Murió el pacto; viene la alianza
Roberto Vizcaíno miércoles 24, Abr 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Ante la convocatoria de Peña Nieto al diálogo, los panistas creyeron que lo habían derrotado
- Los ganadores de este desastre serán sin duda Los Chuchos y su PRD
- El Presidente necesita asegurar la aprobación de las reformas necesarias y prometidas
Todo indica que los ganadores del conflicto entre el PAN y el presidente Enrique Peña Nieto, que prácticamente ha sepultado al Pacto por México, serán “Los Chuchos” y su PRD.
Una vez que Ernesto Cordero y su pandilla calderonista obligó a Gustavo Madero a sacar al PAN del Pacto, y a confrontarse con el gobierno, los únicos que pueden garantizar la aprobación de las reformas constitucionales que requiere esta administración para cumplir con sus metas de transformación, desarrollo y crecimiento nacionales, y sus promesas de campaña, son “Los Chuchos”.
Dueños formales de las estructuras predominantes del PRD, Jesús Ortega y Jesús Zambrano son también quienes hoy requieren de oxígeno electoral y político para hacerle frente a Andrés Manuel López Obrador y su casi partido Morena.
En los hechos el Pacto por México los había colocado inesperada y sorpresivamente dentro de Los Pinos. Hay que recordar que luego de la elección de julio pasado, junto con la segunda derrota de AMLO, el PRD sufrió una baja sustancial en sus posiciones de poder, y de 6 estados que gobernaban se quedaron solo con 3 y menos de la mitad de los legisladores federales. La decisión de Peña Nieto de ir junto con ellos en las reformas trascendentes surgidas a través de la mesa del Pacto, les abría las puertas a una especie de cogobierno cuando estaban fuera de todo esquema del poder.
El mexiquense no sólo los sentó a su lado, sino que los dejó participar en la elaboración de las iniciativas y darle curso en ellas a los viejos reclamos de la izquierda mexicana. Gracias a eso se reposicionaron interna y externamente.
Gran parte de los contenidos de la reforma educativa, por ejemplo, es de ellos.
¿Por qué entonces inmolarse junto con Madero y el PAN?
Es por eso que Zambrano se ha mostrado duro en este pleito, pero no determinante.
Él y Ortega saben que ambos son el boleto de pase de Enrique Peña Nieto a la historia como el mejor Presidente de México, o uno de los mejores. Y tienen una idea de lo que eso les puede beneficiar. No lo van a dejar ir. Una vez que los panistas se han lanzado al vacío, ellos irán a la alianza con el PRI y Peña Nieto, para sacar adelante las reformas que faltan.
SE LA CREYERON
Mientras esto ocurre, los panistas conducidos al choque por Cordero y los que aún controla Gustavo Madero, perdieron la brújula y el hilo de los elementos que prevalecen en el ejercicio del poder.
Ayer, antes que tomar el salvavidas que les echaba Peña Nieto al declarar un receso en las actividades del Pacto, los blanquiazules creyeron que habían doblado al mexiquense y se lanzaron como jauría tras la supuesta presa.
No supieron leer el mensaje del mandatario, quien de entrada les decía que había decidido suspender las actividades públicas del Pacto, “para abrir un espacio de diálogo” con sus opositores.
El mensaje fue limpio y claro:
“En días recientes los dirigentes de los partidos políticos nacionales que participan en el Pacto por México han expresado diferencias que son del conocimiento público”, decía de entrada.
Con ello reconocía el mexiquense que había un conflicto de sus opositores hacia su gobierno.
“Ante esta situación, el gobierno de la República reafirma su convicción de que en la democracia la única ruta para lograr las transformaciones que México demanda es el camino del diálogo, y no escatimará esfuerzos para asegurar que el Pacto por México continúe siendo un instrumento eficaz de cambio”, continuaba.
Peña le lanzaba a Madero (y a Cordero) el salvavidas para continuar a su lado.
“Por ello el presidente Enrique Peña Nieto ha tomado la decisión de suspender temporalmente las actividades públicas relacionadas con el Pacto por México, con el fin de abrir un espacio para el diálogo franco que permita superar los desencuentros y así fortalecer al Pacto”, reiteraba.
Por si había alguna duda de lo que les ofrecía, el comunicado de Presidencia indicaba que “la agenda de reformas contenida en el Pacto es el objetivo superior que ha logrado convocar a las fuerzas políticas a trabajar juntas.
“(Y que) Es convicción del gobierno de la República que el espacio de diálogo que ahora se abre es el mejor camino para asegurar el buen rumbo de dichas reformas, incluyendo la trascendental reforma financiera que tiene como objetivo central que en nuestro país haya más crédito y más barato, y que habrá de presentarse en los próximos días al Congreso de la Unión”.
Pero esto fue asumido por los panistas como una debilidad de Peña Nieto, y pensaron que lo tenían contra las cuerdas, contra la pared, en el callejón de la derrota.
LA RESPUESTA
El PAN reaccionó entonces con furia y prepotencia: el coordinador de la fracción blanquiazul en San Lázaro, el maderista Alberto Villarreal se le fue a la yugular al gobierno del mexiquense e hizo realidad la presentación de la denuncia de juicio político contra Rosario Robles y el gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
Y por la noche, ya al filo de las 19:00 horas, envió a sus alfiles a tundirle a Peña Nieto desde la tribuna de la Cámara de Diputados, sin conmiseración alguna, cerrando todos los espacios de un acuerdo.
En la Cámara de Senadores, la comparecencia de Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, se convirtió en una feria de descalificaciones y denuestos, de amenazas y de reclamos hacia el recién llegado régimen priísta.
La tlaxcalteca Adriana Dávila Fernández, senadora plurinominal por el PAN, fue la encargada de darle la bienvenida a la ex dirigente perredista y ex jefa del Gobierno del DF, con una andanada de gritos y reclamos que hicieron que interviniera la senadora priísta Cristina Díaz en su defensa.
El senador blanquiazul colimense Jorge Luis Preciado dijo con candidez no propia para su edad:
“El PAN no puede sentarse a ninguna mesa de diálogo, ni puede seguir negociando ninguna reforma, hasta que no sean cesados de sus cargos la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles y los titulares de Salud, Juan Antonio Nemi Dib; de Gobierno, Gerardo Buganza y de Finanzas Salvador Manzur, los tres del gobierno de Veracruz, quienes junto con otros 53 funcionarios de los tres niveles de gobierno, incurrieron en violaciones a la Ley por condicionar la entrega de beneficios sociales a votar por el PRI de Enrique Peña Nieto”.
Después les siguieron otros dentro de la misma línea.
Ayer, mientras tanto Enrique Peña Nieto viajaba a Perú para una nueva gira de trabajo internacional de dos días.
Dejaba el conflicto en manos de su secretario de Gobernación, el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong y los coordinadores de las fracciones en el Senado, Emilio Gamboa y de Diputados, Manlio Fabio Beltrones.
En el fondo queda planteado el hecho de que los panistas no son confiables, ni tienen tampoco el nivel político para sacar adelante un acuerdo de Estado.
Se creyeron que podían ganar y derrotar a Peña Nieto, y ser tan importantes como para obligarlo a despedir a su secretaria de Desarrollo Social, a la experredista Rosario Robles y poner en jaque al gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
La verdad es que no conocen ni la política ni el manejo del poder. No tienen ni idea de la estructura de Peña Nieto. No saben que el Presidente nunca aceptaría que sus opositores le dictaran cuál debe ser la conducción de su gobierno ni la composición de su gabinete.
Madero y Cordero se sobrevaloraron. Y al hacerlo se salieron de la mensa del Pacto. Ellos se autoexcluyeron, se hicieron prescindibles.
Y los ganadores son Los Chuchos.
Todo indica que se acabó el Pacto y que inicia la época de la alianza, del acuerdo entre PRD, PRI y gobierno.
Por lo pronto en mayo inicia la veda electoral y luego vienen los comicios donde se verá quien realmente tiene hoy la fuerza del voto en México.
Después de eso, entre julio y agosto surgirán los nuevos arreglos en los que el PAN no pintará. No al menos como lo venía haciendo. Ya veremos.