Siempre sí
¬ Augusto Corro jueves 18, Abr 2013Punto por punto
Augusto Corro
Conforme pasa el tiempo, se agudiza la crisis en el gobierno en Michoacán.
Definitivamente, el gobernador se ausentará más de un mes del cargo porque se someterá a una intervención quirúrgica.
Hace ocho días, en este mismo espacio le dijimos, amable lector, que el mandatario estatal, Fausto Vallejo Figueroa, podría separarse del cargo, debido a problemas de salud. Por cierto, solo él sabe de la enfermedad que le aqueja. La licencia de Vallejo Figueroa para dejar su encargo será de 60 a 90 días, por lo que será designado un mandatario interino.
Los michoacanos no han podido vivir tranquilos.
Antes de la administración de Vallejo Figueroa, Michoacán estuvo gobernado por dos perredistas: Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy. En esos dos sexenios, el narcotráfico creció sin control alguno en la entidad.
Grupos como “La Familia Michoacana” o “Los Caballeros Templarios”, además de otros cárteles, se adueñaron de la entidad mencionada. El colmo de la influencia de la delincuencia organizada se notó al ser descubierto el hermano de Leonel Godoy, Julio César, como lugarteniente de “La Tuta”, líder de “La Familia Michoacana”. Felipe Calderón Hinojosa, en su calidad de Presidente de la República y originario de Michoacán, intentó erradicar el narco en la región.
Con la intervención de Calderón, el ambiente político, social y económico se vició. Ni siquiera su hermana Luisa María Calderón pudo ganar las elecciones para la gubernatura.
No le fue bien con la guerra. La narcoviolencia se desató y nadie ha sido capaz de regresar a Michoacán a la paz y a la tranquilidad que la población disfrutó en otras épocas.
Ante la llegada inminente del gobernador interino, los michoacanos empezarán, otra vez, a buscar nuevos derroteros para superar la crisis que vive. Michoacán es digno, a todas luces, de mejor suerte. ¿O no?
EN OAXACA
En el gobierno oaxaqueño sigue la espiral de renuncias.
El gobernador Gabino Cué Monteagudo aceptó las renuncias de los secretarios de Finanzas, Gerardo Cajiga Estrada, y de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, Salomón Jara Cruz. Anteriormente, renunció a la Secretaría General de Gobierno, Jesús Martínez Álvarez, un político experimentado. En una carta que subió a su cuenta de Twitter, Martínez Alvarez apuntó:
“Cuando tuvo la gentileza de invitarme a formar parte de su administración, estaba convencido de que contaría con su confianza; sin embargo, no fue así, por ello, y por mi interés de servir a Oaxaca y a los oaxaqueños, acepté, estando consciente de los desafíos que tiene el estado”.
Indicó que en diversas ocasiones constató que asuntos que ya deberían estar resueltos y otros que ya están en proceso de solución, son reactivados por intereses internos, con el propósito de perjudicarlo. Sin embargo, la situación en el gobierno de Oaxaca podría ser otra, completamente diferente. Cué Monteagudo llegó al gobierno estatal como candidato de una coalición y no ha funcionado.
Más bien, el gobierno estatal ha servido para experimentar sobre el funcionamiento de los representantes de los diferentes partidos políticos. Cambiar hasta en dos ocasiones al secretario general de Gobierno, sólo índica que Cué Monteagudo no sabe lo que busca. Y echar a la calle al secretario de Finanzas, pues la situación se agrava. Si Cué Monteagudo no le tiene confianza a ninguno de sus colaboradores, seguramente encontrará muchos obstáculos para gobernar.
¿Quién es realmente el dueño del poder en Oaxaca? Hasta dónde se ve está repartido en grupos que sólo velan por sus intereses.
El gobernador tiene su propio grupo, en las mismas condiciones se encuentra Ulises Ruiz Ortiz, el ex gobernador aprendiz de dictador y los demás partidos también tienen sus parcelas de poder. El próximo mes de julio, en las elecciones locales se sabrá cómo ha gobernado Cué Monteagudo. Por ahora, si se trata de calificarlo, seguramente está reprobado.