La lucha entrampada
¬ Augusto Corro martes 16, Abr 2013Punto por punto
Augusto Corro
EL gobernador Gabino Cué Monteagudo avanza algunos tramos en su gobierno y luego retrocede los mismos. Ni para atrás ni para adelante. Así se lleva su administración en el claroscuro de la mediocridad política. En el lapso de su administración ha cambiado a varios funcionarios públicos porque no le encuentran la cuadratura al círculo.
En su afán por mantener la paz con propios y extraños el mandatario no alcanza a satisfacer a sus adversarios políticos que conocen la inoperancia de Gabino Cué como mandatario. Los problemas en Oaxaca siguen intactos: pobreza, injusticia, impunidad e incompetencia son los factores que destacan en el gobierno del oaxaqueño.
Principalmente, el asunto de los maestros de la Sección 22 que, en los momentos de escribir estas líneas, se encontraba, nuevamente, estancado.
Se suponía que Gabino iba a resolver los conflictos más graves que tienen sometida a la entidad, como la pobreza galopante. No ha sido así. El campo se encuentra abandonado.
Para los campesinos, Estados Unidos es la meta para el mejoramiento de su modo de vida. Todo viene a colación, porque el reciente fin de semana, renunció a la secretaría general de Gobierno, Jesús Martínez Álvarez, uno de los principales colaboradores de Gabino.
Martínez Alvarez, de capacidad política probada, decidió dejar el paso libre a los adversarios políticos que se han empeñado en mantener en Oaxaca un clima de incertidumbre.
Así pues, el mandatario estatal se quedó sin su “brazo derecho” en los momentos más complejos de la problemática oaxaqueña: en la etapa del conflicto magisterial que apenas empieza. ¿Qué fue lo que llevó a renunciar al funcionario del gabinete de Cué?
El propio Martínez Alvarez lo planteó en su renuncia: “… al constatar que asuntos que ya debieron haberse resuelto y otros que están en proceso de solución, son reactivados por intereses internos, muchos de los cuales, supongo, tienen el propósito de perjudicarme a mí, lo que sería lo de menos; lo grave, es que terminan dañando al propio gobierno que usted (gobernador) encabeza y a la población, y no quiero servir de pretexto para que muchos problemas que tienen solución queden entrampados”. Quedó claro que la lucha interna fue determinante para que el secretario general de gobierno optara por renunciar a su cargo, pues Gabino actúa como una veleta movida por el viento de los intereses.
¿Cómo se puede gobernar si se pretende dejar satisfecho a todo mundo? ¿Cómo desempeñarse en libertad si se tienen intereses del pasado que se tienen que pagar? Gabino fue empleado del panista Diódoro Carrasco. En el presente, Diódoro le pasa la cuenta a Cué por favores recibidos.
Desde la época de los inefables José Murat y Ulises Ruiz Ortiz la sociedad se ha manifestado inconforme contra los gobiernos estatales presididos por sujetos de aspiraciones dictatoriales. El ejemplo es claro: Oaxaca continúa como uno de los estados más pobres de México. ¿Qué ha pasado con los presupuestos económicos que la federación otorga a los estados? ¿Alguién se ha encargado de vigilar que los recursos del erario se apliquen para satisfacer las necesidades de los oaxaqueños?
Lo dudamos, aunque, ya el propio Cué afirmó que fueron miles de millones de pesos en malos manejos del gobierno de Ulises.¿Y qué pasó? Nada. Ulises sigue libre y activo en la grilla y no sería remoto que apareciera como aspirante a un nuevo cargo político. Vaya desfachatez. En Oaxaca continuará la pugna por los intereses mezquinos de los diferentes grupos y del atraso los oaxaqueños nadie se preocupará. ¿Alguien, algún día, se encargará de atender los múltiples de la etnia trique de la Mixteca?