Deshacer un sexenio pésimo
¬ Juan Manuel Magaña martes 23, Abr 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Todo parece encaminado a deshacer lo que se hizo mal en el sexenio pasado, que fue prácticamente todo.
Ahora le llegó su turno a MVS. Según los integrantes de la Suprema Corte, la administración federal pasada incurrió en un ejercicio arbitrario y presumiblemente ilegal de funciones en materia de regulación de telecomunicaciones al negar la renovación de los títulos de concesión en la banda de 2.5 gigahercios (GHz) a la empresa encabezada por Joaquín Vargas.
Esta negativa sirvió para que después el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Dionisio Pérez Jácome anunciara la decisión de “rescatar” tales frecuencias porque las sentía subutilizadas.
Una mayoría de tres votos contra uno concedió en la Corte una serie de amparos a MVS contra la negativa del gobierno federal a prorrogar sus concesiones en esa banda que es reconocida en el ámbito internacional como propicia para las aplicaciones móviles de banda ancha, lo que se conoce como Internet de cuarta generación.
Hay que acordarse que este hecho llevó a una inusitada confrontación declarativa entre los propietarios de la empresa de medios y funcionarios de Los Pinos y la SCT.
Los Vargas y su gente acusaron a éstos de favorecer con su decisión los intereses de las televisoras.
Y no sólo: también de condicionar las negociaciones para la renovación de las frecuencias de la banda 2.5 a cambio de una disculpa pública de la periodista Carmen Aristegui, quien soltó al aire cuestionamientos sobre el presunto alcoholismo de Felipe Calderón. Lo del rescate de las frecuencias fue sencillamente una arbitrariedad, pues nada se sustentó en argumentos técnicos convincentes.
Además, de todo mundo es sabida la abierta parcialidad con que Calderón manejó los títulos de concesión sobre el espectro radioeléctrico para favorecer principalmente a Televisa y TV Azteca.
El fallo de la Corte lo que hace es precisamente poner en claro que el desempeño de las autoridades federales en ese caso distó de regirse por criterios técnicos e imparciales y causó un severo daño en el desarrollo de las telecomunicaciones en el país.
Esa decisión de “rescatar” la banda 2.5 GHz generó afectaciones a MVS y a sus clientes en la medida que obligó a la compañía a cancelar su servicio de Internet y sacó de ese mercado a un pequeño competidor que fungía como contrapeso al duopolio televisivo y también a las empresas de telecomunicaciones. Así o más sesgado.
La resolución de la corte desactiva la negativa gubernamental a renovar los títulos de concesión y obliga a la SCT a emitir nuevos lineamientos sobre la explotación de la banda 2.5 GHz. Cuestiones como esta tienen ahora que ver con la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones.
La ironía de este caso es pensar que todo pudo haber partido de un cuestionamiento por presunto alcoholismo. Si no hubo tal, por lo menos buena parte de las cosas que se hicieron el sexenio pasado dan la impresión de que se hicieron en mal estado. Y ahora a deshacerlas.