasen las ambiciones personales de cada uno de ellos. Esa premisa fue respetada, aunque también la de que para operar esas funciones de delegado federal, el primer requisito era que pertenecieran al partido gobernante.
De esa manera los priistas aprovechaban para recompensar a aquellos personajes que colaboraban en una campaña presidencial y que no alcanzaban cargos importantes dentro de la estructura de las dependencias.
La delegación federal viene siendo una buena posición, en la que, incluso, abundan los negocios para aquellos que buscan consolidar su posición económica.
Al arribo de la transición y el cambio de partido en la administración pública federal, el esquema siguió siendo el mismo y los panistas se sintieron cómodos aprovechando las reglas no escritas de la operación de los programas de gobierno y la función que desempeñaban los delegados federales.
Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón se detonaron una serie de asuntos relacionados con la forma de ejercer el poder por parte de los delegados federales, ya que siguiendo la ruta trazada por el PRI, los delegados federales tenían que confirmar su militancia en el partido en el poder, para obtener el privilegio de ser enviados como delegados federales a los distintos estados del país.
El regreso del PRI al gobierno federal, después de 12 años de ausencia, mostró que la estrategia se mantendría similar, aunque con una variante, la de enviar delegados federales, de preferencia, nativos del propio estado al que se les designaba. De esa manera, los delegados federales estarían más compenetrados con los asuntos relacionados a su labor de enviados gubernamentales, aunque también, a decir de algunos, para operar todo tipo de estrategias. Eso sí, los delegados federales, como siempre, deben mostrar su militancia partidista y, en muchos de los casos, haber desempeñado cargos de dirigencia partidista y de representación popular.
MÁS GRABACIONES
El filtrar grabaciones provenientes del estado de Veracruz se convirtió desde hace mucho tiempo en el deporte de moda Desde la partida del PRI de su militante Miguel Ángel Yunes Linares, las intercepciones telefónicas, las grabaciones y posteriores filtraciones sacuden con gran frecuencia el escenario local y nacional.
Los procesos electorales en esa entidad son salpicadas con revelaciones que van desde los temas electorales, económicos y personales. Ahora tocó el turno conocer la forma en que operan los Yunes, padre e hijo, mediante sendas grabaciones. Con varios meses por transcurrir, antes de que el 7 de julio acudan los ciudadanos a las urnas veracruzanas, queda mucho por saber en lo que respecta a situaciones anómalas que evidencian la forma de actuar de unos y otros. Detrás de las grabaciones solamente se encuentran las ambiciones del poder político y económico y de ninguna forma contribuir al bienestar de la población de aquella entidad.
ENMASCARADOS
¿Qué hay detrás de las tomas de las rectorías de las dos principales universidades públicas de México? Nadie conoce el fondo del asunto, aunque resulta preocupante que un reducido grupo de personas tomen por asalto las instalaciones universitarias.
Primero fue la UNAM y después la UAM, donde se apoderan de las instalaciones y amagan con no dejarlas, hasta que no se cumpla con su pliego petitorio. El pretexto para la toma en la UNAM es la expulsión de alumnos, considerados violentos y de la UAM en solidaridad con quienes mantiene la toma de la primera. La realidad es que ambos grupos tratan de medir hasta dónde llega el límite de autoridad y tolerancia. Se recuerda como hace poco más de una década, finales de la administración presidencial de Ernesto Zedillo, la recién creada policía federal entró a territorio de la UNAM, para desalojar a un grupo similar. ¿Sucederá lo mismo ahora?