Efervescencia veracruzana
Ramón Zurita Sahagún jueves 18, Abr 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una serie de rumores sobre la salud de Fidel Herrera Beltrán provocó intranquilidad en los medios políticos de Veracruz, debido a que el ex gobernador está convertido en el operador electoral de su partido en la entidad.
Se trataba de generar inquietud en los momentos previos a la selección de candidatos a alcaldes y diputados locales por parte del partido tricolor, ante la grave fisura provocada al interior de la militancia panista por el desaseo en algunas de sus nominaciones.
Pronto salió a los medios el propio Herrera Beltrán para negar la versión. La rápida respuesta por parte del nativo de Nopaltepec desactivó una bomba que pretendía diluir los graves problemas que vive Acción Nacional por la operación que viene haciendo la familia Yunes.
Veracruz es uno de los estados en los que Acción Nacional logró buen posicionamiento electoral en los años recientes, destacando la conquista de alcaldías y diputaciones y quedando a unos cuantos puntos porcentuales en la búsqueda del gobierno estatal.
En dos ocasiones el PAN acarició el gobierno estatal, la primera con Gerardo Buganza Salmerón, quien perdió por poco más de un punto porcentual ante Fidel Herrera Beltrán, en una elección que se fue a tribunales y la segunda con Miguel Ángel Yunes Linares, rezagado por más de tres puntos porcentuales ante Javier Duarte de Ochoa. Sin embargo, ambas veces el resultado electoral provocó reclamos internos y derivó en fracturas por la forma de operar la estrategia electoral.
Un personaje clave durante los dos procesos electorales fue Miguel Ángel Yunes Linares, ex priísta convertido al panismo, más que nada por su animadversión hacia Fidel Herrera Beltrán, su eterno adversario. Yunes Linares fue operador en contra de Herrera Beltrán en 2004 y adversario directo de Duarte de Ochoa en 2010.
Frustrado políticamente desde que no alcanzó la candidatura priísta en 1998 y 2004, Yunes Linares optó por convertirse en panista para competir bajo estas siglas, lográndolo en 2010, aunque no fue suficiente para ganar los comicios.
Sin embargo, le sirvió para situar electoralmente a sus hijos, Miguel Ángel y Fernando. Uno ya fue alcalde de Boca del Río y hoy va de nueva cuenta por esa posición y Fernando, actualmente senador. Con ello, Yunes Linares intenta convertir al panismo veracruzano en una franquicia familiar, donde él mismo busca sus beneficios personales y reparte posiciones entre familiares y amigos, mostrando su pretensión por establecer su coto privado. Y aunque los resultados son placenteros para ellos, entre la militancia surge un sentimiento de inconformidad, por lo que varios aspirantes no seleccionados por su militancia recurrirán a las instancias de los tribunales electorales para meter impugnaciones y presentar documentación que la avale.
Esa situación se suma a la de no haber podido concretar la alianza anhelada entre el Partido Acción Nacional y los partidos de izquierda, como se planteó al inicio del año electoral. De esa forma, Acción Nacional irá sin respaldo de otras organizaciones políticas en busca de recuperar los principales ayuntamientos del estado que alguna vez gobernaron y que hoy se encuentran en manos de los militantes priístas, especialmente los de Veracruz y Boca del Río, considerados en el pasado reciente como feudos de los Yunes.
PRIÍSMO, EN CRISIS
Pero si los panistas están inmersos en sus disputas, los priístas no se quedan atrás, ya que se han generado una serie de movimientos de inconformidad provocados por la imposición de candidatos.
Uno de los políticos cuestionados es el senador José Yunes Zorrilla, al que se le cuestiona ser el impulsor de una serie de candidatos sin futuro ganador en 11 municipios del área de su influencia.
Los quejosos señalan que ayudaron al ahora senador en diversas ocasiones en que compitió por un cargo de elección popular (dos veces diputado federal, dos más senador, otra más diputado local y alcalde de Perote), por lo que no se vale que actúe de esa manera.
En Veracruz surgieron brotes de inconformidad, ante la negativa de registro a varios de los aspirantes priístas a la alcaldía. Los militantes priístas de Xalapa no reaccionaron favorablemente ante la postulación de dos ex alcaldes de la capital para las diputaciones locales. Ricardo Ahued y David Velasco fueron postulados por Xalapa urbano y rural, respectivamente, distritos difíciles para el tricolor y más por el pobre resultado de las gestiones de ambos.
RENUNCIAS EN OAXACA
La crisis en el gabinete del gobierno de Gabino Cué Monteagudo no se detiene, ya que a la renuncia del secretario de Gobierno, Jesús Martínez Álvarez, se suman ahora la de Salomón Jara Cruz, secretario de Desarrollo Agropecuario y de Gerardo Cajiga Estrada, secretario de Finanzas.
Se trata de tres de los personajes más cercanos al ahora gobernador, que prefieren abandonar la nave que hundirse con el capitán.
Jara Cruz ventila argumentos de su renuncia, ya que establece una serie de intereses que presionan al interior y exterior de la dependencia. Cajiga Estrada precisa que se incorpora a la administración pública federal, por lo que se retira del gobierno estatal.
Sin embargo, los tres personajes en cuestión eran de los principales aliados de Gabino Cué en su tránsito al gobierno estatal.
Martínez Álvarez fue su primer padrino político del ahora gobernador Cué Monteagudo; Cajiga Estrada fue parte del equipo de Diódoro Carrasco Altamirano, quien asumió la paternidad de Gabino en el gobierno que encabezó en Oaxaca y en la Secretaría de Gobernación; Jara Cruz fue compañero de fórmula de Gabino en su camino al Senado de la República.
Hoy Gabino y su gobierno se quedan bajo la tutela de su principal operador financiero y político, el nefasto Jorge Castillo.