¿Ahora sí los vemos?
¬ Claudia Rodríguez viernes 19, Abr 2013Acta Pública
Claudia Rodríguez
De forma natural, la condición humana siempre intenta negar o victimizarse ante lo que no le gusta. Tan simple como el niño que cierra sus ojos y tapa sus oídos ante la creencia que un fantasma puede asustarlo si lo ve, pero si no está en su panorama, el terror puede contenerse.
Me parece que de una manera similar, los mexicanos cerramos los ojos a muchas anomalías sociales cuando sabemos de éstas por información indirecta, pero sólo hasta que son tangibles nos damos a la tarea de manifestarnos sobre el suceso.
Ahora que la disidencia magisterial sobre todo de los estados de Guerrero y Oaxaca han tomado medidas duras de intervenir en el libre tránsito de otros muchos mexicanos, es que por fin vemos a los maestros más vulnerables del país y a los que se van sumando muchos otros mexicanos, que en primera instancia piden la acción de sus gobiernos para mejorar sus deplorables condiciones de vida, pero que también reclaman con la finalidad de que el resto de la sociedad mexicana les mandemos al menos una mirada o una maldición por su condición humana y entendamos que no son objetos, ni figuras decorativas.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), desde hace años no ha dejado de reportar las condiciones de pobreza extrema en que viven el mayor número de pobladores del sur de la República, y en donde ocupan siempre los primeros lugares entidades como Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
La pobreza extrema no sólo tiene que ver con un asunto alimentario, va más allá y habla de carencias que pueden enmarcarse en un círculo vicioso difícil de arrollar. Al rezago alimentario que se vive en el caso de Guerrero, se suman bajos niveles de acceso a servicios de salud, seguridad social, servicios básicos en viviendas e inexistente calidad y mínimos espacios en las mismas viviendas. Esto último, en lo que se refiere a los microespacios de las familias guerrerenses, pero a lo que habría que agregar los bajos o nulos servicios de infraestructura en comunicaciones y otros servicios propios y necesarios para que una localidad funcione como tal.
Si alguien cree que el conflicto con los maestros que se manifiesta en espacios públicos será fácil frenarlo, espero tenga razón. Yo veo las cosas distintas y más cuando a los profesores manifestantes se han adherido muchos otros guerrerenses olvidados no sólo por las autoridades y sus sexenales gobiernos, sino también por todos nosotros.
Y si los niños de Guerrero nos muestran un movimiento exótico de sus vientres, o nos venden sus artesanías casi implorando, no es por divertirnos, es por necesidad y olvido.
Acta Divina…La secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) del gobierno de Guerrero, Beatriz Mojica Morga, reveló que más del 60 por ciento de la población padece pobreza alimentaria producto de múltiples factores. La funcionaria advirtió que la pobreza ha obligado a decenas de familias a migrar a las ciudades más grandes de la entidad, como Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco y Zihuatanejo, en busca de mejores oportunidades de vida.
Para advertir…Revela nuestra condición en el mapa mundial el que de los siniestros en los Estados Unidos estemos más que enterados los mexicanos. Pero para el caso de los capitalinos ¿Se sabe cuántas granadas y bombas se han detectado en calles y edificios en estos primeros meses del año?