Abra cadabra
¬ Gustavo Mora miércoles 12, May 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Como por arte de magia, la Presidencia de la República anunció la desaparición de las secretarías de la Reforma Agraria y Turismo, como había hecho desaparecer, sin aviso previo, Luz y Fuerza del Centro.
En lo único que cumplió fue en lo de la central eléctrica con su combativo Sindicato Mexicano de Electricistas que todavía pelea en los tribunales y en las calles su supervivencia.
Rodolfo Elizondo Torres renunció a la secretaría de Turismo. Pero el foxista Abelardo Escobar Prieto sigue tan campante (como el Whisky Johnnie Walker) despachando en la Reforma Agraria. Y Jorge Gutiérrez Vera se quedó sin chamba al desaparecer Luz y Fuerza del Centro.
Por la secretaría de Turismo, han desfilado Rosa Luz Alegría, Silvia Hernández, Leticia Navarro y se acaba de nombrar a Gloria Guevara. Otras inutilidades políticas como Agustín Olechea Borbón y Julio Hirschfield Almada, también pasaron por esas oficinas.
Tanto la Reforma Agraria, como Turismo, eran simples Departamentos de Estado, como lo fue el Departamento del Distrito Federal cuyo titular ya es jefe de gobierno. Pero Luis Echeverría los elevó al rango de secretarías de Estado, para que sus amigos Augusto Gómez Villanueva y Julio Hirschfield Almada se sintieran cardenales. La secretaría de la Reforma Agraria en tiempos de Echeverría, en realidad cumplió la misión de ser el instrumento para las vendetas políticas del Diablo de San Jerónimo, como ocurrió con Carlos Armando Biebrich Torres (Sonora) e Israel Nogueda Otero (Guerrero) a los que se convirtió de gobernadores en prófugos de la justicia, por el pecado de ser moyistas. Luis H Ducoing (Guanajuato) Rafael Rodriguez Barrera (Campeche), así como Antonio Calzada Urquiza (Querétaro), estuvieron amenazados de correr la misma suerte.
Las revanchas políticas de Miguel de la Madrid Hurtado estuvieron a cargo de la Secretaría de la Contraloría de la Federación que inventó el colimense.
Y el Departamento del Distrito Federal nombrado por el Presidente de la República se convirtió en Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, a punta de los votos con los que arrolló Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en la elección de 1997.
Miguel de la Madrid Hurtado tuvo que nombrar a su amigo Oscar Espinosa Villarreal como secretario de Turismo para que no perdiera el fuero por sus malos manejos en el ex Departamento, en el mismo acto en que Cuauhtémoc rindió protesta como Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Después, Espinosa Villarreal tuvo que andar a salto de mata.