Planta nucleoeléctrica de Laguna Verde (I)
¬ José Antonio López Sosa lunes 22, Abr 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La generación eléctrica en nuestro país depende prioritariamente del sistema hidroeléctrico en primer plano y termoeléctrico en segundo, tenemos grandes ventajas geográficas para construir plantas hidroeléctricas, como el caso del sistema Necaxa (con las plantas de Necaxa, Tepexic y Patla) a principios del siglo pasado o las más recientes en Malpaso, Chiapas o El Cajón en Nayarit. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene hoy día la mayoría de la generación eléctrica pública del país, dentro de este rubro existe una planta nuclear destinada para la generación de electricidad en este rincón de Veracruz, Laguna Verde es su nombre y resultó una obra controversial y peligrosa desde sus orígenes.
La información que da CFE con respecto a esta planta es la siguiente: “La única central nucleoeléctrica de nuestro país, se encuentra ubicada sobre la costa del Golfo de México en el km 42.5 de la carretera federal Cardel-Nautla, en la localidad denominada Punta Limón, municipio de Alto Lucero, estado de Veracruz, cuenta con un área de 370 Has. Geográficamente situada a 60 km al Noreste de la ciudad de Xalapa, 70 km al Noroeste del puerto de Veracruz y a 290 km al Noreste de la ciudad de México. La Central Laguna Verde (CLV) cuenta con 2 unidades generadoras de 682.5 Mw eléctricos cada una. Los reactores son marca General Electric, tipo Agua Hirviente (BWR-5), contención tipo Mark II de ciclo directo. Con la certificación del organismo regulador nuclear mexicano, la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas (CNSNS), la Secretaría de Energía otorgó las licencias para operación comercial a la unidad 1 el 29 de julio de 1990 y a la unidad 2 el 10 de abril de 1995.”[1]; ahora bien, con respecto a la seguridad el organismo público descentralizado asegura lo siguiente:[2] “En cuanto a la seguridad en la operación de la central, se ha demostrado en más de 400 unidades nucleoeléctricas que actualmente operan en el mundo, que el riesgo es inferior al de cualquier planta industrial que utilice calor para trabajar, ya que desde el diseño, construcción y durante la operación de una nucleoeléctrica, lo más importante es garantizar altamente la seguridad del personal, así como la seguridad física de las instalaciones. La Central Nucleoeléctrica Laguna Verde cumple con las más estrictas normas internacionales de seguridad y su operación es certificada y supervisada directamente por los organismos reguladores nacionales e internacionales, para la aplicación de la energía nuclear”.
Hicimos hace algunos meses un recorrido por la laguna “El Llano” a unos cuantos kilómetros al sur de Laguna Verde en el poblado Villa Rica, percibimos cierta tensión en el ambiente cuando uno cuestiona sobre el riesgo que tienen los habitantes en general al vivir tan cerca de una planta nuclear. Por doquier entre la central y el puerto de Veracruz -especialmente hasta la ciudad de Cardel-existen señalamientos de emergencia en caso de lo que denominan “emergencia radiológica”. Preguntamos entre la población y no hallamos alguien que estuviera enterado de qué hacer en caso de una emergencia radiológica, sin embargo en muchas casas se han regalado los calendarios de CFE donde se habla de la seguridad y los planes de contingencia. Para CFE el riesgo es nulo, así lo confirmó un ex trabajador de dicho organismo, lo mismo indican en las informaciones públicas.
Laguna Verde se comenzó a proyectar en los años setenta, durante la bonanza petrolera del viejo régimen priísta, aún este reportero desconoce la verdadera motivación para haberla construido más allá del ego personal de los añejos años presidencialistas que suponían poner a México a la vanguardia entre los países tercermundistas al tener una planta nuclear generadora de electricidad.
Hace unos tres años el investigador de la UNAM, Bernardo Salas, publicó en la página del lector del semanario “Proceso” una carta donde afirma que se encontró material radioactivo en la laguna El Llano, justo donde estuvimos recorriendo la zona de Villa Rica, asimismo afirma que el gobierno federal ha bloqueado las investigaciones al respecto que la UNAM ha hecho en conjunto con la Universidad Veracruzana (UV).
Contactamos al investigador -quien se encuentra haciendo investigaciones en el sureste- y nos concedió una entrevista electrónica, le cuestionamos primeramente qué material fue descubierto en dicha laguna, a ello nos afirma “Se encontró cesio-137 en la laguna de El Llano, Villa Rica, Ver., se encontró al realizar muestreos como parte del intercambio interinstitucional entra la UNAM y la Universidad Veracruzana; se ha recorrido y muestreado la laguna en 3 ocasiones, primero se tomaron las muestras de sedimentos a lo largo del centro de la laguna, la segunda ocasión a lo largo del lado oeste y la tercera ocasión por el lado este, también se tomaron muestras en la “bocana”, es decir, donde la laguna se conecta al mar en época de lluvias, en este sitio en especifico, las muestras no presentaban el cesio-137, lo cual es lógico, pues se trata de un sitio inestable. Los muestreos se han realizado en todo un año. Las muestras que han dado positivo son 20 y sólo 3 no tienen cesio-137”. El riesgo es alto por efecto de este material según la propia descripción de Bernardo Salas. “El cesio-137 es un radionúclido cancerígeno y si bien es cierto que no existe Norma Oficial Mexicana que fije un limite a la cantidad permitida de cesio-137 en 500 mililitros de sedimento (que es la cantidad de nuestra colectada), debemos darnos una idea de la cantidad de cesio-137 que ha emitido la central nuclear, para que sea detectado ese radionúclido en una pequeña muestra. Además surge la pregunta ¿Cómo se encontrarán los campos de cultivo de maíz, frijol, caña de azúcar y hortalizas que se cultivan, así como los pastizales de ganadería?, de dónde se obtiene leche y carne para consumo humano”.
Con respecto al riesgo específico para los pobladores de la zona, Salas nos comenta “el cesio-137 y otros radionúclidos son emitidos de manera continua día y noche de esa central nuclear, por lo que la población critica es Villa Rica, pues se localiza en la dirección dominante de los vientos, así que el estar inhalando continuamente el aire contaminado. Podría traerles consecuencias a largo plazo. De acuerdo a un doctor que trabaja en el Instituto Mexicano del Seguro Social desde hace muchos años en Cardel, Ver., ha notado un incremento sustancial en la incidencia de cáncer en personas jóvenes, a diferencia de lo que ocurría anteriormente que solo atendía cánceres en personas en edad avanzada. El nombre del doctor no estoy autorizado a proporcionarlo”.
Ante esta situación resulta inadmisible que el gobierno federal impida realizar una investigación a fondo, preguntamos al investigador Salas ¿cómo es que la federación está interviniendo?, a ello apuntó “a pesar de haber notificado a la Armada de México, cuando intenté ingresar por mis muestras, el teniente de fragata Víctor Ochoa Monroy, me dijo que no se me autorizaba el paso a la laguna a pesar de que era área pública y agregó que no se me permitía acercarme más de una milla de los límites de propiedad de la CFE. Cosa curiosa, pues la carretera Cardel- Nautla pasa a escasos 30 metros de esos límites de propiedad”.
Estos resultados se contraponen con la información oficial emitida por CFE, luego entonces cuestionamos si ello es cierto, esto nos responde “La CFE siempre mentirá, por lo que yo los reto a que vayamos todas las instituciones que cuentes con sistemas de conteo como el que tenemos en la UNAM y realicemos los muestreos en la laguna El Llano y en el canal de descarga y analicemos esas muestras, con lo cual se sabrá la verdad. Las instituciones que invito a participar son Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, Comisión Nacional Seguridad Nuclear y Salvaguardias, Laboratorio Estatal de salud Pública de Veracruz, CFE, UNAM y Universidad Veracruzana”.
El investigador universitario envió a la Presidencia de la República una carta donde denunció los altos costos de repotenciación de los reactores, la complicidad de la Secretaría del Medio Ambiente al no exigir la “manifestación de impacto ambiental” a la central nuclear que la hizo 15 por ciento más peligrosa, la obstrucción de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) al no autorizarle la impartición de un curso de protección radiológica y finalmente, la obstrucción de la Armada de México para continuar con las investigaciones en la zona de Villa Rica. De estas denuncias la única respuesta que obtuvo fue que le autorizaran la impartición del curso, más nada.
Finalmente, estamos frente a un grave problema de salud pública y seguridad nacional, el Gobierno federal y la CFE muestran una clara despreocupación al respecto como si el problema no existiera. Entrevistamos a un médico experto en oncología quien aseguró a este reportero que los verdaderos daños que provoque esta central se verán entre 25 y 30 años después de su inicio de operaciones, esto es entre los años 2015 y 2020, período en que el material radioactivo presenta estragos visibles a la población humana.
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