El poder no tiene ideología: Venezuela
¬ José Antonio López Sosa miércoles 17, Abr 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La República Bolivariana de Venezuela vive algo muy parecido a lo que se vivió en México en aquel lejano año 2006, tras la cerrada elección decidida en tribunales. Evidentemente, el fondo es el mismo, pero las formas, es decir, las variables y circunstancias son distintas por la naturaleza de ambos países.
El 1.56% de diferencia existe de acuerdo a los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela entre el ganador Nicolás Maduro y del perdedor Henrique Capriles. Ahora bien, la oposición venezolana y buena parte de ese 49.07% de ciudadanos que votaron por Capriles (porcentaje que equivale a 7,296,876 votos) han pedido un recuento de los sufragios, algo así como lo que se exigió en México en 2006, el voto por voto y casilla por casilla.
Nicolás Maduro, la noche del domingo, aceptó el reto de revisar voto por voto, sin embargo, el pasado lunes -que fue declarado presidente electo- dejó el tema en manos del CNE, quien determinó inviable dicha petición.
El sistema electoral venezolano es electrónico, es decir, se vota en computadoras, mismas que emiten un contrarrecibo tras sufragar, por lo mismo un recuento, más bien una auditoría, no representaría mayor problema para el CNE y muy posiblemente representaría una variación minúscula con relación al resultado presentado, luego entonces ¿por qué la negación del CNE a llevar al cabo dicho recuento?
Maduro se expone a tener un gobierno con amplias dudas de legitimidad, cosa que le ocurrió a Felipe Calderón durante los seis años de su mandato. En el caso mexicano fue el Tribunal Electoral quien determinó que por 0.56% Calderón había ganado a López Obrador, Calderón y el IFE se negaron a contar voto por voto y hasta el día de hoy, en pleno 2013 y después que Calderón se fue hasta del país, no nos queda claro quién ganó en realidad esa controvertida elección de 2006, ¿es ello lo que pretende Nicolás Maduro?, o bien se trata de una ceguera del poder por el poder mismo.
El poder no tiene ideología, en México en el año 2006 Felipe Calderón, el Partido Acción Nacional (de derecha) y el IFE determinaron que por cuestiones legales, no era posible contar voto por voto y casilla por casilla. En Venezuela, Nicolás Maduro, sus partidos de izquierda y el CNE determinaron que por cuestiones legales, no es posible contar voto por voto. En México la derecha y en Venezuela la izquierda demuestran que la ambición del poder por el poder no tiene límites.
Ni hablar, a Nicolás Maduro le esperan largos años de escasa legitimidad al frente de un país, que estudie bien el caso de Felipe Calderón, porque parte de ello es lo que el destino le tiene guardado. Por otro lado, Capriles debiera consultar a Andrés Manuel López Obrador para aprender cómo permanecer en la agenda política y haciendo sombra a un presidente sin legitimidad por seis años.
Pobre Venezuela.
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